sábado, 18 de julio de 2015

La fe bíblica vs. la fe esotérica u ocultista



la fe bíblica vs. la Fe ESOTÉRICA u ocultista

La Fe Ocultista o Esotérica

Existen siete ideas o principios ocultistas falsamente enseñados como fe en algunas iglesias por pastores y supuestos maestros de la Palabra, que son claramente leyes o principios del ocultismo, pero disfrazados de un matiz de fe.  

1- “Visualice lo que quiere.” = Ley del Mentalismo 

Enseña que toda realidad en sí es mente de ahí viene el uso de; “Todo es mente.” Esto significa que para el ocultista o esotérico, vivimos en un plano mental. Por ende, lo único que necesitamos es ver lo que queremos cambiar u obtener en un plano mental primero. Por consiguiente, observamos que los gurús religiosos y otros en su ignorancia, dejándose llevar por toda ola nueva y siendo estaciones repetidoras, les dicen a sus congregaciones; “Visualice lo que quiere.” ¿Es esto una práctica cristiana correcta? NO ¿Por qué?

Porque los creyentes no visualizamos nuestro futuro, sino que confiamos en el plan de Dios, el cual es seguro.

“Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis.” (Jeremías 29:11)

2- “Lo que usted necesita está en el mundo espiritual.”  = Ley de Correspondencia

 En el mundo ocultista y esotérico se cree que existe una dualidad dentro de una unidad, algo así como el yin y el yang. Se cree además, que existen diferentes planos mentales. Pongámoslo simple, existe según ellos varios niveles, el más bajo el terrenal y el más alto el espiritual. De manera tal, que lo que usted necesita según estos, es buscarlo o visualizarlo en el plano superior o en el mundo espiritual. Los esotéricos u ocultistas instruyen a su gente de la siguiente manera; “Como es arriba es abajo…” – De forma tal, que lo que uno necesita es traer al plano terrenal, lo que se encuentra en el plano espiritual. Por ejemplo, usted está enfermo en el plano terrenal y lo único que necesita es verse sano en el plano espiritual. Por tal razón, usted escuchará a ignorantes o a agentes de Satanás decir o enseñar; “Lo que usted necesita está en el mundo espiritual.”

Los creyentes no creemos en la ley de correspondencia, pues lo único que merecemos los pecadores es la condenación, aunque sí, reconocemos y creemos que en Jesucristo está todo lo que necesitamos y de él nos agarramos.

“Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad, y vosotros estáis completos en él, que es la cabeza de todo principado y potestad.” (Colosenses 2:9-10)

3- "Comience a hablar su milagro una y otra vez hasta que lo tenga.”  = Ley de Vibración
Este principio enseña que “todo está en un continuo movimiento.” De modo que, las cosas pueden cambiar o visto desde el punto de vista ocultista podemos cambiar las cosas. Únicamente necesitamos pensar y hablar lo que queremos. Las palabras son usadas como mantras que cambian la frecuencia hacia lo que se quiere. Por esto, verá supuestos ministros o pastores diciéndoles a sus congregaciones; “Comience a hablar su milagro una y otra vez hasta que lo tenga.”

La verdad para los creyentes no consiste en desear cambiar las cosas, sino el aprender a confiar en Dios en todas las cosas.

“Porque somos hechos participantes de Cristo, con tal que retengamos firme hasta el fin nuestra confianza del principio” (He.3:14)

4- “Comience a verse sano, próspero, exitoso.”  = Ley de Polaridad

En el mundo esotérico y ocultista, se enseña que “todo tiene su doble.” Sólo se necesita invertir la polaridad para atraer u obtener lo que se busca. Algo muy parecido al video que sacaron de “La Ley de la Atracción”. Según estos, existe un mundo dual en el cual si cambias la polaridad, frecuencia o ritmo, puedes invertir tu situación o circunstancia. La forma de enseñanza en algunas iglesia es; “Comience a verse sano, próspero, exitoso.” Esto es, vete sano, aunque te estés cayendo en cantos.

La verdadera fe no niega la realidad de las circunstancias, sino que cree que por encima de la misma, la última palabra siempre la tendrá Dios. De ahí, que el verdadero creyente se sostiene de Dios, pues su fe no anida en las circunstancias, sino en el Dios que está en control de toda circunstancia. Además, la fe bíblica, no es sinónimo de positivismo, sino que es confianza absoluta en el cuidado y voluntad de Dios.

“para que vuestra fe no esté fundada en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios.” (1Corintios 2:5)

5- “Ustedes pueden cambiar sus circunstancias, comience a creer.” = Ley de Ritmo

La ley de ritmo establece que “todo fluye y refluye.” Esto significa que todo está en un continuo movimiento. Por tal razón, según estos, podemos alterar el curso de las cosas. De manera, que escuchara a falsos maestros decirle a sus iglesias “Ustedes pueden cambiar sus circunstancias, comience a creer.”

Sin embargo, los cristianos confiamos en la providencia de Dios, pues Dios y sólo él está en control de todo cuanto sucede. De forma tal, que Dios provee para que su plan se cumpla en nosotros, pues el mundo es sostenido y guiado por él.

“Porque de él, y por él, y para él, son todas las cosas. A él sea la gloria por los siglos. Amén.” (Ro.11:36)

6- “Nada sucederá hasta que usted lo confiese.” = Ley de Causa y Efecto

Esta ley o principio enseña que “todo efecto tiene su causa”, por ende, verá falsos maestros diciendo; “Nada sucederá hasta que usted lo confiese.” Según estos falsos maestros o más bien gurús, usted mismo debe crear su realidad. Debe aprender a operar en las leyes espirituales de manera que obtenga lo que usted desea o necesita.

Sin embargo, los creyentes en Jesucristo, no necesitamos crear nada, de hecho, nada podemos crear de la nada, lo que si debemos es reconocer que nuestro Dios ha hecho provisión para nosotros en Cristo. Lo que si debemos creer es que al final, nada sucederá que no sea la soberana voluntad de Dios en nuestras vidas.

“Jehová de los ejércitos juró diciendo: Ciertamente se hará de la manera que lo he pensado, y será confirmado como lo he determinado.” (Isaías 14:24)

“Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.” (Ro.8:28)

7- “Las palabras tienen poder.” = Ley de Género

Este principio para los esotéricos y ocultistas establece que todo tiene una forma “masculina y femenina”, por lo tanto, sólo necesitamos unirlas y nacerá lo que deseas. No es mi deseo entrar en otros asuntos mucho más complejos, pero este principio es el que dio paso a la práctica sexual dentro de los ritos esotéricos, ocultistas y satánicos, entre otros. Es por esta razón, que en el Antiguo Testamento vemos prácticas sexuales en el culto a Astarté y a Baal.

Luego, la enseñanza vino a ser sustituida por algunos ocultistas y magos en que las palabras que son pensamientos, actúan sobre el mundo espiritual. Esto debido a que, como explique en la Ley de Mentalismo, los ocultistas conciben toda realidad como mente. De manera, que las palabras o pensamientos, puedan crear lo que deseamos. En el ámbito esotérico evangélico que tristemente ha invadido la iglesia, esta doctrina será promovida y enseñada como; “Las palabras tienen poder.”

Los verdaderos creyentes en Jesús, no creemos que nuestras palabras tengan ningún poder, pues Dios no es manipulado, ni movido palabras de hombres o por lo que algunos llaman fe. Nuestra convicción y seguridad radica en la palabra de Dios y no en la nuestra, pues sólo por la palabra de Dios el mundo fue constituido.

“Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía.” (Hebreos 11:3)

El mundo no es controlado por leyes o principios espirituales, sino por el Creador. Dicho Dios es soberano y no recibe órdenes de nadie. Aún las leyes del mundo, que él mismo creó, están sujetas a él, de ahí, la razón por la cual Dios puede obrar milagros. Dios no es la lámpara de Aladino que según usted frote, el genio saldrá para ofrecerle el cumplir sus deseos, caprichos, sueños e ilusiones.

“¡Vamos ahora! los que decís: Hoy y mañana iremos a tal ciudad, y estaremos allá un año, y traficaremos, y ganaremos; cuando no sabéis lo que será mañana. Porque ¿qué es vuestra vida? Ciertamente es neblina que se aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece. En lugar de lo cual deberíais decir: Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello. Pero ahora os jactáis en vuestras soberbias. Toda jactancia semejante es mala; y al que sabe hacer lo bueno, y no lo hace, le es pecado.” (Santiago 4:13-17)

No es Dios quien se ajusta a nosotros, sino nosotros debemos someternos a él. La Biblia aún afirma que ni siquiera debemos adelantarnos al día de mañana y a planificarlo según nos convenga, sino que debemos encomendarnos en todo a Dios y que siempre sea echa su voluntad, lo que ya es una palabra que se ha perdido en muchas iglesias.

La Fe Bíblica

Según la Biblia, la fe es un don de Dios (Ga.2:8; Ro.12:3). La misma alude a una gracia divina que es concedida sobre los creyentes, con el fin de que hereden la salvación prevista por Dios Padre, mediada por Dios el Hijo y revelada por Dios Espíritu Santo (Ef.1:3-14). Las Sagradas Escrituras enseñan que sin fe es imposible agradar a Dios (He.11:6). La fe, según el apóstol Pablo, nos llega, a través del oír y el oír de la palabra de Dios (Ro.10:17). Por consiguiente, la fe también se fundamente en la Palabra. Esto es de suma importancia, porque la fe es certeza y convicción en Dios (He.11:1). La fe a la que los creyentes son llamados descansa en el cuidado y en el plan de Dios sobre sus hijos y no en un poder o ley espiritual (Dn.3:17-18).

Lamentablemente, en la actualidad, dentro de la iglesia existe un concepto de fe que está asociado al sistema nervioso central, que a lo que la palabra de Dios dice. Para otros, la fe es una ley fuera de Dios, en la cual si se operara conforme a ella, se podría obtener todo tipo de cosas. Para algunos, la fe es sinónimo de positivismo religioso, en el cual se debe permanecer, a fin de recibir lo deseado. Sin embargo, la fe bíblica se centra en creerle a Dios.

La fe verdadera fe no pone su confianza fuera de Dios, no se trata de creer en que las circunstancias cambiarán, sino en tener la confianza de que Dios actuará de acuerdo a su soberana voluntad siempre. Tristemente, muchos creyentes son enseñados por pastores irresponsables a creer falsamente que la fe opera a favor de ellos, si la usan bien. Lo que estos ignoran es que la vida cristiana no se trata de nosotros, sino del plan y el designio de Dios, del cual solo por la gracia divina hemos sido introducidos.

Además, la fe de muchos parece limitarse a poder contemplar el aquí y el ahora, privándoles de ver la profundidad e implicaciones reales de la misma. La verdadera fe se traslada a la eternidad y comprende el que Dios está obrando para que su plan final sea establecido, el cual va más allá de nuestra morada terrenal y finita. El punto que queremos señalar es que, la fe madura y verdadera no se limita a ver a Dios actuando en el presente inmediato, sino que reconoce que Dios está obrando para algo mayor en la eternidad. Esta es la razón por la cual el autor de los Hebreos establece que muchos actuaron en contra de las circunstancias, no creyendo que serían liberados, sino creyendo en que el galardón y lo eterno era superior (He.11:12-16).

Conclusión:

La fe bíblica es simplemente confianza y dependencia en Dios. Es un don de Dios para salvación, no constituye una ley o principio fuera de Dios y únicamente se fundamenta en Dios, quien es el dador y el objeto de la fe cristiana.

Pastor Gilberto Rufat

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