martes, 30 de junio de 2015

No os conforméis a este siglo



No os conforméis a este siglo

“No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta” (Romanos 12:2)

A modo de entender Romanos 12:2 es necesario recordar el versículo que le precede, Romanos 12:1, el cual dice:

“Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional.”

Pablo presenta que el conocimiento de la misericordia de Dios en nuestra salvación, debería llevarnos rendidos a una vida de total entrega y sumisión. Romanos 12:1 presenta lo que Dios demanda; que presentemos nuestra vida como un sacrificio vivo, esto es, como una ofrenda.

Lo que muchos cristianos olvidan o no entienden es que para que la ofrenda pueda ser aceptada por Dios debe morir, (ser sacrificada). El cristianismo de hoy, que únicamente quiere invitar a Jesús a su vida o al corazón, sin primero morir y arrepentirse, no puede ser llamado cristianismo. De la misma manera, tampoco puede ser considerado como una ofrenda a Dios.

La verdadera salvación implica el abandono, así como el rechazo de nuestra antigua manera de vivir. Los creyentes somos llamados a vivir a la manera de Cristo, porque la soberana voluntad del Padre fue que los hijos fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo (Ro.8:29).

En Efesios 4:22-24, la Biblia expone lo siguiente:

“En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad.” (Efesios 4:22-24)

No existe la posibilidad de vivir el cristianismo según nuestros deseos, caprichos, ilusiones, sueños, planes y metas por mejores que parezcan, entre otros y vivir en la voluntad de Dios. Ya que, vivir en la voluntad de Dios comprende renunciar a todo lo que valoramos, a fin de valorar lo que Dios valora y lo que le complace. Por ende, el abandono sincero del pecado debe evidenciarse (Ro. 6:1-4). Veamos un pasaje paralelo a Efesios 4:22-24:

“Pero ahora dejad también vosotros todas estas cosas: ira, enojo, malicia, blasfemia, palabras deshonestas de vuestra boca. No mintáis los unos a los otros, habiéndoos despojado del viejo hombre con sus hechos, y revestido del nuevo, el cual conforme a la imagen del que lo creó se va renovando hasta el conocimiento pleno.” (Colosenses 3:8-10)

En la medida en que nuestro entendimiento es transformado por la Palabra y mediante la obra del Espíritu Santo de Dios, comenzamos a ver y a vivir la vida de una manera diferente. Sin la obra de Dios Espíritu Santo, no hay transformación. Por tal razón, somos llamados a vivir sometidos a la obra del Espíritu Santo o como dijera Pablo a los Efesios, debían procurar ser llenos del Espíritu. 

“Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne. Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis. Pero si sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la ley. Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios. Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley. Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos. Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu.” (Gálatas 5:16-25)

Conclusión:

Dios demanda que rechacemos el estilo de vida del mundo, que seamos transformados en nuestro entendimiento y que procuremos la santidad como modo de vida, pues solo así podremos disfrutar de la buena voluntad de Dios.

pastor Gilberto Rufat

viernes, 26 de junio de 2015

Se legaliza la LUJURIA


"Autonomía individual con relación a la sexualidad"


El problema es más serio de lo que creemos...



El problema con los líderes de hoy, es que temen decir lo que la Biblia dice. Profesan creerla, pero cuando son confrontados con la verdad de un pasaje, desvían la atención hacia su propia interpretación. Cuando les conviene, la Palabra de Dios tiene autoridad suprema, pero cuando no les conviene, se alejan de la inerrancia de la misma, pues alegan que fue escrita por hombres.

Lo peor de todo es que la razón para ello, es la creencia en el evangelicalismo, el cual le hace creer a algunos “líderes” que con su palabrería, pueden rescatar vidas del infierno. Dejémonos de mercadear el evangelio; Dios es soberano y su Palabra es la verdad, prediquémosla con valentía, mientras la vivimos y dejémosle los resultados, así como la gloria a Dios.

pastor Gilberto Rufat

miércoles, 24 de junio de 2015

Los que antes conoció - Romanos 8:29



Los que antes conoció

Romanos 8:29

“Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos”


En Romanos 8:29, hay al menos cuatro verdades importantes referentes a la salvación:

1- Dios conoció desde antes a los que iba a salvar.

El término conoció προγινώσκω, “proginosko” es uno compuesto por “pro”, antes y “ginosko”, conocer, de ahí, “los que antes conoció”. Esto significa que Dios decidió en su gracia y antes de la fundación del mundo, quiénes se salvarían. La Biblia nunca entra en materia de cuáles fueron los criterios, si alguno, para Dios elegir. Lo que sí sabemos, es que Dios decidió salvar a los que predestinó conforme a su voluntad (Ef.1:5).

2- Dios predestinó a los que antes conoció.

La expresión predestinó προορίζω, “proorizo” es una palabra compuesta de “pro”, por anticipado, antes y “orizo”, determinar. En otras palabras, que Dios fue quien decidió en su soberana gracia a quiénes y el propósito de todos los que salvaría.  

3- El propósito de la predestinación fue que los predestinados fueran hechos conforme a la imagen de su Hijo.

El propósito de Dios en la salvación fue mucho más que el perdón de los pecados. Note, que el versículo dice que sería que los elegidos pasasen a ser conformes a la imagen de su Hijo. El vocablo conforme συμμορφίζω, “summorfizo” es una palabra compuesta de “sun”, con y “morfe” forma. Por consiguiente, el deseo de Dios para los elegidos es que participasen de la imagen (εἰκών, “eikon” este término incluye las dos ideas de representación y manifestación) de su Hijo, esto es, de su carácter santo, pues en la voz pasiva del verbo en griego se podría traducir como “llegando a ser semejante”. A este proceso, la Biblia le llama la santificación.

4- Únicamente los predestinados pasan a ser hermanos de Cristo y miembros de la familia de Dios.

La teología soteriológica (estudio sobre la salvación) se bifurca básicamente en si Dios decidió o somos los hombres los que decidimos sobre la salvación. La verdad reside en que de este pasaje se desprende que ni uno más y ni uno menos de los que Dios conoció en la eternidad, se salvarán (Ef. 1:4 y 2:10).

Conclusión:

Lo entendamos o no, nos guste o no, la respuesta de los que se salvan fue determinada por Dios en la eternidad. Por cuanto él decidió, quiénes serían sus hijos. Por lo tanto, Dios no está buscando desesperadamente, como algunos enseñan en el decisionalismo, que todos los hombres se salven, sino que todos sus hijos respondan.

Por tanto, todo lo soporto por amor de los escogidos, para que ellos también obtengan la salvación que es en Cristo Jesús con gloria eterna.” (2 Timoteo 2:10)

pastor Gilberto Rufat

¿Qué propósito vino a cumplir la ley mosaica?

Introducción  Trataremos brevemente de contestar qué propósito vino a cumplir la ley mosaica, luego de la promesa comunicada por Dios a Ab...