Pasaje
a considerar:
“Les
prometen libertad, y son ellos mismos esclavos de corrupción. Porque el que es
vencido por alguno es hecho esclavo del que lo venció.” (2Pedro 2:19)
Comentario:
Desde antes de la caída, la estrategia del diablo
ha sido la de persuadir a los hombres de que existe libertad fuera de Dios y que
existe la posibilidad de disfrutar otras cosas, si tan solo optáramos por comer
del árbol de la ciencia del bien y del mal. El enemigo ha tratado de vendernos
una idea diferente de lo que significa la libertad desde el principio, así como
ha sido nuestra debilidad, rebelarnos contra Dios.
Pero, ¿qué es libertad? La libertad es el resultado
obtenido por la obediencia a las leyes establecidas por el Creador para nuestro
beneficio. Por ende, no existe libertad sin sujeción y obediencia al Creador.
La libertad no es algo que alcanzamos, sino que es algo que disfrutamos dentro
del marco y el propósito de lo divinamente establecido.
Los falsos maestros se introducen en las
iglesias, al igual que el diablo lo hizo en el huerto del Edén, para seducir y
buscar desviar a los hombres de una sincera fidelidad a Cristo (2Co.11:3). Estos
prometen libertad, pero son ellos mismos esclavos de Satanás (Jn.8:44).
Recordemos que lo mismo sucedió cuando el diablo, sin libertad, le prometía a
Eva libertad. Los falsos maestros prometen bendiciones, sueños y todo tipo de cosas
temporales o efímeras. Igualmente, Satanás le prometió los reinos del mundo y
sus bienes a Jesús, si postrado le adorara.
Conclusión:
La libertad no es algo que se obtiene, sino
algo más bien que se pierde. Ésta no existe fuera de Dios, como tampoco es
posible disfrutarla sin obediencia. Quien promete o predica libertad, sin llevarle
a entender que antes, debe entregarse a una total sujeción a Dios, no solamente
le miente, sino que él mismo evidencia que es esclavo.
Pastor Gilberto Rufat
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