lunes, 16 de junio de 2014

La Biblia como Punto de Referencia para los Bautistas



 La Biblia como punto de referencia para los bautistas
 Por: Rev. Gilberto Rufat

Considero como Anderson, que el tener el mismo punto de vista referente a la fuente de nuestra fe y prácticas neotestamentarias como bautistas, le da cohesión a la denominación[i]. Ahora, ¿Qué es un punto de referencia? Un punto de referencia para efectos de la moral, la verdad, la filosofía y la teología, se refiere a un estándar, medida, absoluto, que ha de ser usado para juzgar una posición de otra. En otras palabras, que el punto de referencia nos permite entender el porqué de una cosmología, filosofía, creencia o doctrina, ya que nos permite ver el origen, propósito y valoración de algo. Sin embargo, para efectos de la verdad, se necesita un punto de referencia absoluto, pues la verdad por definición es absoluta.
Para todo en la vida hace falta un punto de referencia, esto es una medida, una escala o norma. Imaginemos por un momento un coro en el que cada uno entona de acuerdo a su propia escala, un avión sin instrumentos de aviación, un barco sin brújula o un médico que receta sin consultar la dosis adecuada. También, puede imaginar un grupo de trabajadores en la industria de la construcción que tiene diferentes medidas para lo que representa un pie cuadrado; para uno son 12”, para otro son 11” y para otro son 10”, sólo intente imaginar que sucederá, cuando traten de montar la puerta en el hueco que dejó otro trabajador, el resultado será que nada se ajustará a la medida, por ende, la construcción no podrá ser realizada hasta el final.

Para los bautistas, la Biblia y especialmente el Nuevo Testamento, ha sido la principal fuente de valoración y medida de todas las cosas. Como creyentes creemos que Dios es la medida de todas las cosas y no el hombre. La razón radica en que solamente el creador conoce el propósito y la valoración de lo que él mismo creó. Por consiguiente, los bautistas buscamos y afirmamos la verdad de todas las cosas en la palabra de Dios y en todo aquello que refleja la realidad o esencia de las cosas, de acuerdo al propósito para lo que fueron creadas.

Creemos, que una cultura que pierde de vista la verdad, que únicamente habla de relativismos, pero de manera hipócrita sólo en materias de moral, ética y espiritualidad, está destinada al fracaso. Un cristianismo que cree en la Biblia, pero hace caso omiso de sus enseñanzas es hipócrita y de poco valor para la sociedad. Un cristianismo que habla de Jesús como Señor, pero no le obedece, carece de sentido y es objeto de burla. Lo lamentable es que el ataque más peligroso no provendrá de afuera de la iglesia, sino de dentro de ella; aunque como bautistas entendemos que existe una clara diferencia entre la iglesia y las iglesias.


“Y de la manera que Janes y Jambres resistieron a Moisés, así también éstos resisten a la verdad; hombres corruptos de entendimiento, réprobos en cuanto a la fe. Mas no irán más adelante; porque su insensatez será manifiesta a todos, como también lo fue la de aquéllos. Pero tú has seguido mi doctrina, conducta, propósito, fe, longanimidad, amor, paciencia, persecuciones, padecimientos, como los que me sobrevinieron en Antioquía, en Iconio, en Listra; persecuciones que he sufrido, y de todas me ha librado el Señor. Y también todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución; mas los malos hombres y los engañadores irán de mal en peor, engañando y siendo engañados. Pero persiste tú en lo que has aprendido y te persuadiste, sabiendo de quién has aprendido; y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús. Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.” (2Timoteo 3:8-17)


¿Qué nos corresponde como denominación y como creyentes?

1- Persistir en lo que hemos aprendido y de lo que estamos persuadidos.

2- Mantener el punto de referencia el cual no cambia, las Sagradas Escrituras.

3- Creer en la Biblia como la palabra inspirada por Dios.

4- Y por último, no cambiar nuestra predicación pues sólo ella (la Biblia) es de utilidad para todo.

Creo que sólo manteniendo el Señorío de Cristo, teniendo como medida la palabra de Dios, en especial el mensaje del Nuevo Testamente y reconociendo la importancia de la iglesia como el cuerpo de Cristo, podremos seguir adelante en el cumplimiento de la gran comisión como denominación. Esto, nos mantendrá alejados y menos propensos a caer en errores y en falsas doctrinas.

[i] Anderson, Justo.  Historia de los Bautistas, Tomo I: Sus Bases y Principios. El Paso, Texas: Casa
                Bautista de Publicaciones, 1978. (Será escaneada para los alumnos del curso) 

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