Tu oración ha sido oída - Lucas 1:13

Pasaje a considerar:

“Pero el ángel le dijo: Zacarías, no temas; porque tu oración ha sido oída, y tu mujer Elisabet te dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Juan.” (Lucas 1:13)

Lecciones sobre la oración en esta historia:

     1-      Las oraciones no deben ser presentadas como demandas, sino como peticiones a Dios, quien responde de acuerdo a su voluntad y no a la nuestra.

Era legítimo que Zacarías quisiese tener un hijo, sin embargo, radicaba en la soberanía de Dios el cuándo, el cómo y el porqué, entre otros.

     2-      Las oraciones no son contestadas basadas en el grado de fe, sino que se cumplen si están dentro del marco de la voluntad divina.

Si todas las oraciones fueran contestadas únicamente por la fe, ésta no sería una de ellas, pues Zacarías dudaba de cómo sería posible su cumplimiento.

     3-      La aparente no contestación de una petición, no significa que la contestación sea no, pudiera ser contestada posteriormente.

La petición de Zacarías fue realizada más como plan de Dios, que como una petición de oración. El niño que nacería sería el precursor del Mesías, claramente profetizado por profetas como Isaías y Malaquías.  

     4-      La aparente no contestación de una petición, no debe ser considerada únicamente como una reprimenda de Dios, producto del pecado.

Lucas describe que frente a Dios, Zacarías era una acepción en aquellos días, pues es descrito como un sacerdote que trataba genuinamente de vivir de acuerdo con los mandamientos y las ordenanzas establecidas.

     5-      La oración en sí misma es un milagro de la gracia, puesto que nada de lo que pedimos, merecemos, así que es una bendición que Dios desee escucharnos.

Luego del nacimiento de Juan el Bautista, Zacarías, su padre, lleno del Espíritu Santo, profetizó que su hijo era el cumplimiento de la gracia de Dios para con su pueblo, previamente anunciado y no solamente una oración contestada.

Conclusión:

La oración no es un medio para dirigir a Dios hacia nuestras peticiones, es más bien un medio para ponernos de acuerdo con su voluntad.

Gilberto Rufat