sábado, 1 de agosto de 2015

Que tu fe no falte




que tu fe no falte

Base Bíblica: Lucas 22:32

yo he rogado por ti, que tu fe no falte; y tú, una vez vuelto, confirma a tus hermanos.

La salvación es iniciada por Dios, a través de la regeneración o el nuevo nacimiento (Tito 3:5). Mediante la misma, somos conducidos al arrepentimiento y a la fe en Jesús (Hch. 2:38-39). De modo, que somos completamente perdonados y hechos hijos de Dios (Jn. 1:12). El perdón no es en sí mismo la finalidad de Dios, sino el medio que él determinó para salvarnos y moldearnos conforme a la imagen de su Hijo (Ro. 8:29).

No existe la posibilidad de una vida cristiana sin tiempos de adversidad y sin caídas (1Co. 10:13). Tal vez le sorprenderá, pero Dios es experto en usar nuestras caídas, así como los momentos de adversidad para formar el carácter de Cristo en aquellos que heredarán la vida eterna (Gn. 50:20).

El pasaje citado ocurre cuando Pedro aseguraba que nunca se apartaría del Señor y que aun daría su vida por él. Jesús le contestó: “Dijo también el Señor: Simón, Simón, he aquí Satanás os ha pedido para zarandearos como a trigo; yo he rogado por ti, que tu fe no falte; y tú, una vez vuelto, confirma a tus hermanos” (Lc. 22:31-32). Jesús le afirmó a Pedro que le fallaría, pero que dicha experiencia aunque dolorosa, sería un medio para un fin mayor. Pedro se levantaría y vuelto, sería de bendición a sus hermanos en la fe.

No sé si se encuentra atravesando un momento de aflicción, de tentación o simplemente ha cedido al pecado en algún área de su vida. De ser así, Dios le llama al arrepentimiento, a recibir su perdón y a levantarse (1Jn. 1:9). Los cristianos también caen, pero por la gracia de Dios son levantados, pues no pueden permanecer en el pecado (Fil.1:6).

A continuación, cuatro verdades que encierra este pasaje, respecto a la fe bíblica:  

1- La fe bíblica es un regalo de la gracia de Dios para salvación.  

2- La fe bíblica no es lo que nos sostiene, sino Dios, en quien descansa la fe.

3- La fe bíblica se fundamenta en la palabra de Dios, no en nuestras fuerzas.

4- La fe bíblica crece y madura, a través de la obediencia, así como de las pruebas.

La Biblia nos llama a prepararnos para permanecer firmes en el día malo (Ef. 6:13), por cuanto podría arribar en cualquier momento de nuestras vidas. Sin embargo, no olvidemos que antes de que llegue tal día, el cual muy probablemente nos sorprenderá, el Señor allí estará para velar y cuidar de nosotros (Jn. 16:33). A igual que con Pedro, Jesús ha hecho provisión para sostenernos en la prueba y para levantarnos, si ese fuera el caso. Dios nunca abandona a sus hijos. Pablo, divinamente inspirado aseguró lo siguiente:

“Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados. Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos. Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó.” (Ro. 8:28-30)

 ¡Levántese en el nombre de Jesús! No está solo, Jesús ya ha hecho provisión.

pastor Gilberto Rufat

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