Pasaje a considerar:
"Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones." (2 Pedro 1:19)
Comentario:
Tanto Pedro como Pablo, al final de su carrera ministerial, se aseguraron de recordarle a la iglesia, así como a los líderes, que tenían todo lo que necesitaban para la vida y la devoción a Dios en la palabra profética.
Para ambos apóstoles, no había duda de que la única manera de permanecer seguros y de no caer en los errores de los promotores del engaño y en los falsos maestros, era permaneciendo firmes en la palabra de Dios.
Tristemente, muchos de los "cristianos" en nuestros días, no leen la Biblia y tampoco parece importarles. Sin embargo, Pedro expuso en su primera carta, que uno de los resultados del nuevo nacimiento es el hambre por las Sagradas Escrituras (1P.2:1-3).
Una cantidad de creyentes busca la voluntad divina en oración, pero y ¿qué de su Palabra? Pedro, al igual que Pablo dirigió a sus hermanos a ver la Escritura como una antorcha. En un mundo moderno, donde todo está al alcance de un botón o de un interruptor, es difícil apreciar la bendición de tener agua en nuestros hogares y energía eléctrica.
Hasta que Cristo regrese, la palabra de Dios continuará siendo la única regla de fe, de autoridad y de práctica para el creyente. Cualquier intento de pretender tener otro mensaje, es un insulto a la sabiduría de Dios y a su vez, un acto de soberbia y rebeldía contra él.
Conclusión:
No debemos olvidar, que no fue un descuido o el desconocimiento de la palabra de Dios la que provocó nuestra caída, sino una deliberada rebelión contra lo que él estableció.
Pastor Gilberto Ruf
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