Los que son de fe, éstos son
hijos de Abraham
Pasaje a considerar:
“Sabed, por tanto,
que los que son de fe, éstos son hijos de Abraham. Y la Escritura, previendo
que Dios había de justificar por la fe a los gentiles, dio de antemano la buena
nueva a Abraham, diciendo: En ti serán benditas todas las naciones. De modo que
los de la fe son bendecidos con el creyente Abraham.” (Gálatas 3:7-9)
El Nuevo Testamento no dice que los hijos o herederos de la
promesa de Abraham son sus descendientes, como afirman los dispensacionalistas
pretribulacionistas y la mayoría de los judíos mesiánicos, entre otros, sino
que dice, “…los que son de fe, éstos son hijos de Abraham.”
La palabra “sabed” γινώσκω en Gálatas 3:7, significa
reconocer, entender o tener conocimiento. Por lo tanto, Pablo está diciendo que
debían entender y aceptar, que la salvación siempre ha sido a través de la
soberana gracia de Dios por medio de la fe. De modo, que solamente los que son
de fe, como Abraham mismo (Ro. 4:3 y 9), son contados como sus hijos.
En Gálatas 3:8, Pablo expone que Dios dejó evidencia de su
plan, en la manera y circunstancia en las que Abraham fue justificado. El
apóstol dice: “Y la Escritura, previendo…”, esto es, queriendo Dios mostrar de
antemano que salvaría aun de los gentiles a través de la justicia que es por la
fe, “dio de antemano la buena nueva a Abraham, diciendo: En ti serán benditas
todas las naciones.”
La mayoría de los judíos entiende que el Pacto Abrahámico,
se refiere única y exclusivamente a Israel como nación. Por ejemplo el Dr.
Arnold G. Fruchtenbaum dice:
“La definición bíblica básica para definir el judaísmo
descansa en el Pacto Abrahámico en Génesis.” [1]
“Bíblicamente hablando, los judíos son una nación. Hoy,
somos una nación dispersa, pero somos, no obstante una nación. Somos una nación
porque somos descendientes de Abraham, Isaac y Jacob. La implicación de esta
definición es que no importa lo que in judío haga, nunca puede ser un no judío,
no importa lo que de manera individual un judío pueda creer o no creer él
permanece siendo judío.” [2]
Baruch Maoz, un judío reformado se expresa de la siguiente
manera con referencia al Pacto Abrahámico:
“…El punto que yo pienso es este: que el Pacto Abrahámico
está vigente. El pacto mosaico, el pacto que Dios hizo con la nación judía
cuando los dejó salir de Egipto, ha sido reemplazado ahora por el nuevo pacto
que fue prometido en Jeremías 31.” [3]
Sin embargo, el pastor Stan, Telchin, judío mesiánico y
pastor dice que cuando leyó Gálatas 3:29 comprendió lo siguiente:
“Si tú perteneces a Cristo, entonces eres simiente de
Abraham y heredero conforme a la promesa… Yo comprendí que, no importa si eres
judío o gentil, cada creyente en Cristo viene a Dios de la misma manera, por la
fe.” [4]
Igualmente, Michael L. Brown, profesor asociado de Antiguo
Testamento y Lenguas Semíticas de “Trinity Evangelical Divinity School” se
expresa de la siguiente manera acerca de Génesis 12:2-3:
“Desde los tiempos de Abraham en adelante, él ha estado
trabajando de manera pública para atraernos hacia sí mismo. Es por eso, que
cuando Dios llamó a Abraham (antes Abram), le dijo: “Y haré de ti una nación
grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición... y serán
benditas en ti todas las familias de la tierra.” (Gen.12:2-3). La razón por la
que Dios escogió a Abraham y a sus descendientes fue para que todo el mundo
pudiera ser bendecido.” [5]
En la epístola a los Romanos, Pablo deja claro que el pueblo
de Dios no es todo Israel, cuando responde a la razón del porqué gran parte de
la nación de Israel rechazó al Mesías, a Jesús.
“No que la palabra de Dios haya fallado; porque no todos los
que descienden de Israel son israelitas, ni por ser descendientes de Abraham,
son todos hijos; sino: En Isaac te será llamada descendencia Esto es: No los
que son hijos según la carne son los hijos de Dios, sino que los que son hijos
según la promesa son contados como descendientes.” (Romanos 9:6-8)
Conclusión:
En la Teología Nuevo Testamentaria, Pablo, sin lugar a dudas
presenta que Dios escogió a los que habrían de ser salvos desde antes de la
fundación del mundo (Ef. 1:3-4) y que pasarían a creer en el evangelio para
salvación, siendo a su vez, sellados con el Espíritu Santo de la promesa (Ef.
1:13-14). Por tal razón, el apóstol establece, “que los de la fe son bendecidos
con el creyente Abraham.” Por ende, los hijos de Abraham son todos los que
creen y no los que descienden de Israel o de Abraham.
pastor Gilberto Rufat
[1] Fruchtenbaum, Arnold. Hebrew
Christianity: Its Theology, History & Philosophy. Seventh
Printing, 1995. Pág. 6)
[2]
Ibid, 8
[3] Maoz, Baruch. Judaism is not
Jewish. Mentor Imprint, 2003. Pág. 77
[4] Telchin Stan. Messianic
Judaism Is Not Christianity”. Chosen Books, 2004. Pág. 91
[5] Brown, L. Michael. Answering
Jewish Objection to Jesus Volumen 1. Baker Books, 2000. Pág. 89
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