¿Qué significa avergonzarnos del evangelio?
Rev. Gilberto M. Rufat
Base Bíblica: Romanos 1:16-17
“16Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego. 17Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá”
Introducción
El término evangelio “euangelion” significa buenas nuevas, aunque originalmente denotaba una recompensa por buenas nuevas, sin embargo, más tarde desapareció la idea de la recompensa y la palabra vino a denotar las mismas buenas nuevas[1]. No obstante, el apóstol Pablo no ignoraba que el mensaje del evangelio fuera considerado tropezadero para los judíos y locura para los griegos. “pero nosotros predicamos a Cristo crucificado, para los judíos ciertamente tropezadero, y para los gentiles locura.” (1Corintios 1:23)
En el libro histórico de los Hechos 24:14-15 se establece que los judíos veían el cristianismo o a los del camino, como les decían, como un movimiento herético.
"Pero esto te confieso, que según el Camino que ellos llaman herejía, así sirvo al Dios de mis padres, creyendo todas las cosas que en la ley y en los profetas están escritas; teniendo esperanza en Dios, la cual ellos también abrigan, de que ha de haber resurrección de los muertos, así de justos como de injustos."
Para Pablo, el evangelio no era motivo de vergüenza por cuatro razones básicas:
1- Primero, porque avergonzarse del evangelio era avergonzarse del plan de Dios.
“1Pablo, siervo de Jesucristo, llamado a ser apóstol, apartado para el evangelio de Dios, 2que él había prometido antes por sus profetas en las santas Escrituras” (Ro.1:1-2)
Pablo ve el evangelio como el cumplimiento de las profecías o escrituras del Antiguo Testamento. Por tal razón, avergonzarse del evangelio equivale a menospreciar el plan de Dios, el único plan por el cual podemos ser salvos en Cristo.
2- Segundo, porque avergonzarse del evangelio era avergonzarse del Hijo de Dios.
“…el evangelio de Dios, 2que él había prometido antes por sus profetas en las santas Escrituras, 3acerca de su Hijo, nuestro Señor Jesucristo, que era del linaje de David según la carne, 4que fue declarado Hijo de Dios con poder, según el Espíritu de santidad, por la resurrección de entre los muertos.” (Ro.1:1-4)
El cumplimiento del plan de Dios está centrado en la obra redentora de Cristo. Por ende, avergonzarse del evangelio es avergonzarse de Cristo Jesús.
3- Tercero, porque avergonzarse del evangelio era avergonzarse de lo que somos en Cristo.
“5y por quien recibimos la gracia y el apostolado, para la obediencia a la fe en todas las naciones por amor de su nombre; 6entre las cuales estáis también vosotros, llamados a ser de Jesucristo; 7a todos los que estáis en Roma, amados de Dios, llamados a ser santos: Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.” (Ro.1:5-7)
En fin, avergonzarnos del evangelio es avergonzarse de la obra de Dios en nosotros los creyentes, pues somos lo que somos en virtud de la gracia de Dios. Pablo dijo: “por quien recibimos la gracia…”
4- Cuarto, porque avergonzarse del evangelio era avergonzarse de la justicia ofrecida por Dios.
“17Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá.” (Ro.1:17)
La justicia de Dios es el único medio por el cual podemos tener una correcta relación con Dios, es la aplicación de la obra de Cristo a la vida del creyente. En otras palabras, es la total absolución de la culpa del creyente y la otorgación del privilegio de poder ser llamado hijo de Dios. La justicia de Dios, es la obra de la justificación, por la cual podemos tener paz para con Dios (Ro.5).
Conclusión
Es triste que tanto llamado cristiano sienta vergüenza de compartir el evangelio y de evidenciar que lo es. Jesús no se avergonzó de morir en la cruz. Él no se avergonzó de ti en la hora más dura, sino que dijo, “Padre perdónalos porque no saben lo que hacen.” Mi amado hermano, si a esta altura de la vida, te avergüenzas del evangelio, te invito a preguntarte, si realmente lo has recibido. Bendiciones…[1]Vine, W.E., Vine Diccionario Expositivo de Palabras del Antiguo y del Nuevo Testamento Exhaustivo, (Nashville: Editorial Caribe) 2000, c1999.
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