"hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo." (Efesios 4:13)
Comentario:
La meta de la vida cristiana es ser como Cristo, pues Dios nos llama a la madurez, a ser un varón perfecto, a la medida de la plenitud de Cristo. Este estándar es tanto personal como colectivo. Note, que la madurez está asociada o ligada a nuestro conocimiento de Cristo y por ende, a nuestra manera de vivir.
En resumen, el texto expresa lo siguiente: espero que todos mis hijos lleguen a un conocimiento general de la fe que les mantenga unidos y que por medio de él (del conocimiento) conozcan a mi Hijo, el cual es Dios, a fin de que maduren y vivan como hijos a la misma altura y medida en la que vivió Cristo.
Cabe entonces preguntarse, si la falta de madurez y la falta de evidencia de una vida cristiana en muchos creyentes, están asociadas al bajo nivel de conocimiento de la fe y del Hijo de Dios. El apóstol Pablo expresó que el conocimiento del amor de Dios era la mayor fuerza motivadora en su vida como cristiano.
" Porque el amor de Cristo nos constriñe, pensando esto: que si uno murió por todos, luego todos murieron y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos." (2 Corintios 5:14-15)
Conclusión:
No hay mejores ni mayores metas en la vida cristiana, según la epístola a los Efesios, que anhelar crecer y vivir como hijos de Dios y dar a conocer el misterio de la gracia, el evangelio (Ef. 3:10) y aún así, son privilegios que no debemos olvidar.
pastor Gilberto Rufat
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