¿Cuál es tu punto de referencia?
Rev. Gilberto M. Rufat
¿Qué es un
punto de referencia? Un punto de referencia es la perspectiva que se tiene desde una posición X. Una marca permanentemente fijada que
establece la elevación exacta; los topógrafos usan puntos de referencia para
medir elevaciones del sitio o como puntos de partida para inspecciones.2 Un
punto de referencia es una expresión compuesta de dos palabras. Punto la cual
para efecto de la expresión es una parte o cuestión de una ciencia desde una
perspectiva filosófica o teológica. Lo sustancial o principal en un asunto.3
Referencia señala la relación, dependencia o semejanza de algo respecto
de otra cosa. Base o apoyo de una comparación, de una medición o de una
relación de otro tipo.3
Por consiguiente, un punto de referencia para efectos de
la moral, la verdad, la teología y la filosofía, se refiere a un estándar,
medida, absoluto, que ha de ser usado para juzgar una posición de otra. En
otras palabras, que el punto de referencia nos permite entender el porqué de
una cosmología, filosofía, creencia o doctrina, ya que nos permite ver el
origen, entendimiento y valoración de algo. Sin embargo, para efectos de la
verdad, se necesita un punto de referencia absoluto, pues la verdad por
definición es absoluta. De aquí que entendamos la importancia de tener un punto
de referencia que refleje la realidad y verdadera valoración de algo.
Para todo en la vida hace falta un punto de referencia,
esto es una medida, una escala o norma. Imagine por un momento un coro en el
que cada uno entona de acuerdo a su propia escala, un avión sin instrumentos de
aviación, un barco sin brújula o un médico que receta sin consultar la dosis
adecuada. También, puede imaginar un grupo de trabajadores en la industria de
la construcción que tiene diferentes medidas para lo que representa un pie
cuadrado; para uno son 12”, para otro son 11” y para otro son 10”, sólo intente
imaginar que sucederá, cuando traten de montar la puerta en el hueco que dejó
otro trabajador, el resultado será que nada se ajustará a la medida, por ende,
la construcción no podrá ser realizada hasta el final.
Para los cristianos, la Biblia ha sido la principal
fuente de valoración y medida de todas las cosas, a través de los siglos. Los
creyentes creemos que Dios es la medida de todas las cosas y no el hombre. La
razón radica en que solamente el creador conoce el propósito y la valoración de
lo que él mismo creó. Por consiguiente, los cristianos buscamos la verdad de
todas las cosas en la palabra de Dios y en todo aquello que refleja la realidad
o esencia de las cosas, de acuerdo al propósito para lo que fueron creadas.
Una cultura que pierde de vista la verdad, que únicamente
habla de relativismos, pero de manera hipócrita sólo en materias de moral,
ética y espiritualidad, está destinada al fracaso. Un cristianismo que cree en
la Biblia, pero hace caso omiso de sus enseñanzas es hipócrita y de poco valor
para la sociedad. Un cristianismo que habla de Jesús como Señor, pero no le
obedece, carece de sentido y es objeto de burla. Lamentablemente, Jesús profetizó
que en los postreros tiempos muchos se apartarían de la verdad.
“Pero
el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de
la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios; por
la hipocresía de mentirosos que, teniendo cauterizada la conciencia.”
(1Timoteo 4:1-2)
“Porque
vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de
oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, y
apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas.”
(2Timoteo 3:3-4)
Lo lamentable es que el ataque más peligroso no provendrá
de afuera de la iglesia, sino de dentro de ella.
“También
debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos. Porque
habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios,
blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, sin afecto
natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de
lo bueno, traidores, impetuosos, infatuados, amadores de los
deleites más que de Dios, que tendrán apariencia de piedad, pero
negarán la eficacia de ella; a éstos evita.” (2Timoteo 3:1-5)
La peligrosidad en dicho pasaje radica en que estos
líderes tendrán apariencia de piedad (devoción a Dios) frente a los demás,
aunque Dios mismo sabe lo que son: amadores
de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los
padres, ingratos, impíos, sin afecto natural, implacables,
calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno, traidores,
impetuosos, infatuados, amadores de los deleites más que de Dios. El Papa no es
una acepción. Los hombres de Dios, debemos ser juzgados sobre lo que decimos,
lo que hacemos y lo que dejamos de hacer. La Biblia dice que pecamos no sólo
cuando hacemos el mal, sino que también cuando pudiendo hacer el bien no lo
hacemos. El verdadero cristianismo enseña que no debemos hacerle a los demás lo
que a nosotros no nos gustaría que nos hicieran, sino de hacer con los demás
como quisiéramos ser tratados. De ahí que, el cristianismo no radica en una religiosidad
pasiva, sino activa.
Usted
y yo no estamos cerca del Papa para ver su vida íntima, pero si podemos ver que
sus posturas religiosas se distancian del verdadero cristianismo. ¿Debería
realmente extrañarnos? No.
“Y de
la manera que Janes y Jambres resistieron a Moisés, así también éstos resisten
a la verdad; hombres corruptos de entendimiento, réprobos en cuanto a la fe.
Mas no irán más adelante; porque su insensatez será manifiesta a todos, como
también lo fue la de aquéllos. Pero tú has seguido mi doctrina, conducta,
propósito, fe, longanimidad, amor, paciencia, persecuciones,
padecimientos, como los que me sobrevinieron en Antioquía, en Iconio, en
Listra; persecuciones que he sufrido, y de todas me ha librado el Señor. Y
también todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán
persecución; mas los malos hombres y los engañadores irán de mal en
peor, engañando y siendo engañados. Pero persiste tú en lo que
has aprendido y te persuadiste, sabiendo de quién has aprendido; y
que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te
pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús. Toda
la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir,
para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de
Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.”
(2Timoteo 3:8-17)
¿Qué nos corresponde a los creyentes, según el apóstol
Pablo?
1-
Persistir
en lo que hemos aprendido y de lo que estamos persuadidos.
2-
Mantener
el punto de referencia el cual no cambia, las Sagradas Escrituras.
3-
Creer en la Biblia como la palabra inspirada por Dios.
4-
Y por último, no cambiar nuestra predicación pues sólo
ella (la Biblia) es de utilidad para todo.
Bendiciones...
Bendiciones...
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