sábado, 18 de enero de 2014

¿Qué es el amor? y ¿Por qué es tan importante?

¿Qué es el amor? y ¿Por qué es tan importante?

Rev. Gilberto M. Rufat



¿Podría usted definir lo que significa amor en pocas palabras? Vivimos en un mundo en donde el amor juega un papel importante en todo. Hablamos de películas de amor, de canciones de amor, de poemas de amor y nos casamos por amor, sin embargo, ¿no le parece contradictorio el que se nos haga tan difícil definirlo? Evadimos la pregunta asociándola a algo abstracto y por ende, difícil de explicar, no obstante, supuestamente nos morimos de amor, nos frustramos por amor y hasta matamos por amor. Pero, ¿qué es el amor y por qué es tan importante para nosotros?

El concepto asociado al término amor en nuestro tiempo es uno asociado a la atracción física, a la emoción y a la expectativa de una relación que nos parece agradable y deseable. Sin embargo, ¿podemos llamar a eso amor? ¿Es el amor una mera reacción química y emocional en nuestro ser, motivada por una atracción basada en la gratificación, la posesión o un sentimiento por haber hallado a alguien importante en nuestra vida? Tengo la impresión que lo que en la actualidad muchos llaman amor, no es más que codicia, fantasía y en algunos casos, lujuria.

La Biblia describe el concepto amor sobre una decisión de la voluntad del ser con relación a otro. Lo describe como un compromiso, una entrega y un pacto, con la debida fidelidad hacia otro. No está basado en las emociones, aunque éstas sean parte de ella, sino en acciones que corresponden al bien de aquel al cual se pretende amar. ¿De dónde proviene el amor? La Biblia dice que Dios es amor. El amor en su origen parte de Dios y de la relación que existe en la naturaleza de la Divinidad, esto es, en la Trinidad. El Dios de la Biblia aunque uno, es a su vez, una relación entre tres divinas personas, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.

El ser humano, al ser creado a imagen y semejanza de Dios, fue creado para disfrutar de una relación con Dios y con su prójimo. Empero, éste aunque tiene y siente la necesidad de sentirse y ser amado, termina frustrando todas las relaciones, por causa de su naturaleza pecaminosa y egocéntrica. Por consiguiente, lo primero que necesita el ser es reestablecer su relación con su Creador. De ahí que, el primer mandamiento sea amar a Dios sobre todas las cosas, pues la primera y más importante relación que el ser humano necesita experimentar es la reconciliación con su Creador.

Cuando nos comenzamos a relacionar con Dios, comenzamos a descubrir quiénes somos, por qué fuimos creados, cuál es el propósito y la esencia de la vida, entre otros. Por tal razón, nuestra primera necesidad de relación es con Dios, de allí proviene el verdadero amor. En nuestra relación con Dios aprendemos a valorarnos y a aceptarnos, según fuimos creados para entonces, poder apreciar y valorar a los demás. En otras palabras, que nadie puede amar a su prójimo, si primero no se respeta y se valora a sí mismo y nadie puede valorizarse y aceptarse a sí mismo, sin una relación con Dios. Esto se debe a que el verdadero amor es un don que proviene de él.

“…porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado.” (Romanos 5:5)

“Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, 23mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.” (Gálatas 5:22-23)

La razón e importancia del amor es que la Biblia lo describe como el vínculo perfecto.

“Y sobre todas estas cosas vestíos de amor, que es el vínculo perfecto.” (Colosenses 3:14)

Pero, ¿el vínculo de qué? La palabra vínculo del griego óύíδεóμος “súndesmos” significa lazo conjunto, ligamento, (figurativamente) principio unificador, vínculo, ligamento. El amor, por consiguiente, es el pegamento, ligamento o agente unificador de toda relación. La razón, la esencia y el significado de la vida se hallan en las relaciones y sobre todas, la que tiene que ver con Dios. Nada es más importante y de más valor en la vida, que las relaciones interpersonales. Nos casamos porque Dios dispuso la necesidad de relacionarnos con alguien. Nacemos dentro del contexto de una relación de padre y madre, porque desde nuestro nacimiento Dios dispuso el relacionarnos con nuestros padres. Nos formamos dentro de un núcleo familiar, como dentro de la llamada familia extendida (entiéndase; abuelos, tíos y primos, entre otros). Y todo esto, para luego relacionarnos con otros, en la sociedad.

Probablemente, se haya percatado que nuestras mayores frustraciones son el producto de las malas relaciones. La realidad es, que todos necesitamos sentirnos amados, esto es protegidos, valorados y aceptados. Cuando tenemos una relación amorosa, que pone en riesgo nuestra vida, la salud, lo que somos y encima de eso tenemos que ingeniárnosla para ser aceptados, no podemos llamar a eso amor. Pues dicha relación no funcionará finalmente, pues no está basada en el amor, sino en el egoísmo irracional de aquel que dice amar.

Tristemente, muchas veces rechazamos y desvalorizamos las relaciones más importantes, creyendo que existen otras superiores, bajo la premisa falsa que una nueva relación con otra persona pudiera llenar el vacío de las otras. Leí un post de un amigo en el ministerio que leía así:

“La desilusión y la decepción son causadas por el simple hecho de que preferimos entregarle nuestro corazón a todos, excepto a la única persona que ha prometido no lastimarlo, abandonarlo o romperlo. Dios te creó para amarte.” Pastor Jonathan Santiago

Me cuestiono, cuántos de nuestros jóvenes salen en búsqueda de lo que ellos catalogan amor, cuando de manera inconsciente buscan lo que debieron haber sentido y recibido en el seno de su hogar; protección, aceptación y valoración.

Y qué de los matrimonios, pues presumir que una persona puede llenar el vacío de nuestro corazón, el cual sólo lo puede llenar Dios, es como tratar de satisfacer una enorme sed, tomando soda. Todas las relaciones son importantes, así como necesidades tiene nuestro cuerpo, sin embargo, cada necesidad tiene que ser satisfecha dentro del diseño y propósito para lo cual Dios la creó. Por ejemplo, usted no podrá satisfacer la necesidad de hambre, jugando su deporte favorito, pues al final seguirá teniendo hambre y de hecho esto terminará socavando su desempeño en el juego. Usted no puede satisfacer la necesidad de amor con sexo, pues son necesidades diferentes y como cuestión de hecho, amor sin sexo es únicamente una manera animal de gratificación, una expresión de lujuria, la que nunca alcanzará el nivel de satisfacción y de gratificación deseadas. La razón radica en que Dios diseñó nuestro cuerpo para disfrutar del acto sexual, dentro de una relación de amor, en la cual se unen dos personas físicamente, emocionalmente y espiritualmente. Usted podrá alcanzar cierta gratificación inmediata, pero no plena y como hemos mencionado, mucho menos emocionalmente. Por eso, el sexo sin amor está destinado a terminar en muchos casos, en perversión, pues en la búsqueda de alcanzar el verdadero placer, algo que no podrá ser logrado sin amor, la pareja terminará haciendo uso de todo tipo de cosas depravantes. En otros casos, saldrán a buscar en otra pareja lo que supuestamente no pudieron obtener con la relación anterior, hasta el punto de llegarle a causar dolor, aquello que debía producirle satisfacción.

El amor que nuestra alma anhela y necesita, no se encuentra en la botica o la farmacia, los estudios, la familia, el matrimonio, las amistades, los pasatiempos, los placeres de la vida, ni aun en el sexo, sino en una correcta relación con Dios. Por ende, lo primero que el alma humana necesita es reconciliarse con Dios. Para ello, Dios ha dispuesto a su unigénito Hijo para darse en rescate por nosotros, de manera que, pudiéramos volvernos a relacionar con él, recibiendo la gracia del perdón.  

“Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación; que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados” (2Corintios 5:18-19).

No busque más, acepte el perdón de Dios por medio de Cristo y haga de su primer amor a Dios. Entonces, verá que las demás necesidades; tanto del alma como las del cuerpo, comenzarán a ser satisfechas, al ser ordenadas dentro del marco y el propósito para las cuales fueron diseñadas por nuestro Señor.

Bendiciones…

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