El Becerro de Oro
La enseñanza cristiana más ofensiva y a la
vez más aceptada, contradictoriamente, es la referente al libre albedrío. Pero,
¿quién plantó semejante doctrina sobre la cual nos rebelamos contra Dios? Satanás.
La doctrina del libre albedrío es el becerro de oro de muchos cristianos.
¿En dónde reside el problema? La contrariedad
no reside en si el ser humano tenía la capacidad de pensar y de actuar por sí
mismo, pues lo hizo y cayó. El problema radica en que Dios NUNCA le dijo al hombre,
que podía usar dicha capacidad para desobedecerle.
¿Quién trajo la exaltación del libre a
sobre la soberanía de Dios? Satanás. Fue éste, quien le dijo a Eva que si comía
del árbol prohibido, podría vivir de acuerdo a su propia voluntad; una, fuera
de la soberanía de Dios. Un dios que está limitado por la soberanía humana, no
es Dios.
Llevamos milenios haciendo uso de la
doctrina del libre albedrío, pero el resultado sigue siendo el mismo, la muerte.
O, ¿no fue esto lo que sucedió en el huerto? Todo cambió, pero no para bien,
sino para detrimento de toda la raza humana.
Lo triste es que continuamos cayendo en la
misma tentación que nos lleva a rebelarnos contra Dios. Al comer del árbol prohibido,
exaltamos la libre determinación sobre su soberanía. Esto constituyó un claro acto
de rebeldía e insensatez, lo cual todavía pagamos.
El libre albedrío no se trata sobre si se puede
decidir entre comerse una pera o una manzana, si se sale a correr o a caminar, si
se compra un auto o una camioneta, sino, en si tenemos la autoridad de
transgredir lo claramente establecido por Dios y si Dios tiene que respetar nuestro
libre albedrío, sin condenarnos. Y esto sin considerar, que luego de la caída,
el hombre perdió toda capacidad de buscar a Dios (Romanos 3:10-18).
Pastor Gilberto Rufat
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