Pasaje
a considerar:
“Acercándoos
a él, piedra viva, desechada ciertamente por los hombres, mas para Dios
escogida y preciosa.” (1Pedro 2:4)
Comentario:
El concepto antiguo testamentario del
pueblo de Israel mantenía a Dios lejos, en la distancia, pero el Hijo se reveló
como Emanuel, Dios con nosotros. Uno de los nombres que Jesús utilizó para dar a
conocer a Jehová fue el Padre Celestial. Si bien es cierto que Dios merece
nuestra reverencia, no es menos cierto, que él también desea que le conozcamos
como “Abba Padre” (Ro. 8:15; Gá. 4:6). Los creyentes gozan del privilegio de
poder tener acceso con confianza al trono de la gracia (He. 4:16). Privilegio,
que no le fue concedido a todos, pues también en 1Pedro 2:8 dice:
“y: Piedra de tropiezo, y roca que hace
caer, porque tropiezan en la palabra, siendo desobedientes; a lo cual fueron
también destinados.”
Mientras unos fueron llamados por la
soberana gracia divina a salvación, otros fueron dejados en su desobediencia, a
lo que Pedro expone que fueron “destinados”. La palabra destinados τίθημι significa poner, colocar, en donde en el tiempo
aoristo representa una decisión completa. Ahora, en el tiempo aoristo del modo
indicativo, en el cual se encuentra la palabra “destinados”, indica una acción
que sucedió en un punto específico en el pasado.
De manera, que mientras unos fueron
elegidos para acercarse a la “piedra viva”, otros fueron dejados en su
desobediencia, siendo Cristo para estos, piedra de tropiezo. De igual forma, unos
fueron rescatados, mientras otros serían condenados; siendo éste
indiscutiblemente, el mismo pensamiento Paulino en Romanos 9:22-23.
“Y qué, si Dios, queriendo mostrar su ira y
hacer notorio su poder, soportó con mucha paciencia los vasos de ira preparados para destrucción, y para hacer
notorias las riquezas de su gloria, las mostró para con los vasos de misericordia que él preparó de
antemano para gloria.”
Conclusión:
¡Cuán enorme e indigno privilegio poder
acercarnos a Jesucristo!
Pastor Gilberto Rufat