sábado, 28 de junio de 2014

La justicia que es de Dios por la fe - Filipenses 3:9

"y ser hallado en él, no teniendo mi propia justicia, que es por la ley, sino la que es por la fe de Cristo, la justicia que es de Dios por la fe." (Filipenses 3:9)

Para Pablo, el evangelio representaba el despojarse de toda arrogancia, la que pudiera presuponer nuestra propia justicia ante Dios. Había llegado a entender, que no existía manera alguna en que los hombres pudiesen ser hallados o alcanzados por Dios, que no fuese a través de la fe, mediante la obra realizada por Cristo Jesús.

La salvación, contraria a lo que algunos creen, descansa exclusivamente en la obra de Jesús. Ningún hombre podrá jamás llegar a ser justo delante de Dios, por cuanto todos pecamos. Por consiguiente, la única manera aceptable ante Dios en que un pecador podrá ser hallado justo, es mediante el pago de la deuda ofrecida por medio de Cristo Jesús.

En el verdadero evangelio no existe espacio para glorias humanas, sino para la gloria de Dios. El espacio disponible está dispuesto para aquellos que con humildad de corazón y en respuesta a la soberana gracia de Dios son llamados a servir.

pastor Gilberto Rufat

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