sábado, 23 de agosto de 2014

Los discípulos, ¿nacen o se hacen? - Hebreos 10:38-39


"Mas el justo vivirá por fe; Y si retrocediere, no agradará a mi alma. Pero nosotros no somos de los que retroceden para perdición, sino de los que tienen fe para preservación del alma." (Hebreos 10:38-39)

Los creyente somos justificados por la fe y llamados a vivir por la fe. Para los apóstoles, tomar una decisión por Cristo, como algunos le llaman, por sí misma, no evidenciaba una verdadera conversión. La evidencia real del llamado de Dios para éstos, era la perseverancia en la fe en la vida diaria de los creyentes.

Debemos entender que el llamado de Dios en la gran comisión, no está basado en una simple decisión, sino en el llamado al discipulado. El simpatizante es un mero espectador y aun seguidor, pero como en la parábola del sembrador, por un corto tiempo.

El discípulo es un seguidor de Cristo que asume felizmente el rol de aprendiz, tiene un maestro y está dispuesto a aprender. No asume el rol por un tiempo, sino que reconoce que será un discípulo de por vida. La fe en su vida no es una decisión, sino un estilo de vida.

Mi suegro Domingo, tiene una expresión que suele usar con frecuencia: "esto no es velocidad, sino resistencia." La mayor evidencia del llamado de Dios a salvación en la vida de cualquier persona que se llame creyente, es el factor, perseverancia en la fe.

Ahora bien, ¿es esto contrario a la justificación por la fe? No. Todo lo contrario, quien verdaderamente ha sido justificado por la fe, lo evidenciará a través de una vida de perseverancia. Ya que, el que comenzó la buena obra la finalizará (Filipenses 1:6), a no ser, que Dios nunca la haya comenzado. Dios no salva simpatizantes, sino discípulos  que él mismo llama y salva.

¡Bendiciones!

Pastor Gilberto Rufat

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