viernes, 3 de julio de 2015

Vuestra Elección



Vuestra Elección

Base Bíblica: 1Tesalonisenses 1:3-4

“acordándonos sin cesar delante del Dios y Padre nuestro de la obra de vuestra fe, del trabajo de vuestro amor y de vuestra constancia en la esperanza en nuestro Señor Jesucristo. Porque conocemos, hermanos amados de Dios, vuestra elección; pues nuestro evangelio no llegó a vosotros en palabras solamente, sino también en poder, en el Espíritu Santo y en plena certidumbre, como bien sabéis cuáles fuimos entre vosotros por amor de vosotros.”

Introducción:

La iglesia que nació en Tesalónica surgió en medio de una gran persecución. Pablo, por tres días de reposo (sábados) en la sinagoga, discutió con ellos; declarando y exponiendo, que era necesario conforme a las Escrituras, que el Cristo padeciese y resucitase de los muertos; y que Jesús, a quien él anunciaba, era el Cristo (Hechos 17:1-3).

El apóstol Pablo había quedado marcado con la manera en que los tesalonicenses, en medio de gran persecución, creyeron y se mantuvieron firmes en el evangelio. Su fe era evidente, su trabajo era marcado por el amor y su esperanza en el Señor era atestiguada por su perseverancia.

¿Qué hace que las personas respondan al evangelio? El apóstol presenta en los versículos 4 al 5, tres cosas importantes sobre la soteriología (la salvación) y ninguna de ellas tenía que ver con Pablo.

     1-      Un mensaje Cristo céntrico

A diferencia del evangelismo tipo oferta de mercadeo, Pablo presenta el mensaje de la Palabra de Dios tal y como le fue revelado, porque estaba convencido de que el evangelio “…es poder de Dios para salvación…” (Romanos 1:16).

“Pues ya que en la sabiduría de Dios, el mundo no conoció a Dios mediante la sabiduría, agradó a Dios salvar a los creyentes por la locura de la predicación.” (1Corintios 1:21)

     2-      La obra del Espíritu Santo

Pablo es un firme creyente del poder del Espíritu Santo, esto es, que la obra de la salvación le pertenece a Dios. Únicamente, Dios mismo puede llevar al pecador rendido hacia sí (Juan 16:8-11).

“nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo, el cual derramó en nosotros abundantemente por Jesucristo nuestro Salvador, para que justificados por su gracia, viniésemos a ser herederos conforme a la esperanza de la vida eterna.” (Tito 3:5-7)

     3-      La elección de Dios

De la misma manera en que los apóstoles fueron escogidos, así lo serán los que procederán al arrepentimiento y a la fe en Jesucristo. “Porque conocemos, hermanos amados de Dios, vuestra elección.” ¿La elección de los tesalonicenses que creyeron o la de Dios? La segunda carta a los tesalonicenses contesta esta pregunta.

“Pero nosotros debemos dar siempre gracias a Dios respecto a vosotros, hermanos amados por el Señor, de que Dios os haya escogido desde el principio para salvación, mediante la santificación por el Espíritu y la fe en la verdad, lo cual os llamó mediante nuestro evangelio, para alcanzar la gloria de nuestro Señor Jesucristo.” (2Ts. 2:13-14)

La palabra escogidos (αἱρέω) del griego “jaireo” significa elección hecha por Dios. Según el diccionario Vine, “su significado especial es el de seleccionar más por el mismo acto de tomar que por el de mostrar preferencia o favor.” Por consiguiente, Pablo da gracias a Dios (2Ts. 2:13) por el acto de la salvación de los tesalonicenses, pues quién sino éste les llamó a salvación.

Además, Pablo expresa que dicha elección se dio en el principio, ¿cuándo? La palabra principio (ἀρχή) del griego “arque” es la misma expresión usada en Juan 1:1, para denotar en la eternidad, antes de todo. De ahí, que la Biblia afirma que Dios nos escogió en su soberanía desde la eternidad.  

“según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él.” (Efesios 1:4)

“Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.” (Efesios 2:10)

Conclusión:

La obra de la salvación le pertenece a Dios. “Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos. Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó.” (Romanos 8:29-30) “y para hacer notorias las riquezas de su gloria, las mostró para con los vasos de misericordia que él preparó de antemano para gloria, a los cuales también ha llamado, esto es, a nosotros, no sólo de los judíos, sino también de los gentiles?” (Romanos 9:23-24)

Pastor Gilberto Rufat

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