lunes, 2 de marzo de 2020

Le era necesario padecer, morir y resucitar (parte 4)


Tema: Le era necesario padecer, morir y resucitar (parte 4)

Pasaje a considerar: Mateo 16:21 al 23

Desde entonces comenzó Jesús a declarar a sus discípulos que le era necesario ir a Jerusalén y padecer mucho de los ancianos, de los principales sacerdotes y de los escribas; y ser muerto, y resucitar al tercer día. Entonces Pedro, tomándolo aparte, comenzó a reconvenirle, diciendo: Señor, ten compasión de ti; en ninguna manera esto te acontezca. Pero él, volviéndose, dijo a Pedro: ¡Quítate de delante de mí, Satanás!; me eres tropiezo, porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino en las de los hombres.

Breve resumen (predicación del domingo, 23 de febrero de 2020)

Examinamos algunas de las profecías sobre la muerte del Mesías en el Antiguo Testamento. Vimos el cumplimiento de Isaías 53 con relación a Jesús como el siervo sufriente en los siguientes pasajes: Mateo 8:17; Hechos 8:29 al 35 y 1 Pedro 2:21 al 24. Presentamos el cumplimiento de Zacarías 12:10 en Juan 19:33 al 37. Observamos cómo en Hechos 2:22 al 23, los judíos reunidos en Pentecostés, al ser confrontados con la verdad anunciada por el profeta Zacarías con relación a la muerte del Mesías, se compungieron de corazón y tres mil de ellos vinieron a la fe y fueron añadidos a la iglesia.

Predicación del domingo, 1 de marzo de 2020

Introducción

La profecía de Zacarías 12:10 es interpretada en dos pasajes del Nuevo Testamento, en Juan 19:33 al 37 y en Apocalipsis 1:7. En el evangelio de Juan, la profecía de Zacarías 12:10 tiene cumplimiento en el momento en el que el soldado romano traspasa el costado de Jesús con una lanza. Sin embargo, cuando consideramos la segunda referencia a la profecía de Zacarías 12:10 en Apocalipsis 1:7, podría parecer que la misma no se ha cumplido.

La “aparente contradicción” entre ambos libros, escritos por el apóstol Juan, radica en que, por un lado, el evangelio de Juan presenta un cumplimiento inmediato, mientras que, por el otro lado, Apocalipsis señala la profecía teniendo un cumplimiento futuro, aunque cercano. Siendo la Escritura inspirada por Dios, no puede haber en ella contradicción. Juan únicamente fue uno de los autores inspirados por Dios Espíritu Santo para comunicar la verdad de Dios.

Exposición del mensaje

Zacarías 12:10 es uno de los pasajes mesiánicos más citados por los futuristas. Estos argumentan que el mismo respalda su posición escatológica alegando que no ha tenido cumplimiento. Los judíos, de manera general, también lo interpretan hacia el futuro, viendo su cumplimiento en los días de la venida del verdadero Mesías.

Y derramaré sobre la casa de David, y sobre los moradores de Jerusalén, espíritu de gracia y de oración; y mirarán a mí, a quien traspasaron, y llorarán como se llora por hijo unigénito, afligiéndose por él como quien se aflige por el primogénito. (Zacarías 12:10)

La profecía de Zacarías 12:10 presenta lo que sigue:

1- El cumplimiento de la promesa a la casa de David es confirmado en el evangelio de Mateo 1:1.

Libro de la genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham.

2- La expresión “a quien traspasaron” es una referencia al Mesías de la casa de David, el cual, en Mateo 16:20, les anuncia a sus discípulos que le es necesario padecer, morir y resucitar.

Desde entonces comenzó Jesús a declarar a sus discípulos que le era necesario ir a Jerusalén y padecer mucho de los ancianos, de los principales sacerdotes y de los escribas; y ser muerto, y resucitar al tercer día.

3- El enunciado “mirarán a mí, a quien traspasaron" significa que luego de la muerte del Mesías, el remanente creería o miraría a aquel que habían rechazado como el Mesías para salvación, como también lo presenta Mateo 16:27 al 28.

Porque el Hijo del Hombre vendrá en la gloria de su Padre con sus ángeles, y entonces pagará a cada uno conforme a sus obras. De cierto os digo que hay algunos de los que están aquí, que no gustarán la muerte, hasta que hayan visto al Hijo del Hombre viniendo en su reino.

En Apocalipsis 1:7, Juan testifica el cumplimiento de la profecía de Zacarías 12:10 en un tiempo cercano, mientras que en Juan 19:34 al 37 asevera que se había cumplido a los pies de la cruz.

Mas cuando llegaron a Jesús, como le vieron ya muerto, no le quebraron las piernas. Pero uno de los soldados le abrió el costado con una lanza, y al instante salió sangre y agua. Y el que lo vio da testimonio, y su testimonio es verdadero; y él sabe que dice verdad, para que vosotros también creáis. Porque estas cosas sucedieron para que se cumpliese la Escritura: No será quebrado hueso suyo. Y también otra Escritura dice: Mirarán al que traspasaron. (Juan 19:34 al 37)
He aquí que viene con las nubes, y todo ojo le verá, y los que le traspasaron; y todos los linajes de la tierra harán lamentación por él. Sí, amén. (Apocalipsis 1:7)

Para comprender la diferencia entre ambos libros con relación a la profecía de Zacarías 12:10, es necesario entender lo siguiente:

1- En el evangelio de Juan, Jesús es aquel a quien traspasaron, el Salvador del remanente profetizado. El lamento profetizado en la frase “y llorarán como se llora por hijo unigénito, afligiéndose por él como quien se aflige por el primogénito” en Zacarías 12:10 llevaría al remanente al arrepentimiento para salvación.

2- En el libro de Apocalipsis, Jesús es aquel a quien traspasaron, el cual se convertiría en el juez de los que lo rechazaron. El lamento profetizado en Zacarías 12:10 no llevaría al Israel nacional al arrepentimiento para salvación, sino que se lamentarían al ver llegar el gran día de la ira (Apocalipsis 6:16; 9:20 al 21; 16:9 al 11).

A continuación, vemos la correspondencia entre ambos libros: en Juan 9:37, Jesús es el Mesías, el Salvador del remanente profetizado. En Apocalipsis 1:7, Jesús es el Mesías, juez sobre el Israel nacional que no creyó. De manera que, Jesús fue constituido tanto en Salvador como en Juez. Su juicio comenzaría con el pueblo que habiendo recibido el mensaje revelado por los padres y los profetas no creyó, al Israel nacional.  

Apocalipsis 1:7 tendría lugar en la generación anunciada o profetizada por Jesús, posterior a su ascensión a los cielos. El libro de Apocalipsis claramente establece que los eventos narrados estaban cercanos a acontecer como lo evidencian los pasajes próximos:

Ap. 1:1 – “las cosas que deben suceder pronto”
Ap. 1:3 – “el tiempo está cerca”
Ap. 2:5 – “vendré pronto a ti”
Ap. 2:16 – “vendré a ti pronto”
Ap. 3:3 – “vendré sobre ti como ladrón, y no sabrás a qué hora vendré sobre ti”
Ap. 3:11 – “yo vengo pronto”
Ap. 11:14 “el tercer ay viene pronto”
Ap. 22:6 – “las cosas que deben suceder pronto”
Ap. 22:7 – “¡He aquí, vengo pronto!”
Ap. 22:10 – “porque el tiempo está cerca”
Ap. 22:12 – “He aquí yo vengo pronto”
Ap. 22:20 – “Ciertamente vengo en breve”

El cumplimiento de Zacarías 12:10 en Apocalipsis 1:7 está relacionado también con el cumplimiento de Daniel 7:13 al 14, establecido en la expresión “viene con las nubes” en Apocalipsis 1:7.

Miraba yo en la visión de la noche, y he aquí con las nubes del cielo venía uno como un hijo de hombre, que vino hasta el Anciano de días, y le hicieron acercarse delante de él. Y le fue dado dominio, gloria y reino, para que todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieran; su dominio es dominio eterno, que nunca pasará, y su reino uno que no será destruido. (Daniel 7:13 al 14)

Así que, Daniel 7 guarda relación con Apocalipsis 1:7. Daniel ve en una visión a un hijo de hombre que recibe el reino del Anciano de días al ascender al cielo (Daniel 7:13). Este es sin lugar a dudas, Jesucristo, quien luego de resucitar al tercer día y de aparecerse a los discípulos por 40 días posterior a su resurrección, ascendió al cielo, como es presentado por Lucas en Hechos 1:9. También, quien, pasados diez días en el día de la fiesta de Pentecostés como el apóstol Pedro expone, ya estaba sentado a la diestra del Padre (Hechos 2:34 al 36). Esto presenta el cumplimiento de la profecía de Daniel 7, así como la profecía del Salmo 110:1.

Jehová dijo a mi Señor: Siéntate a mi diestra, Hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies. (Salmo 110:1)

Jesús aseveró en varias ocasiones en el evangelio de Mateo, que regresaría en las nubes para desatar su ira sobre el pueblo que lo rechazó y condenó a muerte. Él mismo profetizó que esto sucedería en una generación o en 40 años.

De cierto os digo que todo esto vendrá sobre esta generación. (Mateo 23:36)
De cierto os digo, que no pasará esta generación hasta que todo esto acontezca. (Mateo 24:34)

La Biblia señala que Jesús vendría para poner a sus enemigos por estrado de sus pies, tal y como lo establece el Salmo 110:1. Esta verdad guarda correspondencia con la profecía de Jesús en Mateo 16:27 al 28.

Porque el Hijo del Hombre vendrá en la gloria de su Padre con sus ángeles, y entonces pagará a cada uno conforme a sus obras. De cierto os digo que hay algunos de los que están aquí, que no gustarán la muerte, hasta que hayan visto al Hijo del Hombre viniendo en su reino. (Mateo 16:27 al 28)

En Mateo 16:27 al 28, Jesús anuncia que vendría en gloria con sus ángeles para pagar con retribución al pueblo conforme a sus obras. Esto aconteció como es presentado en Apocalipsis 1:7, pues tendría lugar en un tiempo cercano luego de su ascensión al cielo. Jesús mismo expuso en la frase “algunos de los que están aquí, que no gustarán la muerte, hasta que hayan visto al Hijo del Hombre viniendo en su reino”, que dicho evento sobrevendría en algún tiempo después durante la vida de los apóstoles y no posteriormente a esto. También, deja establecido que su reino comenzó en el primer siglo.

Conclusión

El Nuevo Testamento testifica la importancia de la obra de redención de Jesucristo. Sus padecimientos y rechazo en vida fueron previamente anunciados. Su muerte fue también profetizada como el sacrificio a Dios para la remisión y la redención de los pecados del pueblo que vino a salvar. Su resurrección evidencia y testifica que la ofrenda expiatoria fue aceptada por Dios, por lo que la resurrección de Jesús es también la resurrección de su pueblo.

Fue mediante la vida, la muerte y la resurrección de Jesús que se cumplió la obra de redención establecida por Dios desde antes de la fundación del mundo. Todo cuanto aconteció, sucedió de acuerdo con su soberano plan como Pedro testificara. Nada dejó sin cumplir, porque ningún evento o circunstancia jamás ha alterado sus propósitos eternos. Jesús es el cumplimiento de todo el mensaje de salvación y los creyentes son los receptores de la bendita gracia de Dios en Cristo.

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