FUNDAMENTALISTA
Rev. Gilberto M.
Rufat
Existen dos ideas básicas sobre lo que significa
el fundamentalismo religioso. La primera tiene que ver con la creencia
religiosa basada en una interpretación literal de la Biblia. La segunda, en
contraposición con la primera, es vista como una exigencia intransigente de
sometimiento a una doctrina o práctica establecida.
Según el Dr. Norman Geisler, el fundamentalismo
es la creencia de la epistemología (doctrina de los
fundamentos y métodos del conocimiento científico) que señala que el
conocimiento se basa en los primeros principios o en las creencias justificadas
inmediatamente. Dicho de otra manera, ser fundamentalista es aceptar los
principios o creencias que se desprenden del conocimiento. De modo que en el
cristianismo, el fundamentalismo era concebido como la aceptación de las
verdades que sostienen lo que debemos creer de acuerdo a la Biblia.
El Nuevo Diccionario de Religiones,
Denominaciones y Sectas nos dice que el fundamentalismo es un “movimiento de
tipo teológico en el protestantismo de Estados Unidos y otros países. La
oposición al liberalismo y el modernismo fue tomando forma desde principios del
siglo XX.
Algo de historia
En la
Conferencia Bíblica de Niágara (1895) se propusieron cinco puntos o doctrinas
fundamentales a las que se ha hecho referencia en forma reiterada. La lista de
«fundamentos» o «doctrinas fundamentales» ha sido más larga o más corta según
la organización, grupo o período histórico. Estos «fundamentos» que siempre
incluyen la concepción virginal de Cristo, la divinidad y resurrección de
Jesús, su sacrificio expiatorio, su Segunda Venida en gloria y la autoridad e
inerrancia de las Escrituras son acentuadas por los fundamentalistas.
En 1910 se
publicó el primer tomo de una serie conocida como The Fundamentals y
para 1918 se hablaba de personas «fundamentales». Para 1920 comenzó a usarse la
palabra «fundamentalismo» en escritos de la publicación Bautista Watchman-Examiner.
Varias fraternidades fundamentalistas se crearon en diversas denominaciones y
sectores fundamentalistas salieron de algunas denominaciones históricas.
Con el tiempo,
el fundamentalismo no se ha limitado a protestantes históricos. A
denominaciones de nuevo cuño y movimientos que, como el
pentecostal/carismático, no formaban parte de la primera generación de
fundamentalistas, muchos sociólogos los han asociado con el fundamentalismo. El
uso de esa palabra se ha extendido, tal vez arbitrariamente, para referirse a
cualquier énfasis conservador o de regreso al pasado, como por ejemplo, en el
caso del movimiento musulmán.
Muchos
predicadores y líderes con doctrinas que pueden ser consideradas
«fundamentalistas» o conservadoras prefieren identificarse como ortodoxos o
evangélicos por algunas connotaciones negativas de la palabra fundamentalista.” Por consiguiente, ser fundamentalista actualmente, es para algunos, un
término peyorativo, sinónimo de alguien que quedó atrás, que es intransigente y
que no se sujeta a los cambios del nuevo pensamiento teológico de nuestra era.
Me cuestiono, si los líderes religiosos que llaman fundamentalistas a
otros, simplemente nos están dejando saber, que ya no creen en los principios o
fundamentos de la Biblia, que ya no creen en la inerrancia (cualidad de estar
exento de error) de las Escrituras, pero como siempre, lejos de argumentar a
favor de su distanciamiento de la verdad bíblica, prefieren etiquetar,
ridiculizar y menospreciar a otros.
Bibliografía:
1- Diccionario de la Real Academia Española.
2- El Nuevo Diccionario de Religiones Denominaciones y Sectas.
3- Norman Geisler Ron Brooks. Apologética.
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