Es de gran importancia entender la diferencia entre el deísmo y el teísmo, pues muchos masones y ocultistas son deístas y podrían pasar por teístas cuando no lo son.
El diccionario de la Real Academia Española define ambos conceptos, de la siguiente forma:
Deísmo - (Del lat. Deus, Dei, Dios) Doctrina que reconoce un dios como autor de la naturaleza, pero sin admitir revelación ni culto externo. (1)
Teísmo - (Der. del gr. θεός, dios, e -ismo) Creencia en un dios personal y providente, creador y conservador del mundo. (1)
Examinemos algunas de las diferencias ente el deísmo y el teísmo:
Los deístas conciben al mundo como un gran reloj. Uno, en el que este dios colocó todas sus diferentes partes o componentes y sistemas a seguir. Entonces, luego de haberlo colocado en hora, lo abandonó a merced de su diseño y del hombre creado.
Si Dios no interviene de manera directa sobre su creación, entonces lo único que puede hacer el hombre es conocer bien las leyes que rigen el mundo, a modo de hacer el mejor uso de ellas para su beneficio. De manera, que la razón o la iluminación termina siendo su dios.
Por ello se considera que el deísta:
1. Asegura la existencia de Dios, pero no acepta los credos de ninguna religión particular.
2. Considera que Dios creó el universo y las leyes de la naturaleza, pero no acepta que esté representado total o parcialmente en libros o escritos considerados sagrados.
3. Usa la razón para reflexionar acerca de cómo puede ser Dios, en lugar de aceptar que le adoctrinen o enseñen sobre él.
4. Prefiere guiar sus opciones éticas a través de su conciencia y reflexión racional, en lugar de adecuarlo a lo dictado en los libros sagrados o por las autoridades religiosas.
5. Disfruta la libertad de buscar la espiritualidad por sí mismo y su vida espiritual no se ha formado por la tradición o la autoridad religiosa.
6. Prefiere considerarse racional o espiritual antes que religioso.
7. Considera que hay creencias básicas religiosas que son muy racionales, tras eliminar lo que pueda haber de superstición.
8. Ratifica que la religión y el estado deben estar separados. (2)
Partiendo de la posición de que la teología se puede probar mediante la filosofía, surge la postura lógica, de que la teología tiene que ser probada filosóficamente para poder ser aceptada. El deísmo decidió aceptar sólo aquellos dogmas de la religión que se pudieran demostrar o probar mediante la razón. (3)
El teísta cree en Dios, pero su Dios, a diferencia del deísta se revela a su creación. El mismo Dios que creó rige su mundo y lo sustenta, ya que el mundo no puede sostenerse por sí mismo. El hombre no ha quedado solo ni atrapado en la creación, sino que Dios se ha revelado al mismo, deseando que le conozca. Los hombres pueden confiar en Dios, ya que él es el sostenedor de todo cuanto ha sido creado. En el teísmo, usando la misma ilustración del reloj, Dios es el creador, él mismo colocó cada parte y diseñó los sistemas que le rigen, los cuales son aún sostenidos por él y en los cuales él interviene. El mundo a diferencia del deísmo no gira según la cuerda que se le dio al reloj, sino que el mundo de principio a fin es sustentado y conservado por Dios.
Es interesante el hecho que aunque ambos sistemas de creencia aseguran la existencia de Dios, uno de ellos, abre paso total al humanismo, pues al final de cuentas Dios se ha apartado y el hombre debe colocarse en su lugar, esto es el deísmo.
Además, una gran mayoría de los deístas son panteístas. El panteísmo - (De pan-, el gr. θεός, Dios, e -ismo) es un sistema de quienes creen, que la totalidad del universo es el único Dios. Creen en esencia que la creación y Dios al final son uno (monismo). El Monismo - (De mono- e -ismo) es la concepción común a todos los sistemas filosóficos que tratan de reducir los seres y fenómenos del universo a una idea o sustancia única, de la cual derivan y con la cual se identifican.
Por no conocer la diferencia entre el deísmo y el teísmo, algunos cristianos presumen que los padres de la constitución americana eran creyentes, al no entender la diferencia entre estos dos términos, pues ciertamente eran deístas.
A continuación, veamos las palabras de Tomas Paine, uno de los padres fundadores de la nación americana, según afirma en La Edad de la Razón sobre la religión:
“No creo en el credo profesado por la iglesia judía, por la iglesia romana, por la iglesia griega, por la iglesia turca, por la iglesia protestante, ni por cualquier otra iglesia que conozca. Mi mente es mi iglesia. Todas las instituciones eclesiásticas nacionales, ya sean judías, cristianas o turcas, me parecen nada menos que invenciones humanas creadas para horrorizar y esclavizar a la humanidad, y monopolizar el poder y el lucro”.
Paine también escribió "Un Ensayo del Origen de la Masonería" (1803-1805), sobre la Biblia siendo un mito alegórico describiendo astrología:
“La religión cristiana es una parodia de la adoración del sol, en la cual se puso a un hombre al que llamaron Cristo en el lugar del sol, y le ofrecieron la adoración que originalmente se ofrecía al sol”.
Se describió a sí mismo como deísta, diciendo:
“¡Qué diferente es esto a la simple y pura profesión del deísmo! El verdadero deísta tiene una sola deidad; y su religión consiste en contemplar el poder, la sabiduría y la benignidad de la Deidad en sus obras, y en su esfuerzo por imitarlo en toda cuestión moral, científica y mecánica”.
Nuevamente, expone en La Edad de la Razón lo siguiente:
“Yo creo en un Dios y no más; y tengo la esperanza de la felicidad después de esta vida. Creo en la igualdad del hombre, y creo que los deberes religiosos consisten en hacer justicia, amar la misericordia y esforzarse por hacer feliz a nuestro prójimo”.
Examinemos otro ejemplo:
Se dice que cuando Thomas Jefferson dejó la pluma en el tintero por última vez y se limpió los dedos con uno de sus pañuelos, sintió la fatiga de haber realizado una de las cartas políticas más importantes de la historia. Al principio, mientras redactaba la Declaración de Independencia de los Estados Unidos de Norteamérica, las palabras fluían a su mente con fuerza, pero sabía que detrás de aquella retórica brillante se escondía una larga marcha no exenta de sufrimiento y dolor.
A la mañana siguiente, Thomas Jefferson se reunió con los otros cuatro delegados seleccionados por el Congreso Continental para redactar la declaración. Sus compañeros se sorprendieron al comprobar que Jefferson había escrito la declaración en un tiempo récord, pero su admiración fue creciendo a medida que leían el texto:
“Cuando en el curso de los acontecimientos humanos se hace necesario para un pueblo disolver los vínculos políticos que lo han ligado a otro…”
Los delegados escucharon complacidos hasta que el representante de Massachusetts, John Adams, dijo:
“Yo creo que habría que añadir la frase: Que son dotados por su Creador de ciertos derechos inalienables”.
Otro de los delegados, Benjamín Franklin añadió:
“Al final deberíamos incluir la frase: Con absoluta confianza en la protección de la Divina Providencia”.
Palabras como éstas son las que son usadas por algunos, para engañar acerca de la real creencia de la mayoría de los fundadores y dar a creer que eran cristianos. Hemos aprendido que cuando en el billete de un dólar dice “In God We Trust” es el Dios de la Biblia, lo cual es falso. La verdad es que las creencias cristianas son más que cuestionables, en al menos dos de ellos, Benjamín Franklin y Thomas Jefferson.
El que sería tercer presidente de los Estados Unidos, Thomas Jefferson, no ocultaba sus profundas ideas deístas. Su respeto a las creencias de los demás y su profundo deseo de la separación política de la Iglesia y el Estado, estaban en la base de su pensamiento. Thomas Jefferson rechazó públicamente todos los aspectos sobrenaturales de las Escrituras, incluidos los milagros de Jesús. En su pensamiento racionalista, lo sobrenatural era considerado mera superstición.
Durante las elecciones a la presidencia fueron muchos cristianos los que denunciaron las ideas heterodoxas del candidato. Thomas Jefferson se defendió aduciendo:
"Que el buen sentido regrese a nuestro país aborta y amenaza sus esperanzas, y ellos [el clero] creen que cualquier poder que ejerza, será ejercida en oposición a sus planes. Y creo que con razón, porque he jurado en la altar de Dios, hostilidad eterna contra toda forma de tiranía sobre la mente del hombre. Pero esto es todo lo que tienen que temer de mí: suficiente en su opinión, y por ellos imprimen folletos para mentir en mi contra..."
Son numerosas las frases en las que Jefferson ve en la religión un instrumento de represión, y en el clero un obstáculo para la libertad. Tal vez, el problema de Thomas Jefferson, como el de muchos de sus contemporáneos, fue el de sentirse excluidos del cristianismo en cuanto comenzaron a dudar de algunos de sus principios básicos, mientras veía como la iglesia se cerraba y se colocaba en una posición defensiva. (4)
Necesitamos educarnos si no queremos que nos pasen gato por liebre. Es su responsabilidad educarse, el sistema no lo hará por usted, pues está diseñado para alejarle de la verdad. Hoy como siempre, existen vientos contrarios a la cristiandad, pero temo que ya algunos no sepan distinguirlos y les den paso.
La Biblia describe que los tiempos postreros se tornarían peligrosos, porque muchos serían engañados por falsos testigos, “que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella; a éstos evita". (2Timoteo 3:5)
Por: Pastor Gilberto Miguel Rufat
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Fuentes:
1- Diccionario de la Real Academia Española - Microsoft® Encarta® 2009.
2- http://es.wikipedia.org/wiki/Deísmo
3- John Toland, Christianity not Mysterious: Or A Treatise Showing That Is Nothing in the Gospel Contrary to Reason, Nor Above It. Reimpreso en Deism: An Anthology, ed. Peter Gay (New York: Van Nostrand-Reinhold, 1968), pp. 52-77.
4- http://www.protestantedigital.com/ES/Magacin/articulo/1126/Thomas-jefferson-un-deista-en-la-casa-blanca
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