"Porque yo por la ley soy muerto para la ley, a fin de vivir para Dios." (Gálatas 2:19)
La ley nunca fue dada al pueblo de Dios como un medio para recibir la salvación, sino por el contrario, para exponer nuestra pecaminosidad e imposibilidad de alcanzar la misma.
"De manera que la ley ha sido nuestro ayo, para llevarnos a Cristo, a fin de que fuésemos justificados por la fe." (Gálatas 3:24)
Por consiguiente, habiendo ya sido justificados en Cristo, vivamos siempre agradecidos y seguros en él.
pastor Gilberto Rufat
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