Pasaje a considerar:
“Porque
mejor les hubiera sido no haber conocido el camino de la justicia, que después
de haberlo conocido, volverse atrás del santo mandamiento que les fue dado.
Pero les ha acontecido lo del verdadero proverbio: El perro vuelve a su
vómito, y la puerca lavada a revolcarse en el cieno.” (2Pedro 2:21-22)
Comentario:
¿Acaso una persona puede, luego de haber
escuchado el evangelio y haberse apartado de las contaminaciones del mundo,
volver atrás del santo mandamiento? Sí. ¿Por qué? Porque escuchar el evangelio y
tratar de vivirlo, no hacen a nadie cristiano. En el contexto de 2Pedro 2, éste
es el mensaje. Los falsos maestros aparentaban haberlo recibido y parecían enseñar
el evangelio, sin embargo, estaban perdidos.
Pedro dice que en los tales, se evidencia
lo del verdadero proverbio; que en donde no ha habido un nuevo nacimiento, solamente
podría verse un aparente cambio de hábito, pero no de naturaleza. El falso
líder, al igual que el falso creyente, tarde o temprano volverá a su naturaleza
caída, de la misma forma que el perro vuelve a su vómito y la puerca lavada a
revolcarse en el cieno.
Los falsos maestros y sus seguidores son
colocados en la misma categoría de Judas; parecen ser parte de la iglesia, pero
no lo son. Pedro expresa lo siguiente: mejor les hubiera sido no haber conocido
el camino de la justicia o como dijo Jesús: “Bueno le fuera a ese hombre no
haber nacido” (Mt.26:24).
Conclusión:
La vida cristiana no consiste en la
asimilación o el asentimiento mental de una creencia o un estilo de vida. Ser
cristiano consiste en un cambio radical. Uno, previamente determinado mediante
la soberana gracia de Dios, en aquellos que llamó y justificó, desde antes de
la fundación del mundo.
No hay salvación, sin regeneración. Cristo
no vino al mundo a hacer de pecadores gente buena; vino al mundo para hacer que
gente muerta espiritualmente, resucitase.
Gilberto Rufat
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