Evidencias
a favor de la paternidad Mosaica del Pentateuco
por:
Gilberto Rufat
La
Teoría documentaria o hipótesis documental propone que los primeros cinco libros
del Antiguo testamento (Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio, que
juntos se conocen como la Torá o Pentateuco) son una combinación de documentos
que provienen de cuatro fuentes de origen independiente. De acuerdo con esta hipótesis
manifestada por Julius Wellhausen (1844-1918), estas fuentes y la fecha
aproximada de su composición, fueron:
•
Tradición yahvista (J); escrita en 950 a.C. en el sudeste del reino de Judá
abreviada J, pues el nombre Jehová (Yahveh) comienza con J en el idioma alemán
nativo de Wellhausen.
•
Tradición elohista (E); escrita en 850 a.C. en el noreste del reino de Israel.
•
Tradición deuteronómica (D); escrita en 621 a.C. en Jerusalén durante un periodo
de reforma religiosa.
•
Tradición sacerdotal o presbiterial (P); escrita en 450 a. C. por los
sacerdotes de Aarón. El redactor que combinó las diversas fuentes del final del
Pentateuco, que pudo haber sido Esdras; abreviado como (R), de redactor. A
partir de la simple cuestión de cómo reconciliar las incoherencias del texto, y
rehusando aceptar explicaciones forzadas, para que armonizara, los estudiosos
llegaron finalmente a la teoría de que la Torá estaba integrada por varios
textos seleccionados que fueron entretejidos, a veces incoherentemente, de
fuentes que tratan del mismo asunto y de temas relacionados.
En lo que a mí se refiere como
pastor y líder, la autoría mosaica a favor del Pentateuco estriba en cuatro puntos
significativos y complementarios. Los cuales juntos, forman una fuerte defensa
frente a la teoría documentaria del Antiguo Testamento y a favor de la
paternidad literaria de Moisés en el Pentateuco. Algunos aseguran que dentro de
la ley no existe mención a la autoría de Moisés, sin embargo, esto tampoco es
totalmente cierto, ya que, existen referencias a que Moisés fue llamado y que ciertamente,
escribió.
“Y Moisés escribió todas las palabras
de Jehová.” (Éxodo 24:4)
“Y Jehová dijo a Moisés: Escribe tú
estas palabras...” (Éxodo 34:27)
“Moisés escribió sus salidas
conforme a sus jornadas por mandato de Jehová.” (Números 33:2)
1-
La
validación y la confirmación dentro de las otras dos secciones del Antiguo
Testamento
No debemos olvidar que el
Pentateuco (la ley “Torá”) es sólo la primera parte del Antiguo Testamento
según las divisiones hebreas, en donde las otras dos divisiones (los profetas “Nebi’im”
y los escritos “Ketubim”), validan y confirman la paternidad y autoría mosaica.
Por ejemplo, Josué 8:32 dice:
“También escribió allí sobre las piedras una copia de la ley de Moisés, la cual
[Moisés] escribió” (énfasis añadido). Note también, que 2 Crónicas 34:14
declara lo siguiente: “El sacerdote Hilcías halló el libro de la ley de Jehová
dada por medio de Moisés.” Como Josh McDowell señaló en su libro, Más Evidencia que Exige un Veredicto,
estas palabras “hacen referencia a un escrito real de la ‘ley de Moisés’, no
simplemente a una tradición oral” (1975, pp. 93-94).
2-
La validez
y la aceptación de la autoría mosaica de parte del propio pueblo Hebreo y en
especial de los rabinos
No debemos olvidar, que toda esta
pugna se suscitó hace alrededor de unos 300 años. Ya que, hasta ese entonces, no
se presentaba ningún problema con la autoría mosaica. Tan seguros estaban, que
el libro más importante del Tanaj o Tanak hebreo, el Antiguo Testamento para
los judíos, es la sección de la Torá (el Pentateuco), el cual fue atribuido a
Moisés. Resulta sospechoso y altamente cuestionable, el que académicos, cientos
de siglos después de la redacción de los mismos (del Pentateuco), pretendan
poder reconocer y aún contradecir lo que los propios hebreos en sus días reconocían
como de autoría mosaica. Esto, ni en un tribunal sería admisible, por lo que
cualquier juez sensato daría mayor credibilidad a testigos cercanos a la
fuente, que a espectadores siglos después. Vemos, como si estos (los
académicos) pretendieran poder entender con mayor claridad o presumieran poseer
mayores evidencias internas, externas y circunstanciales, que los propios
hebreos en su tiempo.
Uno de los problemas que he visto (a
través de mis años de estudio), es que se presume que todos los judíos son
religiosos, lo cual no es verdad. En la era de la llamada Ilustración, muchos
de los grandes pensadores que se levantaron fueron judíos y algunos eran ateos.
Ejemplo de ello, lo vemos en el padre del psicoanálisis, Sigmund Freud. En el comunismo,
el cual tiene sus raíces en el marxismo de Karl Marx, vemos otro judío y así
sucesivamente. Y es de este modo, con los primeros académicos, que se levanta
un movimiento para cuestionar el Pentateuco y su autoría.
Conclusión
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