Pasaje a considerar:
“Mas quiero recordaros, ya que una
vez lo habéis sabido, que el Señor, habiendo salvado al pueblo sacándolo de
Egipto, después destruyó a los que no
creyeron. Y a los ángeles que no
guardaron su dignidad, sino que abandonaron su propia morada, los ha
guardado bajo oscuridad, en prisiones eternas, para el juicio del gran día;
como Sodoma y Gomorra y las ciudades vecinas, las cuales de la misma
manera que aquéllos, habiendo fornicado
e ido en pos de vicios contra naturaleza, fueron puestas por ejemplo,
sufriendo el castigo del fuego eterno.” (Judas 5-7)
Comentario:
La carta de Judas presenta que
Dios juzgará a todos y a cada uno de los que no creen, los que se rebelan
contra él y los que se complacen en sus concupiscencias. Tres ejemplos del juicio
de Dios son presentados; los que saliendo de Egipto no creyeron, los ángeles
que abandonaron su propia morada y las ciudades de Sodoma y Gomorra.
Judas constituye una clara
advertencia contra aquellos que construyen una imagen de un dios que es bueno
si ama a todos, pero que es injusto si muestra únicamente misericordia sobre
algunos o si enjuicia eternamente a todos los que no creyeron. Es inconsistente
decir, que Dios no ha de juzgar lo que claramente y previamente ya ha juzgado.
La Biblia expone que para los
ángeles caídos no habrá redención (He.2:16). ¿Es Dios injusto porque dio a su
Hijo para salvar la vida de hombres, que según su misericordia predestinó a
salvación, mientras que a estos ángeles encerró en oscuridad para juicio?
Conclusión:
“¿Qué, pues, diremos? ¿Hay
injusticia en Dios? En ninguna manera. Pues a Moisés dice: Tendré misericordia
del que yo tenga misericordia, y me compadeceré del que yo me compadezca. Así
que no depende del que quiere, ni del que corre, sino de Dios que tiene
misericordia.” (Romanos 9:14-16)
Pastor Gilberto Rufat
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