Pasaje a considerar:
“fieras ondas del mar, que espuman su propia vergüenza;
estrellas errantes, para las cuales está reservada eternamente la oscuridad de
las tinieblas.” (Judas 13)
Comentario:
Fieras ondas del mar: Para el
hombre antiguo, el mar podía representar un escenario inmanejable de terror y pérdida
de la vida. En Isaías 57:20 podemos verlo expresado de la siguiente manera:
“Pero los impíos
son como el mar en tempestad, que no puede estarse quieto, y sus aguas arrojan
cieno y lodo.”
“El mar en su
furia arremete contra todo lo que se le pone de frente, no importa lo que sea,
de igual manera estos arremeten sin piedad alguna contra aquellos que se atreven
a enfrentarles; aunque toda su furia al final termina en gran espuma que trae a
la superficie quiénes son en realidad y las intenciones del corazón.” (Edwin
Ortiz Rivera)
Estrellas errantes: Como cometas
a través del cielo, estos hombres asombran al mundo de su tiempo y después
desaparecen en oscuridad. Una estrella imprevisible no servía para la ubicación
o dirección en la navegación.
Esta expresión es contradictoria e irónica, pues son estrellas que han perdido su rumbo y a pesar de su
aparente luz no saben a dónde van. No existe verdadera luz apartado del Padre
de las luces (Santiago 1:17), por ende, seguir como navegantes a una estrella
errante es condenarse a morir en la travesía.
Está reservada eternamente la oscuridad de
las tinieblas: Esto describe su destino. A menos que se arrepientan,
los mismos terminarán con sus seguidores en el infierno por siempre.
Conclusión:
Judas pretende
grabar en la mente de sus lectores, la imagen de un barco a la deriva, que es
movido por las fieras olas del mar (representa al ministerio del maestro falso),
que sigue una estrella errante o sin rumbo (las enseñanzas falsas), el cual desembocará
en la pérdida del navío en la más densa oscuridad (el infierno).
Gilberto Rufat
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