domingo, 26 de enero de 2014

Nos salvó y llamó con llamamiento santo



nos salvó y llamó con llamamiento santo 
Rev. Gilberto M. Rufat

Base Bíblica: 2Tm.1:9
“quien nos salvó y llamó con llamamiento santo, no conforme a nuestras obras, sino según el propósito suyo y la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos.”

Introducción
Comenzare haciendo algo inusual, leamos el versículo de atrás hacia adelante, de manera que el mismo quedaría más o menos así:

Antes de los tiempos de los siglos, Cristo Jesús seria dado según la gracia y el propósito suyo, no por nuestras obras, llamándonos con llamamiento santo a la salvación.

La salvación de principio a fin es obra de Dios (Fil.1:6). Sin embargo, algunos creyentes se atribuyen parte en la salvación. Creen que de alguna manera cooperaron con el plan de Dios y como resultado son salvos. Para Pablo, la salvación procede de la soberana gracia de Dios y no de mérito humano. Para algunos creyentes, Dios en su presciencia salvo con anticipación a los que según ellos el vio que creerían. Aunque no explican, cómo creerían en un plan que fue diseñado en la eternidad por Dios y que la única manera de poder entenderlo, serian si el Espíritu Santo de Dios se los revelaba. Para el apóstol, no había duda de que Dios es quien salva, pero lo maravilloso de este pasaje es que el apóstol nos explica el cómo llegamos a ser salvos.

Creo como dijo el apóstol Pedro, que a veces osamos de entender y comprender doctrinas que requieren más tiempo de estudio y diligencia, a fin de poder comenzar a comprender lo que Dios ha revelado en su palabra.

“Y tened entendido que la paciencia de nuestro Señor es para salvación; como también nuestro amado hermano Pablo, según la sabiduría que le ha sido dada, os ha escrito, casi en todas sus epístolas, hablando en ellas de estas cosas; entre las cuales hay algunas difíciles de entender, las cuales los indoctos e inconstantes tuercen, como también las otras Escrituras, para su propia perdición. Así que vosotros, oh amados, sabiéndolo de antemano, guardaos, no sea que arrastrados por el error de los inicuos, caigáis de vuestra firmeza. Antes bien, creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. A él sea gloria ahora y hasta el día de la eternidad. Amén.” (2P.3:15-18)

La realidad es, que salvación es un regalo de Dios, pero ¿es sólo eso, un regalo colocado en las manos de alguien, donde lo único que se tiene o se debe es tomarlo? Por otro lado, ¿podría ser la salvación más parecida al cuadro de un naufragio? ¿Uno en donde más que lanzarle una cuerda a alguien que se está ahogando y no puede ni sabe nadar, otro tiene que descender y rescatarlo? Dependiendo de cuál de los escenarios entendamos es el que más se asemeja a la condición pecaminosa, así será nuestra manera de acercarnos y de interpretar dicho pasaje. Estoy convencido que el cuadro de la salvación que la Biblia presenta no es el de un hombre que puede ir y tomar el regalo de Dios por sí mismo, sino el de un ciego y además enfermo, quien por su condición no puede ser salvo. Es de esta manera que la Biblia presenta al hombre en su estado caído. Uno en el cual el ser humano sólo puede andar tropezándose. De manera, los seres caídos necesitan la ayuda directa de Dios para poder ver lo que no puede comprender y el llamado, para que pueda responder. Primera de Pedro 1:18-21 describe de qué manera fuimos rescatados y de dónde:

“sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación, ya destinado desde antes de la fundación del mundo, pero manifestado en los postreros tiempos por amor de vosotros, y mediante el cual creéis en Dios, quien le resucitó de los muertos y le ha dado gloria, para que vuestra fe y esperanza sean en Dios.”

De manera que la salvación fue establecida en la eternidad, el mediador seria Jesús, seria para alabanza de la gracia de Dios y se llevaría a cabo según su propósito a través del cual seriamos llamados a la salvación.

“quien nos salvó y llamó con llamamiento santo (1), no conforme a nuestras obras, sino según el propósito suyo (2) y la gracia (3) que nos fue dada en Cristo Jesús (4) antes de los tiempos de los siglos (5).” (2Tm.1:9) (Énfasis del escritor)

1- Nos salvó y llamó desde antes de los tiempos de los siglos.

“según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él.” (Ef.1:4)

El Plan de salvación de Dios, se diseñó antes de la caída y no después de ella. Dios no responde a los problemas, el prevee y ejecute su voluntad antes. De manera, que Dios sabía desde antes que pecaríamos. No obstante, decidió crear sabiendo que para que su plan se cumpliera, que Jesús tendría que ser ofrecido como sacrificio para el perdón de los pecados.

“¿O no tiene potestad el alfarero sobre el barro, para hacer de la misma masa un vaso para honra y otro para deshonra? ¿Y qué, si Dios, queriendo mostrar su ira y hacer notorio su poder, soportó con mucha paciencia los vasos de ira preparados para destrucción, y para hacer notorias las riquezas de su gloria, las mostró para con los vasos de misericordia que él preparó de antemano para gloria, a los cuales también ha llamado, esto es, a nosotros, no sólo de los judíos, sino también de los gentiles?” (Ro.9:21-24)

2- Nos salvó y llamó siendo Cristo Jesús el mediador.

“Varones israelitas, oíd estas palabras: Jesús nazareno, varón aprobado por Dios entre vosotros con las maravillas, prodigios y señales que Dios hizo entre vosotros por medio de él, como vosotros mismos sabéis; a éste, entregado por el determinado consejo y anticipado conocimiento de Dios, prendisteis y matasteis por manos de inicuos, crucificándole.” (Hch.2:22-23)

“sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación, ya destinado desde antes de la fundación del mundo, pero manifestado en los postreros tiempos por amor de vosotros.” (1P.1:18-20)

No existe merito humano alguno en la obra de la salvación, solo gracia divina. El precio fue decretado antes de la creación en común acuerdo y el Hijo seria el medio.

“Con todo eso, Jehová quiso quebrantarlo, sujetándole a padecimiento. Cuando haya puesto su vida en expiación por el pecado, verá linaje, vivirá por largos días, y la voluntad de Jehová será en su mano prosperada. Verá el fruto de la aflicción de su alma, y quedará satisfecho; por su conocimiento justificará mi siervo justo a muchos, y llevará las iniquidades de ellos.” (Is.53:10-11)

3- Nos salvó y llamó para manifestación de su gracia.

“para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado.” (Ef.1:6)

4- Nos salvó y llamó conforme su propósito.

“Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe. Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.” (Ef.2:8-10)

“Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados. Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos. Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó.” (Ro.8:28-30)

“(pues no habían aún nacido, ni habían hecho aún ni bien ni mal, para que el propósito de Dios conforme a la elección permaneciese, no por las obras sino por el que llama)” (Ro.9:11)

“quien nos salvó y llamó con llamamiento santo, no conforme a nuestras obras, sino según el propósito suyo y la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos, pero que ahora ha sido manifestada por la aparición de nuestro Salvador Jesucristo, el cual quitó la muerte y sacó a luz la vida y la inmortalidad por el evangelio.” (2Tm.1:9-10)

5- Nos salvó y llamó mediante llamamiento Santo a salvación.

"y a los que predestinó, a ésos también los llamó; y a los que llamó, a ésos también los justificó; a los que justificó, a ésos también los glorificó." (Ro. 8:30)

Note, que la predestinación precede al llamado. La Biblia con toda claridad dice que Dios es quien llama y que solo los llamados podrán responder.

“Pero nosotros debemos dar siempre gracias a Dios respecto a vosotros, hermanos amados por el Señor, de que Dios os haya escogido desde el principio para salvación, mediante la santificación por el Espíritu y la fe en la verdad.” (2Ts.2:13)

“Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí; y al que a mí viene, no le echo fuera.” (Jn.6:37)

“Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no le trajere; y yo le resucitaré en el día postrero. Escrito está en los profetas: Y serán todos enseñados por Dios. Así que, todo aquel que oyó al Padre, y aprendió de él, viene a mí.” (Jn. 6:44-45)

Estas son las palabras de Jesús frente al rechazo de la multitud que le busco al otro día, del milagro o señal de la multiplicación de los panes y los peces. Sus palabras fueron claras, nadie puede creer en mí, que no haya sido primero tocado o ensenado por el Padre. El llamamiento santo como Pablo le llama en segunda carta a Timoteo, precede a la respuesta humana. Jesús dijo que de otra manera nadie podría ser salvo.

Resumen de 2Tm.1:9: 


1- ¿Quién nos salvó? – Dios

2- ¿Cómo nos salvó? – Nos llamó con llamamiento santo

3- ¿Por qué nos llamó? - No conforme a nuestras obras, sino según el propósito suyo

4- ¿Para qué nos llamó? – Para mostrar su gracia en Cristo Jesús

5- ¿Cuándo lo decidió? antes de los tiempos de los siglos
 
Conclusión
“quien nos salvó y llamó con llamamiento santo, no conforme a nuestras obras, sino según el propósito suyo y la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos.”

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