lunes, 15 de junio de 2015

¿Es Bíblico el Dispensacionalismo?



¿Es Bíblico el Dispensacionalismo?

por: Gilberto Rufat


Base Bíblica: Mateo 3:7-10

“Al ver él que muchos de los fariseos y de los saduceos venían a su bautismo, les decía: ¡Generación de víboras! ¿Quién os enseñó a huir de la ira venidera? Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento, y no penséis decir dentro de vosotros mismos: A Abraham tenemos por padre; porque yo os digo que Dios puede levantar hijos a Abraham aun de estas piedras. Y ya también el hacha está puesta a la raíz de los árboles; por tanto, todo árbol que no da buen fruto es cortado y echado en el fuego.”


Introducción

Tres de las principales religiones del mundo: el cristianismo, el judaísmo y el islamismo trazan sus raíces hasta Abraham. Dos de éstas alegan que en Abraham Dios llamó a su pueblo (el judaísmo y el islamismo). Así que, tanto unos como otros presumen que todos los que descienden de Abraham son hijos de Dios. Sin embargo y a pesar de lo expuesto, existe mucha confusión entre los cristianos en términos de quiénes conforman el pueblo de Dios. ¿Es Israel como nación, es la iglesia o ambos?

Cuando damos una mirada a la historia del Antiguo Testamento, la misma parece resaltar que Israel como nación es el pueblo elegido de Dios. Por consiguiente, la mayoría de los creyentes no tiene ningún problema en creer que Dios eligió un pueblo para sí mismo y que dicho pueblo es Israel.

Ahora, ésta es la pregunta importante a considerar y a contestar. ¿Lo que Dios escogió desde la eternidad, fue a individuos que serían llamados y salvados mediante la fe para formar su pueblo, o lo que escogió fue a una nación como su pueblo? En otras palabras, ¿Dios escogió a todas las personas dentro de un pueblo o llamó desde el principio a individuos para que pasasen a ser parte de su pueblo?

La idea básica del dispensacionalismo radica en la creencia de que Dios tiene un plan aparte para Israel como nación, ya que, según estos, Dios lo escogió sobre todos los pueblos. Por ende, la iglesia e Israel no son lo mismo, pues son dos pueblos, respectivamente. El dispensacionalismo desarrolla la teoría de que ya que Israel como nación no recibió al Mesías, Dios dispuso en el ínterin salvar a gentiles en lo que llamamos la iglesia, en lo que su plan se consuma con su pueblo Israel. Por lo tanto, el eje central que derriba o sostiene el dispensacionalismo es si Dios hace realmente una separación entre la iglesia e Israel en el Nuevo Testamento.

Para otros creyentes no existe tal cosa como el dispensacionalismo, porque alegan que Dios sustituyó a Israel por la iglesia, a esto se le denomina la Teología del Reemplazo.

Lo que es verdad, es que Dios desde la eternidad eligió a los que habrían de ser salvos y que tales hombres, independientemente de ser judíos o gentiles u hombres o mujeres, conformarían el verdadero Israel (Gá.6:16). Pablo añade que en el misterio del plan de Dios, él mostraría su misericordia primero sobre unos (Israel) y luego sobre otros (gentiles), a fin de mostrar misericordia para con todos los que creerían (Ro.11:32-33).

En el evangelio de Mateo 3:7-10, encontramos un incidente que nos puede ayudar a aclarar la pregunta de consideración, ¿quiénes conforman el pueblo de Dios? 



1- ¿Por qué Juan el Bautista les llamó “¡generación de víboras!”?

Al ver él que muchos de los fariseos y de los saduceos venían a su bautismo, les decía: ¡Generación de víboras! ¿Quién os enseñó a huir de la ira venidera? (Mateo 3:7)

Si los fariseos y los saduceos eran descendientes de Abraham, entonces, ¿por qué les llamó víboras? ¿No eran todos hijos por nacimiento del pacto y por consiguiente, de la promesa?

La creencia generalizada es que todos los descendientes de Israel son israelitas, pero ¿enseña eso la Biblia? La pregunta parece ser una sin sentido, pues como escribiera en un artículo anterior, todos los nacidos en Estados Unidos son estadounidenses, así como todos los nacidos en Méjico son mejicanos, entonces, ¿todos los nacidos en Israel, son israelitas? NO, no lo son.

No que la palabra de Dios haya fallado; porque no todos los que descienden  de Israel son israelitas, ni por ser descendientes de Abraham, son todos hijos; sino: En Isaac te será llamada descendencia Esto es: No los que son hijos según la carne son los hijos de Dios, sino que los que son hijos según la promesa son contados como descendientes. (Romanos 9:6-8).

Pablo enseña en el capítulo nueve de la carta a los Romanos, que únicamente los hijos de la promesa como Isaac, serían salvados, esto es, los elegidos. 


2- ¿Por qué Juan el Bautista les dijo: “Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento”?

Las Sagradas Escrituras son consistentes en el hecho de que los hijos de Dios se diferencian de los que no lo son, puesto que los primeros le siguen y le obedecen. Juan le dijo a los fariseos y a los saduceos que habían venido, que evidenciaran una vida transformada, la cual sólo puede ser operada mediante la regeneración, por medio de la obra del Espíritu Santo. Por tal razón, estos líderes no podían evidenciar arrepentimiento. La Biblia dice que solamente los elegidos podrán seguirle y querrán seguirle.

Jesús les respondió: Os lo he dicho, y no creéis; las obras que yo hago en nombre de mi Padre, ellas dan testimonio de mí; pero vosotros no creéis, porque no sois de mis ovejas, como os he dicho. Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano. Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre. Yo y el Padre uno somos. (Juan 10:25-30)

El Nuevo Testamento claramente enseña que sólo a través de un nuevo nacimiento, podemos entrar al Reino de los Cielos, no por tener ascendencia judía. 


3- ¿Por qué Juan el Bautista les dijo: “Dios puede levantar hijos a Abraham aun de estas piedras”?

Ser hijos de Dios es algo que se nos concede por gracia, mediante la fe y no de otra manera. Según nadie nace siendo cristiano, de igual modo, nadie nace siendo parte del pueblo de Dios. Hasta que la gracia de Dios no nos llama al arrepentimiento y a la salvación, no existe una unión con Cristo, punto. La Biblia lo enseña de la siguiente manera:

Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios. (Juan 1:12-13)

Juan el Bautista, adelantándoseles les dijo: “no penséis decir dentro de vosotros mismos: A Abraham tenemos por padre.” Juan sabía que estos pensaban que por ser descendientes de Abraham eran automáticamente hijos de Dios. Sin embargo, Juan les dijo que solamente Dios puede llamar a sus hijos. También les comunicó lo siguiente: “Dios puede levantar hijos a Abraham aun de estas piedras.” ¿Estaba Juan el Bautista equivocado? NO, no lo estaba. Juan estaba estableciendo el hecho bíblico de que únicamente por un acto de la soberana gracia llegamos a ser hijos de Dios y que tal asunto está en la soberanía divina y no en el DNA. 


Conclusión

Ser un hijo de Dios nada tiene que ver con ascendencia o descendencia judía. Los hijos de Dios son llamados sólo a través de la gracia divina. Su característica principal, como Juan testificó, es una vida que evidencia arrepentimiento y fe. Por consiguiente, Dios no tiene dos pueblos, solamente uno; el de los llamados o convocados por la gracia divina, de la cual usted es parte, si verdaderamente ha creído en Jesús como Señor y Salvador y lo evidencia mediante una vida de continua obediencia. Tampoco se trata de llamarle Señor, Señor. No olvide que la puerta y el camino son angostos.

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