miércoles, 7 de mayo de 2014

No queda más sacrificio por los pecados



no queda más sacrificio por los pecados
Por: Rev. Gilberto Rufat

"Porque si pecáremos voluntariamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda más sacrificio por los pecados." (Hebreos 10:26)

Algunos, erróneamente interpretan que aquí se habla de la posibilidad de la pérdida de la salvación. Sin embargo, nada más lejos de la verdad. La razón por la cual no hay más ofrenda por el pecado después de rechazar a conciencia el evangelio, es la mayor defensa de la doctrina de la seguridad de la salvación. Ya que, lo que verdaderamente afirma el autor de la carta a los Hebreos, es que los que reciben el conocimiento de la verdad, son reconciliados y perdonados para siempre, por el sacrificio expiatorio de Cristo Jesús.

14porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados. 15Y nos atestigua lo mismo el Espíritu Santo; porque después de haber dicho: 16Este es el pacto que haré con ellos Después de aquellos días, dice el Señor: Pondré mis leyes en sus corazones, Y en sus mentes las escribiré, 17añade: Y nunca más me acordaré de sus pecados y transgresiones.  18Pues donde hay remisión de éstos, no hay más ofrenda por el pecado.” (He.10:14-18)

Quienes rechazan voluntariamente la salvación ofrecida mediante el sacrificio de la cruz, quedan condenados, pues la única posibilidad de perdón se halla en la obra redentora de la cruz. Ahora bien, la verdad que debemos entender es que la salvación no consiste solamente en la aceptación del mensaje, sino también en la perseverancia del mismo. ¿Esto significa entonces, que está en nosotros la posibilidad de ser salvos o no? No. Pues tal posibilidad, la de perder la salvación fue descartada en el capítulo seis de dicha carta, cuando el autor de Hebreos afirma que el problema consiste en que algunos aun habiendo escuchado una y otra vez, no creen, de manera que no hay ningún cambio en ellos, llamándoles tierras secas.

Porque la tierra que bebe la lluvia que muchas veces cae sobre ella, y produce hierba provechosa a aquellos por los cuales es labrada, recibe bendición de Dios; 8pero la que produce espinos y abrojos es reprobada, está próxima a ser maldecida, y su fin es el ser quemada.” (He.6:7-8)

Si tal posibilidad existiera, tendríamos que interpretar, según el mismo capítulo seis, que una vez perdida la salvación, no podríamos jamás obtenerla, pues Cristo no puede ser crucificado nuevamente por los pecados de nadie.

4Porque es imposible que los que una vez fueron iluminados y gustaron del don celestial, y fueron hechos partícipes del Espíritu Santo, 5y asimismo gustaron de la buena palabra de Dios y los poderes del siglo venidero, 6y recayeron, sean otra vez renovados para arrepentimiento, crucificando de nuevo para sí mismos al Hijo de Dios y exponiéndole a vituperio (He.6:4-6)

El capítulo diez es más una exhortación a la fe y a la perseverancia, que una exposición doctrinal sobre el tema de la pérdida de la salvación. Los creyentes son llamados a permanecer firmes en la fe y no meramente a asentir con ella. Pero a la vez les recuerda, como una advertencia a aquellos que no habían creído, que de ninguna manera podrían agradar a Dios.

Mas el justo vivirá por fe; Y si retrocediere, no agradará a mi alma.” (He.10:28).

6Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.” (He.11:6)

El autor de la carta no deja a nuestra discreción su significado e interpretación, pues expone que mientras los que no han creído verdaderamente retrocederán y los verdaderos creyentes, perseverarán.

Pero nosotros no somos de los que retroceden para perdición, sino de los que tienen fe para preservación del alma.” (He.10:29)

Mientras unos retrocederán para perdición, otros, perseverarán para salvación. ¿Por qué? Note, que el autor de los Hebreos con toda claridad afirma “pero nosotros no somos de los que retroceden”. ¿Por qué hace tal afirmación y distinción? Porque los únicos que perseverarán hasta el final son los que verdaderamente han creído al evangelio; pues han sido transformados, totalmente perdonados, ya que, la ley de Dios ha sido puesta en sus corazones y el Espíritu Santo ha venido a ser morada en ellos.

Por lo cual, este es el pacto que haré con la casa de Israel Después de aquellos días, dice el Señor: Pondré mis leyes en la mente de ellos, Y sobre su corazón las escribiré; Y seré a ellos por Dios, Y ellos me serán a mí por pueblo; Y ninguno enseñará a su prójimo, Ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce al Señor; Porque todos me conocerán, Desde el menor hasta el mayor de ellos. Porque seré propicio a sus injusticias, Y nunca más me acordaré de sus pecados y de sus iniquidades. Al decir: Nuevo pacto, ha dado por viejo al primero; y lo que se da por viejo y se envejece, está próximo a desaparecer.” (He.8:10-13)

Desde temprano en la carta, en los capítulos tres y cuatro, respectivamente, se habla de un reposo para el pueblo de Dios. En estos capítulos se presenta la salvación como entrar en el reposo de Dios. El autor hace referencia a como el pueblo siendo rescatados de Egipto (viendo milagros) y escuchando la palabra de Dios por medio de Moisés, no creyó y que por tal razón los que no creyeron no entraron en la tierra prometida.

1Temamos, pues, no sea que permaneciendo aún la promesa de entrar en su reposo, alguno de vosotros parezca no haberlo alcanzado. 2Porque también a nosotros se nos ha anunciado la buena nueva como a ellos; pero no les aprovechó el oír la palabra, por no ir acompañada de fe en los que la oyeron. 3Pero los que hemos creído entramos en el reposo, de la manera que dijo: Por tanto, juré en mi ira, No entrarán en mi reposo; aunque las obras suyas estaban acabadas desde la fundación del mundo. 4Porque en cierto lugar dijo así del séptimo día: Y reposó Dios de todas sus obras en el séptimo día. 5Y otra vez aquí: No entrarán en mi reposo. 6Por lo tanto, puesto que falta que algunos entren en él, y aquellos a quienes primero se les anunció la buena nueva no entraron por causa de desobediencia, 7otra vez determina un día: Hoy, diciendo después de tanto tiempo, por medio de David, como se dijo: Si oyereis hoy su voz, No endurezcáis vuestros corazones.  8Porque si Josué les hubiera dado el reposo, no hablaría después de otro día. 9Por tanto, queda un reposo para el pueblo de Dios.” (He.4:1-8)

La ley no garantiza la salvación de nadie, así como la aceptación aparente del mensaje tampoco salva a nadie. Un punto sumamente importante es que los creyentes en Cristo Jesús no viven según el Antiguo Pacto, el cual según el propio capítulo diez, a nadie podía perfeccionar.

Porque la ley, teniendo la sombra de los bienes venideros, no la imagen misma de las cosas, nunca puede, por los mismos sacrificios que se ofrecen continuamente cada año, hacer perfectos a los que se acercan. De otra manera cesarían de ofrecerse, pues los que tributan este culto, limpios una vez, no tendrían ya más conciencia de pecado. Pero en estos sacrificios cada año se hace memoria de los pecados; porque la sangre de los toros y de los machos cabríos no puede quitar los pecados.” (He.10:1-4)

Por ende, el autor no está hablando de la posibilidad de cometer algún pecado por el cual se pueda perder la salvación, lo que si claramente establece es que en el Nuevo Pacto, Dios ha proporcionado la única manera a través de la cual los que se acercan a Jesús, podrán ser salvos; la fe. De forma tal, que quienes nieguen la eficacia del sacrificio o la obra redentora de Cristo no serán salvos.

Conclusión

Sería inconsistente con la carta a los Hebreos hablar de la posibilidad de la pérdida de la salvación. La verdad es que no se puede perder lo que no se posee. Aún más, tampoco se puede perder lo que no se obtuvo, sino que se nos fue concedido por pura gracia. Además, ¿cómo podría el autor de la carta a los Hebreos llamar a Jesús, autor de eterna salvación (He.5:8), a su sacrificio y obra, eterna redención (He.9:12) y dador de herencia eterna (He.9:15), si todo esto, no es eterno, pues podría perderse en el camino? Si fuera así, el sacrificio de Cristo se constituiría en uno igual y no en uno superior a los del Antiguo Pacto, lo que sería una contradicción de la carta.

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