¿escogido desde el principio para salvación?
Base Bíblica:
2 Ts. 2:13-15
“Pero
nosotros debemos dar siempre gracias a Dios respecto a vosotros, hermanos
amados por el Señor, de que Dios os haya escogido desde el principio para
salvación, mediante la santificación por el Espíritu y la fe en la verdad,
a lo cual os llamó mediante nuestro evangelio, para alcanzar la gloria de
nuestro Señor Jesucristo.” (2 Ts. 2:13-14)
Introducción
El apóstol Pablo
estaba sumamente agradecido a Dios, por la cosecha que le había permitido
recoger en Tesalónica. Para Pablo, la salvación no era la manifestación de la
aceptación humana sobre la gracia divina, sino que era la gracia divina la que mueve
al hombre a la aceptación de la salvación. En otras palabras, que la salvación
es la manifestación de la soberana gracia de Dios actuando sobre los que Dios eligió.
De tal forma, que éstos deben estar eternamente agradecidos a Dios.
I. Escogidos desde el principio para salvación
2 Ts. 2:13
“Pero nosotros debemos dar siempre gracias a Dios respecto a vosotros, hermanos
amados por el Señor, [de que Dios os
haya escogido desde el principio para salvación…”
La Biblia expone
que Dios predestinó o eligió la salvación de algunos.
“Porque [a los que antes conoció, también los
predestinó] para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo,
para que él sea el primogénito entre muchos hermanos. [Y a los que predestinó], a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos
también justificó; y a los que
justificó, a éstos también glorificó.”
(Ro. 8:29-30)
¿Cuándo
fueron conocidos los elegidos de Dios?
“según [nos escogió en él antes de la fundación del mundo], para
que fuésemos santos y sin mancha delante de él.” (Ef. 1:4)
¿Para qué propósito? Para salvación.
II.
Escogidos desde el principio para salvación, mediante la santificación por el
Espíritu
2 Ts. 2:13
“Pero nosotros debemos dar siempre gracias a Dios respecto a vosotros, hermanos
amados por el Señor, [de que Dios os
haya escogido desde el principio para salvación, mediante la
santificación por el Espíritu] y la fe en la verdad.”
La mayoría
de los creyentes presume que la salvación es una decisión suya. El problema consiste
en que la Biblia presenta al pecador como uno muerto espiritualmente (Ef. 2:1).
De modo, que no quiere ni puede responderle a Dios (Juan 3:19-20). Uno que está
totalmente inhabilitado para comprender el mensaje del evangelio (Ro. 3:10-18).
Por consiguiente, si el pecador debe creer o aceptar a Jesús para ser salvo, entonces,
¿cómo puede hacerlo siendo sordo y ciego a la vez a las cosas del Espíritu? (Mt.
13:10-17; 1 Co. 2:14).
El cuadro de
la salvación que la Biblia presenta no es el de un hombre que puede ir y tomar
el regalo o la dádiva de Dios por sí mismo. Tampoco, es el de un hombre que se
está ahogando y necesita ayuda. La escena bíblica es más parecida a la de un
hombre ahogado, el cual el Señor saca del fondo del mar y resucita.
En 2 Tesalonicenses
2:13-14, Pablo presenta la salvación como una, la cual Dios escogió desde el
principio. Por consiguiente, la respuesta de aquellos que creyeron en
Tesalónica fue el resultado de la elección divina.
III. Escogidos
desde el principio para salvación, mediante la fe en la verdad
2 Ts. 2:13
“Pero nosotros debemos dar siempre gracias a Dios respecto a vosotros, hermanos
amados por el Señor, [de que Dios os
haya escogido desde el principio para salvación, mediante…la fe en la verdad.”
En la segunda
carta a los Tesalonicenses, Pablo explica que la fe no es de todos, sino de
aquellos a los que Dios llama a salvación.
“Por lo
demás, hermanos, orad por nosotros, para que la palabra del Señor corra y sea
glorificada, así como lo fue entre vosotros, y para que seamos
librados de hombres perversos y malos; porque [no es de todos la fe].” (2 Ts. 3:1-2)
La pregunta
a hacernos es, ¿cómo puede un pecador abrazar la fe del evangelio estando muerto
espiritualmente? ¿Cómo puede el hombre natural (el no creyente) entender las
cosas del Espíritu, si primero no le son reveladas? La Biblia señala lo
siguiente:
“Y él [os dio vida a vosotros, cuando estabais
muertos] en vuestros delitos y pecados.” (Ef. 2:1)
“Pero [el hombre natural no percibe las cosas que son
del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender],
porque se han de discernir espiritualmente.” (1 Co. 2:14)
De manera,
que la salvación es únicamente otorgada por un acto de la gracia de Dios, la
cual es recibida mediante el don concedido de la fe para que nadie se gloríe (Ef.
2:8-9).
IV. Escogidos
desde el principio para salvación, pero llamados por medio del evangelio
2 Ts.
2:13-14 “Pero nosotros debemos dar siempre gracias a Dios respecto a vosotros,
hermanos amados por el Señor, [de que
Dios os haya escogido desde el principio para salvación], mediante la
santificación por el Espíritu y la fe en la verdad, a lo cual [os llamó mediante nuestro evangelio],
para alcanzar la gloria de nuestro Señor Jesucristo.”
Si diéramos lectura
a 2 Tesalonicenses 2:13-14, leyéndolo del final hacia su comienzo, leería más o
menos de la siguiente manera:
“PARA alcanzar la gloria de nuestro Señor Jesucristo, Dios los llamó
mediante su evangelio, la fe en la verdad y la santificación del Espíritu, a
fin de que alcanzasen la salvación que Dios escogió desde el principio para
ustedes, por tal razón nosotros, damos gracias a Dios con respecto a vosotros.” (Una paráfrasis
del texto desde final hasta el comienzo de 2 Ts.2:13-14 por el autor)
Dios decidió
que los elegidos fueran convocados o llamados mediante la proclamación de su
evangelio. Por lo tanto, la doctrina de la elección no elimina la necesidad de
la proclamación del evangelio, sino que es muy necesaria, por cuanto es el
medio por el cual los elegidos serán llamados.
“Pues ya que
en la sabiduría de Dios, el mundo no conoció a Dios mediante la sabiduría, [agradó a Dios salvar a los creyentes por la
locura de la predicación].” (1 Co. 1:21)
Conclusión
La salvación
es la obra de Dios moviéndose a favor de los que eligió, siendo llamados
mediante la predicación del evangelio y la operación eficaz del Espíritu de
Dios. Cristo mismo es el mayor regalo de Dios a los elegidos, de lo cual deben estar
profunda y eternamente agradecidos.
Concluimos
que 2 Tesalonicenses 2:13-14 enseña la doctrina de la elección. “Así que,
hermanos, estad firmes, y retened la doctrina que habéis aprendido, sea por
palabra, o por carta nuestra.” (1 Ts. 2:15)
Bendiciones.
Pastor
Gilberto Rufat
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