Pasaje a considerar:
“Estos son manchas
en vuestros ágapes, que comiendo impúdicamente con vosotros se apacientan a sí
mismos; nubes sin agua, llevadas de acá para allá por los vientos; árboles
otoñales, sin fruto, dos veces muertos y desarraigados.” (Judas 12)
Comentario:
Judas continúa la descripción de los falsos maestros señalándolos como
manchas en los ágapes (comida fraternal que se tenía el Día del Señor) de la
iglesia. Es posible que aquí tengamos un problema de traducción, ya que la
palabra manchas (spilás- σπιλάς) significa una roca o arrecife en el mar. De ahí,
que la descripción de Judas represente una metáfora descriptiva de estos hombres
cuya conducta es un peligro para los demás, así como los arrecifes lo son para
un navío.
Mientras la iglesia participaba de los ágapes, en la que llevaban a
cabo la Santa Cena, los falsos maestros participaban de la Santa Cena impúdicamente
ἀφόβως esto es, sin temor. Judas añade que los falsos maestros se apacientan a sí
mismos. La expresión es una significativa y descriptiva, pues la palabra griega
que se utiliza es “poimaino” (ποιμαίνω) y se traduce como pastorear, sin
embargo, estos velan solamente de sí mismos.
Los falsos pastores únicamente buscan beneficiarse, por cuanto son
nubes sin agua. Los que le siguen, esperan una lluvia que nunca caerá sobre sus
vidas, de modo que terminarán secándose. Judas expone que son árboles otoñales,
sin fruto, dos veces muertos y desarraigados. Note la descripción, “no pueden
dar fruto verdadero, porque están dos veces muertos”, pues no están arraigados
a la Vid verdadera (Jesucristo, ver Juan 15).
Conclusión:
Es responsabilidad de cada líder y creyente, levantar voz de alarma con
diligencia contra la falsa doctrina, no solamente cuando la amenaza es visible,
sino en todo tiempo, porque la única manera de caminar seguramente en la
voluntad de Dios es viviendo de acuerdo a su Palabra.
Gilberto Rufat
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