Vuestra Elección
Base Bíblica:
1Tesalonisenses 1:3-4
“acordándonos sin cesar delante del Dios y Padre nuestro de
la obra de vuestra fe, del trabajo de vuestro amor y de vuestra constancia en
la esperanza en nuestro Señor Jesucristo. Porque conocemos, hermanos
amados de Dios, vuestra elección; pues nuestro evangelio no llegó a vosotros en
palabras solamente, sino también en poder, en el Espíritu Santo y en plena
certidumbre, como bien sabéis cuáles fuimos entre vosotros por amor de
vosotros.”
Introducción:
La iglesia que nació en Tesalónica surgió en medio de una
gran persecución. Pablo, por tres días de reposo (sábados) en la sinagoga,
discutió con ellos; declarando y exponiendo, que era necesario conforme a las
Escrituras, que el Cristo padeciese y resucitase de los muertos; y que Jesús, a
quien él anunciaba, era el Cristo (Hechos 17:1-3).
El apóstol Pablo había quedado marcado con la manera en que
los tesalonicenses, en medio de gran persecución, creyeron y se mantuvieron
firmes en el evangelio. Su fe era evidente, su trabajo era marcado por el amor
y su esperanza en el Señor era atestiguada por su perseverancia.
¿Qué hace que las
personas respondan al evangelio? El apóstol presenta en los versículos 4 al 5, tres cosas importantes sobre la
soteriología (la salvación) y ninguna de ellas tenía que ver con Pablo.
1- Un mensaje Cristo céntrico
A diferencia del evangelismo tipo
oferta de mercadeo, Pablo presenta el mensaje de la Palabra de Dios tal y como
le fue revelado, porque estaba convencido de que el evangelio “…es poder de
Dios para salvación…” (Romanos 1:16).
“Pues ya que en la sabiduría de
Dios, el mundo no conoció a Dios mediante la sabiduría, agradó a Dios salvar a
los creyentes por la locura de la predicación.” (1Corintios 1:21)
2- La obra del Espíritu Santo
Pablo es un firme creyente del
poder del Espíritu Santo, esto es, que la obra de la salvación le pertenece a
Dios. Únicamente, Dios mismo puede llevar al pecador rendido hacia sí (Juan
16:8-11).
“nos salvó, no por obras de
justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el
lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo,
el cual derramó en nosotros abundantemente por Jesucristo nuestro
Salvador, para que justificados por su gracia, viniésemos a ser
herederos conforme a la esperanza de la vida eterna.” (Tito 3:5-7)
3- La elección de Dios
De la misma manera en que los apóstoles
fueron escogidos, así lo serán los que procederán al arrepentimiento y a la fe
en Jesucristo. “Porque conocemos, hermanos amados de Dios, vuestra elección.” ¿La
elección de los tesalonicenses que creyeron o la de Dios? La segunda carta a
los tesalonicenses contesta esta pregunta.
“Pero nosotros debemos dar siempre
gracias a Dios respecto a vosotros, hermanos amados por el Señor, de que Dios os haya escogido desde el principio
para salvación, mediante la santificación por el Espíritu y la fe en la
verdad, lo cual os llamó mediante nuestro evangelio, para alcanzar la gloria de
nuestro Señor Jesucristo.” (2Ts. 2:13-14)
La palabra escogidos (αἱρέω) del griego “jaireo” significa elección hecha
por Dios. Según el diccionario Vine, “su significado especial es el de
seleccionar más por el mismo acto de tomar que por el de mostrar preferencia o
favor.” Por consiguiente, Pablo da gracias a Dios (2Ts. 2:13) por el acto de la
salvación de los tesalonicenses, pues quién sino éste les llamó a salvación.
Además, Pablo expresa que dicha elección
se dio en el principio, ¿cuándo? La palabra principio (ἀρχή) del griego “arque”
es la misma expresión usada en Juan 1:1, para denotar en la eternidad, antes de
todo. De ahí, que la Biblia afirma que Dios nos escogió en su soberanía desde
la eternidad.
“según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que
fuésemos santos y sin mancha delante de él.” (Efesios 1:4)
“Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para
que anduviésemos en ellas.” (Efesios 2:10)
Conclusión:
La obra de la salvación le
pertenece a Dios. “Porque a los que
antes conoció, también los
predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para
que él sea el primogénito entre muchos hermanos. Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a
éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó.”
(Romanos 8:29-30) “y para hacer notorias las riquezas de su gloria, las mostró
para con los vasos de misericordia que
él preparó de antemano para gloria,
a los cuales también ha llamado, esto es, a nosotros, no sólo de los judíos, sino también de los gentiles?” (Romanos
9:23-24)
Pastor Gilberto Rufat
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