lunes, 10 de febrero de 2014

Ocultismo en las Iglesias


Ocultismo en las Iglesias
 Rev. Gilberto M. Rufat

Base Bíblica: 1Timoteo 4:1  
“Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios.”

Introducción
 En nuestros días encontramos un sin número de pastores atando, desatando, decretando y todo tipo de “andos”. ¿Son estas enseñanzas realmente bíblicas?, sino lo son, ¿de dónde proceden? Veamos primero de dónde parten estas enseñanzas de demonios y luego cómo son usadas para malinterpretar o simplemente tergiversar las enseñanzas de la Biblia. 

En primer lugar, comencemos con entender el significado de atar y desatar. Según el Diccionario De Teología de Everett F. Harrison: 


“Estos son términos para referirse al ejercicio de la autoridad disciplinaria que Cristo confirió junto con las llaves del reino; primero, a Pedro en Mt. 16:19 y después a todos los discípulos en 18:18. Esto no quiere decir que ellos tenían derecho a comunicar decisiones en materias de conducta; esto es, para prohibir o permitir deberes específicos o funciones morales. Lo que se da a entender es la autoridad para excomulgar y readmitir a la gente dentro de la comunidad de los creyentes. Con todo, debemos notar que en el judaísmo atar y desatar también significaba «prohibir» y «permitir» en asuntos de casuística. Jn. 20:23 se relaciona con el sentido de atar y desatar del texto de Mateo. La exclusión de la comunidad siempre se debe a alguna ofensa y, por tanto, presupone el retener los pecados; mientras que la readmisión incluye el perdón de los pecados”(1)

En fin, en términos prácticos, atar y desatar era sinónimo de aprobación o desaprobación de algún asunto que era juzgado por un rabino. Nada tenía que ver con leyes espirituales, sino con discernir lo bueno de lo malo. 

Segundo, luego del desarrollo del misticismo judío y la llamada Cábala judía, algunos términos fueron reinterpretados, dándoles connotaciones gnósticas. Estos creían que el mundo podía ser controlado por principios espirituales. Principios que no eran de origen judío, sino de las religiones de misterio de Egipto y Babilonia, entre muchas otras, las cuales los judíos habían adoptado dentro de sus creencias y las cuales tristemente, pasaron a ser la base del judaísmo que vemos y que la mayoría de las personas no entiende hoy. Éstas creen que el judaísmo es esencialmente antiguo testamentario, pero realmente es talmudista. El Talmud del cual hay dos vertientes; la judía y la babilónica está basado en las interpretaciones y tradiciones de los rabinos, las que están según estos, muy por encima de la Ley de Moisés. De hecho, según ellos, hoy es imposible entender la Tora o la Ley de Moisés, sin tener estudios en el Talmud.

Parte de la base del misticismo judío se desarrolló a partir del cautiverio de 400 años en Egipto y luego fue reforzado durante el cautiverio babilónico. El hermetismo supuestamente se desarrolló a partir de un personaje llamado Hermes Trismegisto, personaje legendario oriundo de Egipto. El nombre Hermes Trismegisto significa el tres veces más grande. El hermetismo proviene de la palabra hermético, esto es cerrado, impenetrable. Desde el punto de vista de las sociedades de misterio, sólo los iniciados podían comprender, mientras que para los demás todo le era hermético. Los principios del Kybalión atribuido a este legendario egipcio se desarrollaron en siete leyes espirituales.

Siete leyes o Principios herméticos 

   
1- Ley del Mentalismo - dice que toda realidad en sí es mente de ahí viene el uso de; “Todo es mente.” Esto significa que para el ocultista o esotérico, vivimos en un plano mental. Por ende, lo único que necesitamos es ver lo que queremos cambiar u obtener en un plano mental primero. Por consiguiente, observamos que los gurús religiosos y otros en su ignorancia, dejándose llevar por toda ola nueva y siendo estaciones repetidoras, les dicen a sus congregaciones; “Visualice lo que quiere.” 

¿Es esto una práctica cristiana correcta? NO ¿Por qué? Porque los creyentes no visualizamos nuestro futuro, sino que confiamos en el plan de Dios, el cual es seguro.

“Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis.” (Jeremías 29:11)


2- Ley de Correspondencia - En el mundo ocultista y esotérico se cree que existe una dualidad dentro de una unidad, algo así como el yin y el yang. Se cree además, que existen diferentes planos mentales. Pongámoslo simple, existe según ellos varios niveles, el más bajo el terrenal y el más alto el espiritual. De manera tal, que lo que usted necesita según estos, es buscarlo o visualizarlo en el plano superior o en el mundo espiritual. Los esotéricos u ocultistas instruyen a su gente de la siguiente manera; “Como es arriba es abajo…” – De forma tal, que lo que uno necesita es traer al plano terrenal, lo que se encuentra en el plano espiritual. Por ejemplo, usted está enfermo en el plano terrenal y lo único que necesita es verse sano en el plano espiritual. Por tal razón, usted escuchará a ignorantes o a agentes de Satanás decir o enseñar; “Lo que usted necesita está en el mundo espiritual.”

 

Los creyentes no creemos en la ley de correspondencia, pues lo único que merecemos los pecadores es la condenación, aunque sí, reconocemos y creemos que en Jesucristo está todo lo que necesitamos y de él nos agarramos.

“Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad, y vosotros estáis completos en él, que es la cabeza de todo principado y potestad.” (Colosenses 2:9-10)


3- Ley de Vibración – Este principio enseña que “todo está en un continuo movimiento.” De modo que, las cosas pueden cambiar o visto desde el punto de vista ocultista podemos cambiar las cosas. Únicamente necesitamos pensar y hablar lo que queremos. Las palabras son usadas como mantras que cambian la frecuencia hacia lo que se quiere. Por esto, verá supuestos ministros o pastores diciéndoles a sus congregaciones; “Comience a hablar su milagro una y otra vez hasta que lo tenga.”


La verdad para los creyentes no consiste en desear cambiar las cosas, sino el aprender a confiar en Dios en todas las cosas.


“Porque somos hechos participantes de Cristo, con tal que retengamos firme hasta el fin nuestra confianza del principio” (He.3:14)


4- Ley de Polaridad – En el mundo esotérico y ocultista, se enseña que “todo tiene su doble.” Sólo se necesita invertir la polaridad para atraer u obtener lo que se busca. Algo muy parecido al video que sacaron de “La Ley de la Atracción”. Según estos, existe un mundo dual en el cual si cambias la polaridad, frecuencia o ritmo, puedes invertir tu situación o circunstancia. La forma de enseñanza en algunas iglesias es; “Comience a verse sano, próspero, exitoso.” Esto es, vete sano, aunque te estés cayendo en cantos.


La verdadera fe no niega la realidad de las circunstancias, sino que cree por encima de las circunstancias, la última palabra siempre la tendrá Dios. De ahí, que el verdadero creyente se sostiene de Dios, pues su fe no anida en las circunstancias, sino en el Dios que está en control de toda circunstancia. Además, la fe bíblica, no es sinónimo de positivismo, sino que es confianza absoluta en el cuidado y voluntad de Dios.


“para que vuestra fe no esté fundada en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios.” (1Corintios 2:5)


5- Ley de Ritmo – La ley de ritmo establece que “todo fluye y refluye.” Esto significa que todo está en un continuo movimiento. Por tal razón, según estos, podemos alterar el curso de las cosas. De manera, que escuchará a falsos maestros decirle a sus iglesias “Ustedes pueden cambiar sus circunstancias, comience a creer.”


Sin embargo, los cristianos confiamos en la providencia de Dios, pues Dios y sólo él está en control de todo cuanto sucede. De forma tal, que Dios provee para que su plan se cumpla en nosotros, pues el mundo es sostenido y guiado por él.


“Porque de él, y por él, y para él, son todas las cosas. A él sea la gloria por los siglos. Amén.” (Ro.11:36)


6- Ley de Causa y Efecto – Esta ley o principio enseña que “todo efecto tiene su causa”, por ende, verá falsos maestros diciendo; “Nada sucederá hasta que usted lo confiese.” Según estos falsos maestros o más bien gurús, usted mismo debe crear su realidad. Debe aprender a operar en las leyes espirituales de manera que obtenga lo que usted desea o necesita.

 

Sin embargo, los creyentes en Jesucristo, no necesitamos crear nada, de hecho, nada podemos crear de la nada, lo que si debemos es reconocer que nuestro Dios ha hecho provisión para nosotros en Cristo. Nada sucederá que no sea la soberana voluntad de Dios en nuestras vidas.

“Jehová de los ejércitos juró diciendo: Ciertamente se hará de la manera que lo he pensado, y será confirmado como lo he determinado.” (Isaías 14:24)

 

“Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.” (Ro.8:28)

7- Ley de Género – Este principio para los esotéricos y ocultistas establece que todo tiene una forma “masculina y femenina”, por lo tanto, sólo necesitamos unirlas y nacerá lo que deseas. No es mi deseo entrar en otros asuntos mucho más complejos, pero este principio es el que dio paso a la práctica sexual dentro de los ritos esotéricos, ocultistas y satánicos, entre otros. Es por esta razón, que en el Antiguo Testamento vemos prácticas sexuales en el culto a Astarté y a Baal.


Luego, la enseñanza vino a ser sustituida por algunos ocultistas y magos en que las palabras que son pensamientos, actúan sobre el mundo espiritual. Esto debido a que, como expliqué en la Ley de Mentalismo, los ocultistas conciben toda realidad como mente. De manera, que las palabras o pensamientos, puedan crear lo que deseamos. En el ámbito esotérico evangélico que tristemente ha invadido la iglesia, esta doctrina será promovida y enseñada como; “Las palabras tienen poder.”


Los verdaderos creyentes en Jesús, no creemos que nuestras palabras tengan ningún poder, pues Dios no es manipulado, ni movido por palabras de hombres o por lo que algunos llaman fe. Nuestra convicción y seguridad radica en la palabra de Dios y no en la nuestra, pues sólo por la palabra de Dios el mundo fue constituido.


“Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía.” (Hebreos 11:3) 


Conclusión
El mundo no es controlado por leyes o principios espirituales, sino por el Creador. Dicho Dios es soberano y no recibe órdenes de nadie. Aún las leyes del mundo, que él mismo creó, están sujetas a él, de ahí, la razón por la cual Dios puede obrar milagros. Dios no es la lámpara de Aladino que según usted frote, el genio saldrá para ofrecerle el cumplir sus deseos, caprichos, sueños e ilusiones.

“¡Vamos ahora! los que decís: Hoy y mañana iremos a tal ciudad, y estaremos allá un año, y traficaremos, y ganaremos; cuando no sabéis lo que será mañana. Porque ¿qué es vuestra vida? Ciertamente es neblina que se aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece. En lugar de lo cual deberíais decir: Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello. Pero ahora os jactáis en vuestras soberbias. Toda jactancia semejante es mala; y al que sabe hacer lo bueno, y no lo hace, le es pecado.” (Santiago 4:13-17)


No es Dios quien se ajusta a nosotros, sino nosotros debemos someternos a él. La Biblia aún afirma que ni siquiera debemos adelantarnos al día de mañana y a planificarlo según nos convenga, sino que debemos encomendarnos en todo a Dios y que siempre sea echa su voluntad, lo que ya es una palabra que se ha perdido en muchas iglesias.


Bibliografía:


1- Everett F. Harrison, Geoffrey W. Bromiley and Carl F. H. Henry, Diccionario De Teología (Grand Rapids, MI: Libros Desafío, 2006), 65.


2- Tres Iniciados, El Kybalion. Editorial Lectorum, 2013.

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