Pasaje
a considerar:
“Pero
nosotros esperamos, según sus promesas, cielos nuevos y tierra nueva, en los
cuales mora la justicia. Por lo cual, oh amados, estando en espera de estas
cosas, procurad con diligencia ser hallados por él sin mancha e irreprensibles,
en paz.” (2Pedro 3:13-14)
Comentario:
La escatología nunca fue un tema secundario
para los primeros cristianos. El Nuevo Testamento coloca la escatología, esto
es, los eventos relacionados con el cumplimiento de la llegada del Mesías y aquellos
referentes a su regreso, como una de las principales doctrinas de la iglesia. Una,
que afectaba la cosmovisión de la vida en todas las áreas de su haber.
Los primeros movimientos de evangelización,
fueron inicialmente provocados por la persecución. Luego, leemos en los Hechos,
acerca de los grandes esfuerzos de los apóstoles, en cooperación con las
iglesias, con la tarea de la gran comisión.
Sobre la manera de vivir de nuestros
hermanos, no había tal cosa como sentirse bendecidos por poseer mayores bienes
terrenales que otros, así como en la llamada prosperidad. La verdadera
prosperidad era vista y evidenciada, en el acto de compartir lo adicional o extra
con los demás hermanos necesitados.
Estos esperaban un cielo y una tierra nueva,
por tanto, vivían con conciencia de eternidad. Por cuanto vivían en este mundo,
sabiendo que ya no eran parte del mundo; buscando ser hallados por él sin
mancha e irreprensibles, en paz.
Conclusión:
Lamentablemente, un amplio sector de “la
iglesia” se transforma en lo que el mundo desea y no a lo que fue llamada, a ser
semejante a Jesús (Ro.8:29). Tal sector o grupo no vive en espera de la venida
de Cristo, sino en espera de alcanzar bendiciones terrenales. No se entrega a
la verdadera evangelización, sino que se apacienta con la idea de un club
social, como tampoco refleja en su vida la manera de aguardar a su Salvador,
porque claramente no le espera.
Pastor Gilberto Rufat
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