jueves, 28 de agosto de 2014

¿Qué es amar?


¿Qué es amar?

Vivimos en un mundo en donde amar se ha convertido en sinónimo de consentir, por ende, de permitir o de llegar a estar de acuerdo con. En el mismo, la verdad parece ser concebida, a través de sentimientos, pasiones y emociones y no de evidencias sostenibles, admisibles y corroborables. Un mundo, en donde los estándares son cambiados a merced de justificar las acciones injustificadas. Este lugar es donde se rechaza a Dios por proveernos de estándares de sana convivencia, pero a su vez, de manera contradictoria, se alega la legitimidad de los mismos (los mandamientos), cuando alguien los viola y somos nosotros los afectados.

No obstante, vivimos en un sistema en el cual algunos de los antónimos de amar son: odiar, aborrecer y despreciar. Por consiguiente, debe existir una diferencia entre odiar y amar. No hay que ser cristiano para saber que la razón consiste, en que el amor no hace daño, sino que busca evitarlo, mientras que el odio no se interesa en nadie y procura siempre el mayor daño. En otras palabras, el amor no consiste solamente en hacer el bien, sino en evitar el mal. Es así que, la palabra amar es más que demostrar afecto y cariño hacia alguien o algo.

Nadie puede decir que ama a otro, cuando ve que aquel a quien se ama está en peligro o está realizando algo indebido y no hace nada. Además, nadie puede decir que ama a otro, cuando justifica y valida una conducta que propiamente Dios ha establecido como pecado. Algunos, ignorantemente creen que aman cuando le dicen a otro, no te preocupes, sigue adelante con tu vida, pues yo no te juzgo. La realidad consiste en que el que te va a juzgar es Dios. Realmente, ¿podemos llamar a eso amor? NO. Jesús no vino al mundo a consentir con nuestros hábitos pecaminosos, sino a morir en la cruz para llevar sobre sí, el dolor que estos nos causan y a enseñarnos el camino correcto, a fin de poder disfrutar de la vida que él mismo nos concedió. Amar es vivir estando de acuerdo con Dios. El amor de Cristo es transformador, no consentidor, no aprueba el mal, sino el supremo bien.

“Porque: El que quiere amar la vida Y ver días buenos, Refrene su lengua de mal, Y sus labios no hablen engaño; Apártese del mal, y haga el bien; Busque la paz, y sígala. Porque los ojos del Señor están sobre los justos, Y sus oídos atentos a sus oraciones; Pero el rostro del Señor está contra aquellos que hacen el mal.”(1 Pedro 3:10-12)

Pastor Gilberto Rufat

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