viernes, 10 de abril de 2015

Cristo padeció una sola vez por los pecados -1Pedro 3:18

Pasaje a considerar:

"Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios, siendo a la verdad muerto en la carne, pero vivificado en espíritu." (1 Pedro 3:18)

Comentario:

Pedro usó como ejemplo la aflicción de Cristo, con el propósito de alentar a los creyentes en la dispersión, pues estaban siendo perseguidos. El apóstol les recuerda que mediante la aflicción de éste, Dios cumplió su plan soberano de salvación; por cuanto (los creyentes) habían sido rescatados por la gracia divina.

El apóstol quiso dejar en sus mentes, la verdad de que existe propósito en todo lo que acontece. De tal modo, que la muerte de Cristo, era y es el mayor ejemplo a seguir para los creyentes.
Hay tres verdades teológicas en este versículo que deben confortar los corazones de los creyentes con respecto a su salvación.

1- Cristo murió una vez.

Que Jesús no tenga que morir otra vez, es la mayor evidencia y seguridad de salvación de los elegidos (1P.1.2).

2- Cristo murió en sustitución de los elegidos.

La muerte de Jesús fue predestinada para satisfacer la demanda de la justicia de Dios, en sustitución de aquellos que serían rescatados (1P.1:18-20; 2:24).

3- Cristo murió para llevarnos a Dios.

La muerte de Jesús tendría como propósito acercarnos a Dios por siempre, de forma tal que pasásemos a ser el pueblo escogido por él (1P.2:9-10).

Conclusión:

La muerte de Jesús en la cruz tuvo como efecto, que aquellos que según el puro afecto de su voluntad serían llamados y completamente perdonados, mediante la justicia ofrecida por Cristo en la cruz, pasasen a ser parte de la familia de Dios por la eternidad; aunque tuviesen que pasar por diversas pruebas (1P.1:6-7).

Pastor Gilberto Rufat

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