¿la Salvación en
el Antiguo Testamento Fue por obras o
por gracia?
Base Bíblica: Romanos 11:6
“Y si
por gracia, ya no es por obras; de otra manera la gracia ya no es gracia. Y si
por obras, ya no es gracia; de otra manera la obra ya no es obra”
Lo
primero que debemos tener claro es que la salvación no puede descansar en dos
estados tan diferentes como la gracia y las obras. El argumento paulino básicamente
es el siguiente: La salvación o es por gracia o por obras, pero no por ambas.
¿Por qué? Porque si es por obras, ya no es por gracia y si es por gracia, ya no
es por obras.
1-Porque la gracia
y la ley se oponen
“Y que por la
ley ninguno se justifica para con Dios, es evidente, porque: El justo por
la fe vivirá; y la ley no es de fe, sino que dice: El que hiciere
estas cosas vivirá por ellas” (Gálatas 3:11-12).
La
gracia dice cree esto y vivirás y la ley dice has esto y vivirás. Sin embargo,
el pasaje claramente dice: “por la ley ninguno se justifica para con Dios” por
lo tanto, nadie se puede salvar por la ley, por cuanto nadie puede ser hallado justo
por la ley.
2-Porque la
promesa fue hecha a la simiente y no a los hacedores de la ley
“Hermanos, hablo
en términos humanos: Un pacto, aunque sea de hombre, una vez ratificado, nadie
lo invalida, ni le añade. Ahora bien, a Abraham fueron hechas las
promesas, y a su simiente. No dice: Y a las simientes, como si hablase de
muchos, sino como de uno: Y a tu simiente, la cual es Cristo” (Gálatas
3:15-16).
La
promesa estuvo basada sobre la simiente, la cual Pablo explícitamente dice que
es Cristo y no sobre el cumplimiento de la ley.
3-Porque la
promesa fue hecha por gracia
“Esto, pues, digo:
El pacto previamente ratificado por Dios para con Cristo, la ley que vino
cuatrocientos treinta años después, no lo abroga, para invalidar la promesa.
Porque si la herencia es por la ley, ya no es por la promesa; pero
Dios la concedió a Abraham mediante la promesa” (Gálatas 3:17-18).
La
promesa fue establecida sobre la base de la gracia y no bajo la ley. De manera,
que Pablo expone que la ley que vino después, no puede invalidar el pacto que
fue establecido sobre la promesa.
4-Porque la ley no
vino a sustituir la gracia, sino a mostrar por qué la necesitamos
“¿Luego la ley es
contraria a las promesas de Dios? En ninguna manera; porque si la ley dada
pudiera vivificar, la justicia fuera verdaderamente por la ley. Mas la
Escritura lo encerró todo bajo pecado, para que la promesa que es por la fe en
Jesucristo fuese dada a los creyentes. Pero antes que viniese la fe, estábamos
confinados bajo la ley, encerrados para aquella fe que iba a ser revelada.
De manera que la ley ha sido nuestro ayo, para llevarnos a Cristo,
a fin de que fuésemos justificados por la fe. Pero venida la fe, ya
no estamos bajo ayo, pues todos sois hijos de Dios por la fe en
Cristo Jesús” (Gálatas 3:21-26).
El
propósito de la ley nunca fue salvarnos.
5-Porque fuimos
redimidos de la maldición de la ley
“Porque todos los
que dependen de las obras de la ley están bajo maldición, pues escrito está:
Maldito todo aquel que no permaneciere en todas las cosas escritas en el libro
de la ley, para hacerlas. Y que por la ley ninguno se justifica para
con Dios, es evidente, porque: El justo por la fe vivirá; y la ley
no es de fe, sino que dice: El que hiciere estas cosas vivirá por ellas. Cristo
nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque
está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero), para que
en Cristo Jesús la bendición de Abraham alcanzase a los gentiles, a fin de que
por la fe recibiésemos la promesa del Espíritu” (Gálatas 3:10-14).
Fuimos
redimidos de las consecuencias de la ley mediante Cristo. El apóstol Pablo establece
este punto en Romanos 4:2-5 cuando expresa lo siguiente:
“Porque si Abraham
fue justificado por las obras, tiene de qué gloriarse, pero no para con Dios.
Porque ¿qué dice la Escritura? Creyó Abraham a Dios, y le fue contado por
justicia. Pero al que obra, no se le cuenta el salario como
gracia, sino como deuda; mas al que no obra, sino cree en aquel
que justifica al impío, su fe le es contada por justicia”.
Conclusión:
La salvación
siempre ha sido y será por gracia, a través de la fe. Nadie irá al cielo por
obra alguna, que no sea la OBRA de Cristo.
pastor Gilberto Rufat
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