domingo, 2 de febrero de 2014

¿Qué significa amar al prójimo?


¿Qué significa amar al prójimo?  
Rev. Gilberto M. Rufat 

¿Qué es amor? El amor en la Biblia no es un mero concepto abstracto, pues no es posible amar, sin que éste no sea evidenciado y que tanto su propósito como su fin, sean el bien de quien se ama. La palabra amor está contenida dentro del marco de una relación, de ahí que Dios es amor (1Jn.4:8 y 16). 

¿A quién amaba Dios cuando el mundo no existía? Si el concepto monoteísta de un solo Dios y una sola persona en la deidad fuera el correcto, sería decir que Dios se amaba a sí mismo. Sin embargo, la Escritura establece que existe una relación de amor entre las tres personas de la Deidad, a saber; el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Podemos observar a través de toda la Biblia, la consistencia del amor en la relación de la Deidad. Ahora, ¿cómo ha de ser la relación entre Dios y los hombres? La Biblia afirma que el verdadero amor como hemos dicho, debe evidenciarse en la relación. Jesús dijo:

“15Si me amáis, guardad mis mandamientos.” (Juan 14:15)
En otras palabras, no podemos decir que amamos a Dios y que tenemos una relación con él, cuando deliberadamente le desobedecemos. 

“6Si decimos que tenemos comunión con él, y andamos en tinieblas, mentimos, y no practicamos la verdad” (1Jn.1:6) Esto significa, que debe haber una correspondencia entre nuestros actos y la persona a la que amamos, en este caso Dios. Pero, ¿qué del amor al prójimo? En la historia del buen samaritano (Lc.10:25-37), podemos ver que Jesús preguntó quién fue el prójimo del hombre que estaba herido y no quién es mi prójimo. 

“36¿Quién, pues, de estos tres te parece que fue el prójimo del que cayó en manos de los ladrones? 37Él dijo: El que usó de misericordia con él. Entonces Jesús le dijo: Ve, y haz tú lo mismo.” (Lc.10:36-37) 

Tener misericordia es levantar al herido, no es complacerse del caído. Usted no puede decir que ama a alguien que está perdido y a la vez hacerse de la vista larga y proseguir su camino. Como tampoco puede decir que ama a alguien y conociendo que está haciendo algo indebido, usted lo consiente porque es su amigo. En Proverbios 27:5 podemos ver que el amor tiene que ver con cuidado, con dar dirección y todo lo que ello implica. 

“Mejor es reprensión manifiesta Que amor oculto.” (Pr.27:5) 

En otras palabras, amar es asumir la responsabilidad de cuidar y velar por otro. Note que nada tiene que ver con sentimentalismos, se trata de asumir y llevar a cabo su responsabilidad sobre los que se aman. Sin embargo, vivimos en un mundo donde amar es sinónimo de permitir, consentir, pues según algunos, allí reside el amor y peor aún cuando ello va encontra de lo establecido por Dios y el que dice amar se autocataloga cristiano. 

Si amar es consentir y tolerar el pecado, ¿para qué Dios envió a su Hijo? ¿Por qué tuvo que morir? El verdadero evangelio comenzó con la predicación de Juan el Bautista y su llamado al arrepentimiento. Luego Jesús comenzó a predicar la necesidad de arrepentimiento. Después los discípulos comenzaron a predicar. 

“38Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados…” (Hch.2:38) 

Debería sorprendernos que al presente, un grupo de supuestos “pastores” conforme a las concupiscencias de los hombres, predique y defienda con vehemencia, que no hay que apartarse del mal, pues Dios les ama tales cuales son y ellos también. 

El amor consiste no únicamente en desear el bien, sino en evitar el mal. Por ende, no sólo amamos cuando hacemos el bien, sino cuando nos ocupamos en ayudar a otros a seguir el bien. Desde un punto de vista bíblico, amar comprende el corregir, el guiar y el señalar lo que es incorrecto porque se considera el dolor de otros y sus implicaciones como nuestras, sino pregúnteselo a una madre o a un padre. Imagínese que usted va al médico y le diagnostica cáncer. El médico, como no quiere confrontarlo con su situación, le dice: no se preocupe por su salud, siga adelante y todo irá bien. ¿Cree usted que eso es amor? 

Nadie puede decir que ama a alguien, cuando ve a otro haciendo algo indebido y le dice no te preocupes sigue adelante con tu vida, yo no te juzgo. Le pregunto, ¿es usted acaso la vara o la medida de Dios? No, pues ésta es la Palabra de Dios. ¿Cómo nos atrevemos llamar bueno lo que claramente Dios condena? ¿Podemos llamarle a eso amor?
 

“7Si soportáis la disciplina, Dios os trata como a hijos; porque ¿qué hijo es aquel a quien el padre no disciplina? 8Pero si se os deja sin disciplina, de la cual todos han sido participantes, entonces sois bastardos, y no hijos. 9Por otra parte, tuvimos a nuestros padres terrenales que nos disciplinaban, y los venerábamos. ¿Por qué no obedeceremos mucho mejor al Padre de los espíritus, y viviremos? 10Y aquéllos, ciertamente por pocos días nos disciplinaban como a ellos les parecía, pero éste para lo que nos es provechoso, para que participemos de su santidad. 11Es verdad que ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; pero después da fruto apacible de justicia a los que en ella han sido ejercitados.” (Hebreos 12:7-11) 

Dios nos ama y nos corrige y lo mismo demanda de cada uno de nosotros, en los diferentes tipos de relaciones. De ahí que Dios desee entrar a nuestra vida para cambiarla. El hacerse de la vista larga o el desentendido, no es sinónimo de amor, sino de irresponsabilidad, esto es prolongar el problema o el de esperar que se torne peor. El que no le corrige, no le ama, no importa cuán serio lo manifieste. Solamente aquel que le confronta con sus malas decisiones y le corrige, le ama. El verdadero amor persiste en lo que es debido para que a su tiempo pueda verse el fruto. Ningún problema puede ser resuelto desde la periferia, esto es, de afuera, hay que ir a la raíz del mismo. Por tal razón, Dios entró en contacto con nosotros, pues se requería de una intervención directa. Dios nos ama tanto, que decidió hacer algo antes de la fundación del mundo, al enviar a su Hijo en el cumplimiento de los tiempos para rescatarnos de lo que sería un estado de perdición en vida y de perdición eterna. Dios vio el mal que otros en su oscuridad no pueden ver e hizo algo más para que usted y yo no permaneciéramos en oscuridad, dio a su Hijo en rescate por nosotros. 

Quien verdaderamente le ama le corregirá. Los que le dicen que le aman y viéndole hacer lo malo e incorrecto, le expresan que eso no les debe importar a otros, no le aman. El que le dice siga adelante, conociendo de antemano los peligros y las consecuencias de sus acciones, no sólo no le ama, sino que muestra y evidencia, que no siente, ni padece por usted y que posiblemente está en la misma condición suya. 

“28Y como ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios, Dios los entregó a una mente reprobada, para hacer cosas que no convienen; 29estando atestados de toda injusticia, fornicación, perversidad, avaricia, maldad; llenos de envidia, homicidios, contiendas, engaños y malignidades; 30murmuradores, detractores, aborrecedores de Dios, injuriosos, soberbios, altivos, inventores de males, desobedientes a los padres, 31necios, desleales, sin afecto natural, implacables, sin misericordia; 32quienes habiendo entendido el juicio de Dios, que los que practican tales cosas son dignos de muerte, no sólo las hacen, sino que también se complacen con los que las practican.” (Ro.1:28-32)

Conclusión  
El verdadero amor corrige, por eso Dios le llama al arrepentimiento porque realmente le ama y quiere que usted vea la luz. 

“Amar es procurar el mayor bien de aquel a quien se dice amar, nunca es consentir el mal.” Rev. Gilberto M. Rufat

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