sábado, 30 de agosto de 2014

Santiago 3:6

"Y la lengua es un fuego, un mundo de maldad. La lengua está puesta entre nuestros miembros, y contamina todo el cuerpo, e inflama la rueda de la creación, y ella misma es inflamada por el infierno." (Santiago 3:6)

Una de las armas más poderosas para bien o para mal es la lengua. Santiago se refiere con ello, a la manera con la cual nos comunicamos con otros. Ya que es a través de la misma que expresamos lo que hay en nuestro corazón, siendo el medio reproductor del sonido.

El problema está en el corazón y no en la lengua. Por ende, si éste (el corazón) es malvado, lo que hablaremos destruirá y contaminará todo cuanto  tengamos a nuestro alrededor.

Las palabras no se las lleva el viento. Somos dueños de lo que hablamos y esclavos de lo que decimos. Por consiguiente, debemos tener sumo cuidado con lo que decimos. Dios juzgará nuestras palabras y la intención del corazón. Seamos, pues sabios en su uso, pero como, cuidando lo que anidamos en nuestro corazón.

"Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; Porque de él mana la vida." (Proverbios 4:23)

Bendiciones y lindo día,

Pastor Gilberto Rufat

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