La historia de la
iglesia está manchada con opresión y violencia
“A través de la historia, el
cristianismo se ha usado (por ciertas personas) como una excusa para algunas de
las atrocidades más brutales, despiadadas e insensatas conocidas por el hombre.
Los ejemplos históricos no son difíciles de recordar: las cruzadas; las
inquisiciones; las quemadas de las brujas; el holocausto... no he visto mucho
en el cristianismo que considerara digno de tener.” (Ken Schei, ateo)
Esta séptima objeción va en
búsqueda de si es correcto poner en una misma canasta a todos los creyentes,
por lo perpetuado por otros aparentes cristianos. Dicha objeción le fue
presentada al Dr. John D. Woodbridge. Su primer argumento es que debemos tener
cuidado al usar la expresión “la iglesia” porque eso da la impresión de que únicamente
ha habido una institución representativa. En su opinión, se debe trazar una
clara línea de demarcación entre las personas que son parte de “la iglesia”,
las ovejas que oyen la voz del pastor (los verdaderos cristianos) y las
iglesias institucionales.
Reconozco que la historia pueda
evidenciar como Lee le llama “manchas mayores en la historia cristiana” como
las Cruzadas, la Inquisición, el juicio de las brujas en Salem, la explotación
por misioneros y el llamado antisemitismo. Sin embargo, es importante hacer otra
diferenciación; que el cristianismo como estilo de vida, no promueve el odio, no
fomenta guerras y aún va en contra de los conflictos en las relaciones
interpersonales.
El cristianismo promueve el valor
a la vida y la necesidad de estar bien con relación a los demás, siempre que
nos sea posible. El mismo no justifica las malas acciones sobre la base del
odio, ya que promueve el perdón como estilo de vida. Existe una gran diferencia
entre que un sistema religioso o filosófico promueva conflictos y situaciones
penosas como lo es el caso del comunismo, que el que alguien mal intencionado y
desubicado a nombre del cristianismo cometa una fechoría.
En cuanto al antisemitismo,
resulta interesante que el profesor el Dr. John D. Woodbridge de historia,
desconozca la razón que llevó a Martin Lutero a escribir en contra de los
judíos. Ya que, él mismo da a entender, que Lutero al no poder llevar a los
judíos a reconocer a Jesús como el Mesías, se frustró e irritado profirió
palabras y comenzó a decir cosas feas sobre estos. Pero, nada más lejos de la
verdad. Si bien es cierto que Lutero invirtió muchos años de su vida tratando
de convertir a los judíos, la razón de su descontento fue otra.
Lutero comenzó a avanzar en el
estudio del idioma hebreo y tuvo la oportunidad de examinar algunas de las
descripciones de estos sobre la persona de Cristo y sobre los no judíos, que lo
dejó aturdido. En su libro “The Jews and Their Lies” expone las razones; aunque
no considero apropiada su manera de referirse a los mismos, en algunos momentos.
Al final del capítulo, Woodbridge
termina aseverando que si bien es cierto que a nombre del cristianismo se han
llevado a cabo barbaridades, no obstante, a nombre del mismo se ha producido
grandes avances en todas las áreas del saber, así como en los valores sociales
y morales que hoy gozamos.
por: Gilberto Rufat
(BREVE ANÁLISIS DE LA SÉPTIMA OBJECIÓN
AL CRISTIANISMO DEL LIBRO, “EL CASO DE LA FE” DE LEE STROBEL)
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