Pasaje a considerar:
“Pedro, apóstol de Jesucristo, a
los expatriados de la dispersión en el Ponto, Galacia, Capadocia, Asia y
Bitinia, elegidos según la presciencia de Dios Padre en santificación del
Espíritu, para obedecer y ser rociados con la sangre de Jesucristo: Gracia y
paz os sean multiplicadas.” (1Pedro 1:1-2)
Comentario:
El evangelio de la gracia y de la elección divina no es uno Paulino. Un
estudio de la carta de 1Pedro nos mostrará que el mensaje es bíblico. Pedro
comienza la misma animando a los creyentes expatriados por la persecución que
se desató desde el año 64 d.C. por Nerón. Estos, aunque no tenían una patria, habían
sido elegidos para tener una patria celestial.
La palabra “elegidos” ἐκλεκτός significa selecto o escogido, por
implicación favorito. De manera, que Pedro le dice a los hermanos en la diáspora,
que a pesar de su situación actual, podían confiar en la soberanía de Dios.
Pedro expone que habían sido elegidos según la presciencia de Dios. La
palabra presciencia, es usada solamente dos veces en el Nuevo Testamento; en el
versículo de estudio y en Hechos 2:23. La palabra presciencia πρόγνωσις
significa anticipado conocimiento de Dios. Por consiguiente, él sabe quiénes se
salvan, puesto que los escogió.
Pedro les escribe no porque ellos “escogieran” al Señor, sino señalándoles
que a pesar de la persecución y las dificultades que enfrentarían debían confiar
en el Dios que les había salvado, porque les había escogido desde antes de la
fundación del mundo (Ef. 1:4). Por cuanto habían sido alcanzados mediante la obra
de santificación del Espíritu Santo, para ser perdonados por la sangre de su
Hijo Jesucristo (1Pedro 1:19-21).
Conclusión:
La doctrina de la gracia divina, así como la de la elección divina, han
sido los mayores motivadores y sostenedores de los cristianos a través de la
historia, hasta la llegada de la nueva Jerusalén prometida (Ap. 21:2).
Pastor Gilberto Rufat
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