Pasaje a considerar:
“los que os decían:
En el postrer tiempo habrá burladores, que andarán según sus malvados deseos. Estos
son los que causan divisiones; los sensuales, que no tienen al Espíritu.”
(Judas 18-19)
Comentario:
Las cartas del Nuevo Testamento están llenas de advertencias sobre la apostasía
que vendría. El Espíritu Santo se refiere a la misma, mediante una de las cartas
paulinas como “tiempos peligrosos”. En estos habría:
Burladores – la expresión
burladores ἐμπαίκτης significa escarnecedor, burlador. El apóstol Pedro también
advirtió sobre los tales: “sabiendo primero esto, que en los postreros días
vendrán burladores…” (2Pedro 3:3) Las personas que Judas describe no son ignorantes
en cuanto al conocimiento general de la Palabra de Dios, pues están bien
informadas. Por tal razón, dan la impresión de que son maestros de Dios, pero a
diferencia de los maestros verdaderos hacen uso de palabrerías, creando disensión
y división en el pueblo de Dios.
Malvados deseos – El término
malvados ἀσέβεια hace referencia a la iniquidad, maldad. Constituye menosprecio
de, o desafío a las leyes de Dios. Por consiguiente, representa su actitud frente
a la persona de Dios. Su malvado corazón de piedra, da rienda a sus deseos ἐπιθυμία,
codicia, concupiscencia y pasiones.
Divisiones – La palabra
divisiones ἀποδιορίζω se traduce como desunir y representa el acto de señalar
aparte; de ahí que metafóricamente constituya hacer separaciones. Por ende, causar
división. Lo contradictorio es que no pertenecen al cuerpo de Cristo, por
cuanto no tienen el Espíritu. Sin embargo, pretenden presentarse a sí mismos
como la norma de la espiritualidad, pero terminan haciendo separación y creando
divisiones en las iglesias.
Conclusión:
Judas expone en su carta que la verdad sobre nuestro corazón es
revelada por nuestros más profundos deseos, pasiones y codicias, pero no por
nuestro conocimiento sobre la Palabra de Dios. La piedad no solamente es debida
y merecida a Dios, sino que evidencia gratitud en un corazón que ha sido
transformado por él.
Gilberto Rufat
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.