el que no ESCATIMÓ en nuestro rescate
Base
Bíblica: Romanos 8:32
“El que no escatimó ni a su propio Hijo,
sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas
las cosas?”
Breve comentario:
Tres
verdades sobre nuestro rescate:
1-Dios no escatimó ni a su propio Hijo para
nuestro rescate.
Hoy escuchamos sobre
niños y adultos raptados o secuestrados, por los quienes se pide gran cantidad
de dinero en rescate. Vemos cómo sufren estas familias tratando de ver cómo
consiguen el dinero requerido para el rescate. Si alguna vez se ha preguntado
si Dios le ama o cuánto le ama, debería serle suficiente con el hecho de que
Dios no escatimó absolutamente cosa alguna por nuestro rescate. Esto significa
que Dios nos ama, pues por lo contrario, no hubiese satisfecho la demanda de
nuestro pecado, la que exigía nuestra muerte, sustituyéndola por la de su
propio Hijo.
2-Dios entregó a su propio Hijo como paga
por nuestro rescate.
¿Se ha detenido a
pensar cuál fue el precio pagado por nuestro rescate (salvación)? El precio
residió en entregar a su propio Hijo. ¿Estaría dispuesto a sacrificar la vida
de su único hijo para rescatar la vida de alguien que no lo merece y que está
completamente perdido? NO. Sin embargo, es ahí donde “…Dios muestra su amor para con
nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros” (Romanos 5:8).
3-Dios nos llama a confiar en el rescate
de su Hijo.
Si el precio fue
calculado en la eternidad y Dios ofreció a su unigénito Hijo como paga por
nuestro rescate, ¿cómo no proveerá para las demás cosas en la vida? Si Dios
decidió bendecirnos, Pablo pregunta, ¿quién se podrá oponer a ello? Nuestra respuesta
como creyentes no ha de ser otra, sino de gozo y humillación ante semejante
amor.
Conclusión:
La vida humana depende
y descansa en Dios; cuánto más ahora, por cuanto hemos sido rescatados. Debemos
aprender a confiar en él. Si Dios nos amó tanto que no escatimó desde la
eternidad a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, Pablo
pregunta, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas? “Mi Dios, pues,
suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.
Al Dios y Padre nuestro sea gloria por los siglos de los siglos. Amén.”
(Filipenses 4:19-20)
Pastor
Gilberto Rufat
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