Rev. Gilberto M. Rufat
¿Podría usted definir lo que significa amor en pocas palabras? Vivimos en un mundo en donde el amor juega un papel importante en todo. Hablamos de películas de amor, de canciones de amor, de poemas de amor y nos casamos por amor, sin embargo, ¿no le parece contradictorio el que se nos haga tan difícil definirlo? Evadimos la pregunta asociándola a algo abstracto y por ende, difícil de explicar, no obstante, supuestamente nos morimos de amor, nos frustramos por amor y hasta matamos por amor. Pero, ¿qué es el amor y por qué es tan importante para nosotros?
El concepto
asociado al término amor en nuestro tiempo es uno asociado a la atracción
física, a la emoción y a la expectativa de una relación que nos parece
agradable y deseable. Sin embargo, ¿podemos llamar a eso amor? ¿Es el amor una
mera reacción química y emocional en nuestro ser, motivada por una atracción
basada en la gratificación, la posesión o un sentimiento por haber hallado a
alguien importante en nuestra vida? Tengo la impresión que lo que en la
actualidad muchos llaman amor, no es más que codicia, fantasía y en algunos
casos, lujuria.
La Biblia
describe el concepto amor sobre una decisión de la voluntad del ser con relación
a otro. Lo describe como un compromiso, una entrega y un pacto, con la debida fidelidad
hacia otro. No está basado en las emociones, aunque éstas sean parte de ella, sino
en acciones que corresponden al bien de aquel al cual se pretende amar. ¿De dónde
proviene el amor? La Biblia dice que Dios es amor. El amor en su origen parte
de Dios y de la relación que existe en la naturaleza de la Divinidad, esto es,
en la Trinidad. El Dios de la Biblia aunque uno, es a su vez, una relación
entre tres divinas personas, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
El ser
humano, al ser creado a imagen y semejanza de Dios, fue creado para disfrutar
de una relación con Dios y con su prójimo. Empero, éste aunque tiene y siente
la necesidad de sentirse y ser amado, termina frustrando todas las relaciones,
por causa de su naturaleza pecaminosa y egocéntrica. Por consiguiente, lo
primero que necesita el ser es reestablecer su relación con su Creador. De ahí
que, el primer mandamiento sea amar a Dios sobre todas las cosas, pues la
primera y más importante relación que el ser humano necesita experimentar es la
reconciliación con su Creador.
Cuando nos
comenzamos a relacionar con Dios, comenzamos a descubrir quiénes somos, por qué
fuimos creados, cuál es el propósito y la esencia de la vida, entre otros. Por tal
razón, nuestra primera necesidad de relación es con Dios, de allí proviene el
verdadero amor. En nuestra relación con Dios aprendemos a valorarnos y a aceptarnos,
según fuimos creados para entonces, poder apreciar y valorar a los demás. En
otras palabras, que nadie puede amar a su prójimo, si primero no se respeta y
se valora a sí mismo y nadie puede valorizarse y aceptarse a sí mismo, sin una
relación con Dios. Esto se debe a que el verdadero amor es un don que proviene
de él.
“…porque el
amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que
nos fue dado.” (Romanos 5:5)
“Mas el
fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe,
23mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.” (Gálatas
5:22-23)
La razón e
importancia del amor es que la Biblia lo describe como el vínculo perfecto.
“Y sobre
todas estas cosas vestíos de amor, que es el vínculo perfecto.” (Colosenses
3:14)
Pero, ¿el
vínculo de qué? La palabra vínculo del griego óύíδεóμος “súndesmos” significa lazo
conjunto, ligamento, (figurativamente) principio unificador, vínculo,
ligamento. El amor, por consiguiente, es el pegamento, ligamento o agente
unificador de toda relación. La razón, la esencia y el significado de la vida
se hallan en las relaciones y sobre todas, la que tiene que ver con Dios. Nada
es más importante y de más valor en la vida, que las relaciones
interpersonales. Nos casamos porque Dios dispuso la necesidad de relacionarnos
con alguien. Nacemos dentro del contexto de una relación de padre y madre, porque
desde nuestro nacimiento Dios dispuso el relacionarnos con nuestros padres. Nos
formamos dentro de un núcleo familiar, como dentro de la llamada familia
extendida (entiéndase; abuelos, tíos y primos, entre otros). Y todo esto, para
luego relacionarnos con otros, en la sociedad.
Probablemente,
se haya percatado que nuestras mayores frustraciones son el producto de las malas
relaciones. La realidad es, que todos necesitamos sentirnos amados, esto es
protegidos, valorados y aceptados. Cuando tenemos una relación amorosa, que
pone en riesgo nuestra vida, la salud, lo que somos y encima de eso tenemos que
ingeniárnosla para ser aceptados, no podemos llamar a eso amor. Pues dicha
relación no funcionará finalmente, pues no está basada en el amor, sino en el
egoísmo irracional de aquel que dice amar.
Tristemente,
muchas veces rechazamos y desvalorizamos las relaciones más importantes,
creyendo que existen otras superiores, bajo la premisa falsa que una nueva
relación con otra persona pudiera llenar el vacío de las otras. Leí un post de un amigo en el ministerio que
leía así:
“La
desilusión y la decepción son causadas por el simple hecho de que preferimos
entregarle nuestro corazón a todos, excepto a la única persona que ha prometido
no lastimarlo, abandonarlo o romperlo. Dios te creó para amarte.” Pastor Jonathan
Santiago
Me cuestiono,
cuántos de nuestros jóvenes salen en búsqueda de lo que ellos catalogan amor,
cuando de manera inconsciente buscan lo que debieron haber sentido y recibido
en el seno de su hogar; protección, aceptación y valoración.
Y qué de los
matrimonios, pues presumir que una persona puede llenar el vacío de nuestro
corazón, el cual sólo lo puede llenar Dios, es como tratar de satisfacer una
enorme sed, tomando soda. Todas las relaciones son importantes, así como
necesidades tiene nuestro cuerpo, sin embargo, cada necesidad tiene que ser
satisfecha dentro del diseño y propósito para lo cual Dios la creó. Por
ejemplo, usted no podrá satisfacer la necesidad de hambre, jugando su deporte
favorito, pues al final seguirá teniendo hambre y de hecho esto terminará
socavando su desempeño en el juego. Usted no puede satisfacer la necesidad de
amor con sexo, pues son necesidades diferentes y como cuestión de hecho, amor
sin sexo es únicamente una manera animal de gratificación, una expresión de lujuria,
la que nunca alcanzará el nivel de satisfacción y de gratificación deseadas. La
razón radica en que Dios diseñó nuestro cuerpo para disfrutar del acto sexual, dentro
de una relación de amor, en la cual se unen dos personas físicamente,
emocionalmente y espiritualmente. Usted podrá alcanzar cierta gratificación
inmediata, pero no plena y como hemos mencionado, mucho menos emocionalmente. Por
eso, el sexo sin amor está destinado a terminar en muchos casos, en perversión,
pues en la búsqueda de alcanzar el verdadero placer, algo que no podrá ser
logrado sin amor, la pareja terminará haciendo uso de todo tipo de cosas depravantes.
En otros casos, saldrán a buscar en otra pareja lo que supuestamente no
pudieron obtener con la relación anterior, hasta el punto de llegarle a causar
dolor, aquello que debía producirle satisfacción.
El amor que
nuestra alma anhela y necesita, no se encuentra en la botica o la farmacia, los
estudios, la familia, el matrimonio, las amistades, los pasatiempos, los
placeres de la vida, ni aun en el sexo, sino en una correcta relación con Dios.
Por ende, lo primero que el alma humana necesita es reconciliarse con Dios. Para
ello, Dios ha dispuesto a su unigénito Hijo para darse en rescate por nosotros,
de manera que, pudiéramos volvernos a relacionar con él, recibiendo la gracia
del perdón.
“Y todo esto
proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el
ministerio de la reconciliación; que Dios estaba en Cristo
reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus
pecados” (2Corintios 5:18-19).
No busque
más, acepte el perdón de Dios por medio de Cristo y haga de su primer amor a
Dios. Entonces, verá que las demás necesidades; tanto del alma como las del
cuerpo, comenzarán a ser satisfechas, al ser ordenadas dentro del marco y el propósito
para las cuales fueron diseñadas por nuestro Señor.
Bendiciones…
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