lunes, 3 de febrero de 2014

¿Existe tal cosa como el libre albedrío?

Libre Albedrío
Rev. Gilberto Rufat

 El término libre albedrío es uno acuñado por algunos filósofos y cristianos, en un intento de definir la capacidad o poder, que según estos, tiene el ser humano para decidir cómo ha de vivir. Veamos algunas definiciones:

Definición de la página de Wikipedia:

“El libre albedrío o libre elección es la creencia de aquellas doctrinas filosóficas que sostienen que los humanos, u otros animales, tienen el poder de elegir y tomar sus propias decisiones."

Matt Slick:

“El libre albedrío es la habilidad que tiene cada individuo para tomar sus propias decisiones. Existen debates en cuanto a la extensión que tienen las personas de entender este libre albedrío.”

Sin embargo, desde un punto de vista bíblico, no es fácil el sostener el libre albedrío, sin ser inconsistentes e incoherentes con la correspondencia que debe haber entre las demás enseñanzas bíblicas. 


Diccionario Bíblico Certeza:
  “Si se toma la frase teológicamente, como si denotara una habilidad natural del hombre no regenerado para llevar a cabo actos que son indudablemente buenos a los ojos de Dios, o para responder a la invitación del evangelio, pasajes como Ro.8.5–8; Ef.2.1–10; Jn.6.44 parecen indicar que ningún hombre tiene la libertad de obedecer y tener fe mientras no sea liberado del dominio del pecado por la gracia preventiva. Todas sus elecciones voluntarias son, en un sentido u otro, actos de servidumbre al pecado, hasta que la gracia rompe el poder del pecado y lo lleva a obedecer el evangelio."


El libre albedrío en la Confesión Bautista de Fe de 1689:
1. Dios ha dotado la voluntad del hombre de una libertad natural y de poder para actuar por elección propia, que no es forzada ni determinada a hacer bien o mal por ninguna necesidad de la naturaleza.

2. El hombre, en su estado de inocencia, tenía libertad y poder para querer y hacer lo que era bueno y agradable a Dios, pero era inestable y podía caer de dicho estado.

3. El hombre, por su Caída en un estado de pecado, ha perdido completamente toda capacidad para querer cualquier bien espiritual que acompañe a la salvación; por consiguiente, como hombre natural que está enteramente opuesto a ese bien y muerto en el pecado, no puede por sus propias fuerzas convertirse a sí mismo o prepararse para ello.

4. Cuando Dios convierte a un pecador y lo traslada al estado de gracia, lo libra de su esclavitud natural bajo el pecado y, por su sola gracia, lo capacita para querer y obrar libremente lo que es espiritualmente bueno; sin embargo, por razón de la corrupción que todavía le queda, no quiere, ni perfecta ni únicamente, lo que es bueno, sino que también quiere lo que es malo.

5. Esta voluntad del hombre es hecha perfecta e inmutablemente libre para querer sólo el bien, únicamente en el estado de gloria.

Lo que muy pocos comprenden es que no se trata, de si el ser humano pueda decidir sobre lo que no le conviene, sino si esa capacidad de la voluntad, es en sí un derecho como algunos aseguran. La Biblia da ejemplos de la voluntad humana, lo que no dice es que sea libre, en el sentido de poder decidir sin dar cuentas de nuestros actos y sobre todo de poder librarnos de las consecuencias de los mismos.

1Corintios 11:23 “Todo me es lícito, pero no todo conviene; todo me es lícito, pero no todo edifica.”

1Corintios 6:12 “Todas las cosas me son lícitas, mas no todas convienen; todas las cosas me son lícitas, mas yo no me dejaré dominar de ninguna.”

Si la verdadera libertad está centrada en poder disfrutar de manera legítima de las cosas que Dios nos ha provisto, sin que ellas nos afecten o hagan daño a otros, entonces el libre albedrío como algunos lo llaman, no encaja en lo que significa hacer la voluntad de Dios. Hacer la voluntad de Dios tiene que ver con el ejercicio de reconocer lo que la palabra de Dios ha establecido y con la obediencia a la misma.

Tal vez le sorprenda, pero la expresión libre albedrío no aparece en la Biblia, aunque si la idea, la cual está asociada con lo que la Serpiente le aseguró a Eva. La Serpiente le presentó la idea de que al comer del árbol de la ciencia del bien y del mal, podría ser como Dios, el único que posee total y absoluta libertad. La idea puesta en la mente de Eva era que una vez comiera del fruto conocería el bien y el mal y no tendría necesidad de Dios. Adán y Eva podrían autodecidir por sí mismos lo que sería mejor para ellos y así no depender de Dios, viniendo a ser como El.

La verdad es que, Dios nunca le dio la libertad a Adán de decidir, si deseaba obedecerle. Dios le dijo que el día que le desobedeciera moriría. “Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer; mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás.” (Génesis 2:16-17) Si Dios le hubiese dado tal voluntad, entonces era tarea divina respetarla, pero Dios nunca le dijo a Adán que podía vivir como quisiera. La razón es que no existe libertad fuera de Dios. Los proponentes del libre albedrío, deberían considerar con detenimiento las consecuencias de la caída del hombre. El resultado no fue libertad, sino graves consecuencias, junto con el primer sacrificio, pues de no haber sido por éste, Adán y Eva hubiesen muerto (Gn.3). La desobediencia no les brindó libertad.

Es interesante y contradictorio el que los defensores del libre albedrío basen o apoyen su enseñanza en la supuesta libertad humana, que lejos de libertad ha producido cautividad y destrucción. Si ser libre es determinar por uno mismo lo que se desea, ¿por qué cuando violamos los mandamientos establecidos por Dios quedamos en un estado de esclavitud? ¿No debería el ejercicio del libre albedrío traer libertad? Creo que algunos no entienden siquiera la palabra libertad. ¿Por qué?

1- La libertad no es la capacidad de decidir, disfrutar o realizar a rienda suelta sobre lo que se desea. Pues la verdadera libertad debe primero basarse en la verdad y luego debe actuar conforme a ella.

2- Porque la libertad no es un mera facultad del alma, sino un resultado o fruto de la obediencia a la verdad. Por consiguiente, es imposible hacer lo malo y tener libertad.

3- La libertad tampoco ha de ser considerada como un mero estado temporal, pues también implica un estado emocional, como consecuencia de uno espiritual.

Pasemos a ver cómo la biblia describe la condición humana existente, para poder determinar si existe tal cosa como una libre determinación humana. Sin lugar a dudas, uno de los puntos importantes en la teología es el efecto de la caída en el ser humano. Esto es, ¿hasta dónde afectó la caída a Adán y a Eva? ¿Tuvo la caída efecto sólo en Adán y Eva o también en la humanidad? ¿Es el ser humano bueno por naturaleza o es malo? El apóstol Pablo describe en la epístola a los Romanos la situación del hombre en su estado caído, resumiendo los efectos de la ira de Dios por causa de su rebeldía.

Base Bíblica: Romanos 1:21-32

“21Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido. 22Profesando ser sabios, se hicieron necios, 23y cambiaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles. 24Por lo cual también Dios los entregó a la inmundicia, en las concupiscencias de sus corazones, de modo que deshonraron entre sí sus propios cuerpos, 25ya que cambiaron la verdad de Dios por la mentira, honrando y dando culto a las criaturas antes que al Creador, el cual es bendito por los siglos. Amén. 26Por esto Dios los entregó a pasiones vergonzosas; pues aun sus mujeres cambiaron el uso natural por el que es contra naturaleza, 27y de igual modo también los hombres, dejando el uso natural de la mujer, se encendieron en su lascivia unos con otros, cometiendo hechos vergonzosos hombres con hombres, y recibiendo en sí mismos la retribución debida a su extravío. 28Y como ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios, Dios los entregó a una mente reprobada, para hacer cosas que no convienen; 29estando atestados de toda injusticia, fornicación, perversidad, avaricia, maldad; llenos de envidia, homicidios, contiendas, engaños y malignidades; 30murmuradores, detractores, aborrecedores de Dios, injuriosos, soberbios, altivos, inventores de males, desobedientes a los padres, 31necios, desleales, sin afecto natural, implacables, sin misericordia; 32quienes habiendo entendido el juicio de Dios, que los que practican tales cosas son dignos de muerte, no sólo las hacen, sino que también se complacen con los que las practican."

Tres cosas salen inmediatamente a relucir y ninguna asociada a la libertad:

1- Dios los entregó a la inmundicia en las concupiscencias de sus corazones

La palabra inmundicia del griego implica suciedad o impureza. Esto implica que el corazón de los hombres quedó atrapado por deseos sucios o impuros. Dejando Dios que el ser humano se hundiera en su suciedad, ya que deliberadamente no le dieron gracias y decidieron rebelarse.

2Pedro 2:22 "22Pero les ha acontecido lo del verdadero proverbio: El perro vuelve a su vómito, y la puerca lavada a revolcarse en el cieno."

Al ser humano, sin el toque de la gracia de Dios, no le queda otra cosa, sino vivir de acuerdo a su naturaleza, la cual sin Dios esta caída, siendo esto la verdad.

Jeremías 13:23 “¿Mudará el etíope su piel, y el leopardo sus manchas? Así también, ¿podréis vosotros hacer bien, estando habituados a hacer mal?”

2- Dios los entregó a pasiones vergonzosas

La palabra griega utilizada para pasiones implica sufrimiento, de otra manera que el ser humano sería arrastrado por deseos que aunque aparentan satisfacerle, su fin sería el dolor. De hecho, el ser humano en su estado caído es controlado por su mayor deseo o inclinación.

Proverbios 23:7 "7Porque cual es su pensamiento en su corazón, tal es él..."

Romanos 7:15-21 “15Porque lo que hago, no lo entiendo; pues no hago lo que quiero, sino lo que aborrezco, eso hago. 16Y si lo que no quiero, esto hago, apruebo que la ley es buena. 17De manera que ya no soy yo quien hace aquello, sino el pecado que mora en mí. 18Y yo sé que en mí, esto es, en mi carne, no mora el bien; porque el querer el bien está en mí, pero no el hacerlo. 19Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago. 20Y si hago lo que no quiero, ya no lo hago yo, sino el pecado que mora en mí. 21Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: que el mal está en mí.”

3- Dios los entregó a una mente reprobada

Esta palabra implica depravación. El resultado sería que, el hombre perdería el punto de referencia para juzgar lo correcto de lo incorrecto. De aquí que la Escritura establezca que el hombre en su estado caído es visto figurativamente como muerto.

Efesios 2:1 "1Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados."
Mi amado hermano, amigo, o lector, el estado descrito según la Biblia es uno de total depravación. Estado, en el que el ser humano es llamado pecador no porque peca sino porque eso es, pecador. Su problema no es meramente lo que hace, sino lo que es. De ahí, que no exista tal cosa como una libre voluntad. Aún de manera filosófica, para que exista verdadera libertad, es necesario que se pueda decidir entre dos o más partes, sin que nada en nosotros, nos incline a una, sin la consideración de las demás.

Sí es cierto que Dios creó al ser humano con voluntad, pero una para obedecerle, lo de libertad o libre, lo añadió la Serpiente y nosotros le creímos. Lo triste del caso es que hablamos de una libertad que no tenemos y que jamás obtendremos, sino hasta que nos rindamos a Cristo. La Serpiente sigue engañando hoy con la misma mentira, ¿habrás tú de creerle?

1Corintios 11:3 “3Pero temo que como la serpiente con su astucia engañó a Eva, vuestros sentidos sean de alguna manera extraviados de la sincera fidelidad a Cristo.”

Debo reiterarme en que la Biblia no enseña que al hombre se le haya dado la potestad de decidir sobre lo que quisiese. Desde el principio, Dios dijo lo que podíamos hacer y lo que no debíamos hacer, pero nunca, nunca, nunca, dándonos derecho a decidir sobre el mal. Sus palabras fueron el día que pecares, morirás. Tal declaración está exenta de libre determinación.

Dios creó seres humanos con inteligencia y capacidad para tomar decisiones pero dichas decisiones debían estar fundamentadas sobre su voluntad, esto es sobre la palabra de Dios. Decidir sobre lo incorrecto no es un privilegio, sino literalmente un suicidio. Mi amado lector, usted no viola los mandamientos, sino que se viola contra ellos. El cuadro del ser humano que Pablo describió como producto de la ira de Dios es uno en cautividad. Uno en que sólo por la gracia de Dios puede ser rescatado. Si nuestros deseos y anhelos son contrarios a Dios por naturaleza, ¿cómo podemos hablar de libre albedrío?

Recuerde la definición de Wikipedia: “El libre albedrío o libre elección es la creencia de aquellas doctrinas filosóficas que sostienen que los humanos, u otros animales, tienen el poder de elegir y tomar sus propias decisiones”. Le pregunto, ¿quién le dio la libertad de hacer lo que usted cree? pues según la Biblia ni aun a Adán se le concedió tal libertad por un minuto. Decidir fuera de la voluntad de Dios es desobediencia y en el lenguaje cristiano, errar del blanco, lo cual es lo mismo que PECAR. Vivir, según nuestro “libre albedrío” es declarar nuestra independencia de Dios, presumir que sabemos lo que es mejor, lo cual es un acto de rebeldía.

Bendiciones hermanos…

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