"desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación, si es que habéis gustado la benignidad del Señor." (1 Pedro 2:2-3)
Comentario:
Pedro presenta la obra de la salvación en su epístola como una destinada antes de la fundación del mundo (1P.1:18-20), pero recibida por medio de la fe en Cristo en el presente (1P.1:7) y como el encuentro final de los elegidos en la segunda venida de Cristo, a fin de recibir la herencia otorgada por el Padre (1P.1:5).
En el capítulo dos, el apóstol exhorta a los hermanos a crecer en la experiencia de la salvación mediante la lectura continua de la Escritura (v.6), a lo que llama la leche espiritual no adulterada. Puesto que mediante la misma, llegarían a conocer a Jesús, si es que realmente habían gustado de su benignidad (v.3).
Los creyentes deben desear leer y estudiar la palabra de Dios, así como un recién nacido necesita la leche materna. El alimento es vital para la salud y el crecimiento. Por consiguiente, los creyentes necesitan la palabra de Dios para satisfacer el alma y conocer a aquel que su vida puso por ellos desde la eternidad.
En nuestros días no existe excusa para no alimentarnos de la palabra de Dios. Aun, quien no sabe leer puede adquirir la Biblia en audio y el ciego, en lenguaje Braille. Además, existe todo tipo de Biblias; con letra grande, lenguaje sencillo y de estudio, entre otras.
La falta del crecimiento espiritual y moral que vemos, está asociada a la apatía a la lectura de la Biblia.
Conclusión:
La lectura de la Biblia, la meditación de la misma y su estudio es vital para nuestras vidas como cristianos. El amor a Jesús debe ser evidenciado por nuestro conocimiento de él.
Simplemente, nuestro desconocimiento de Dios, no es compatible con el amor que profesamos. Pues quien dice amar a alguien, debería poder evidenciarlo.
pastor Gilberto Rufat
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