jueves, 21 de mayo de 2020

Bosquejo de Daniel 9: La profecía de las setenta semanas

La profecía de las setenta semanas

I. Contexto (Daniel 9:1-19)

Daniel tiene aproximadamente unos 90 años y se encuentra orando y confesando los pecados de su pueblo en espera del cumplimiento de la profecía de los setenta años de cautiverio babilónico.

El Imperio babilónico había caído tal y como Dios lo reveló a través del sueño de Nabucodonosor.

Y después de ti se levantará otro reino inferior al tuyo; y luego un tercer reino de bronce, el cual dominará sobre toda la tierra. (Daniel 2:39)

Daniel se halla en Babilonia bajo el Imperio Medo-persa y busca entender, a través del estudio del libro del profeta Jeremías, el tiempo de la liberación de Judá.

Toda esta tierra será puesta en ruinas y en espanto; y servirán estas naciones al rey de Babilonia setenta años. (Jeremías 25:11)

Porque así dijo Jehová: Cuando en Babilonia se cumplan los setenta años, yo os visitaré, y despertaré sobre vosotros mi buena palabra, para haceros volver a este lugar. (Jeremías 29:10)

La profecía de los setenta años de cautiverio se cumplió en el primer año del reinado de Ciro de Persia aproximadamente en el año 536 a. C..  

22 Mas al primer año de Ciro rey de los persas, para que se cumpliese la palabra de Jehová por boca de Jeremías, Jehová despertó el espíritu de Ciro rey de los persas, el cual hizo pregonar de palabra y también por escrito, por todo su reino, diciendo: 23 Así dice Ciro, rey de los persas: Jehová, el Dios de los cielos, me ha dado todos los reinos de la tierra; y él me ha mandado que le edifique casa en Jerusalén, que está en Judá. Quien haya entre vosotros de todo su pueblo, sea Jehová su Dios con él, y suba. (2 Crónicas 36:22-23)

1 En el primer año de Ciro rey de Persia, para que se cumpliese la palabra de Jehová por boca de Jeremías, despertó Jehová el espíritu de Ciro rey de Persia, el cual hizo pregonar de palabra y también por escrito por todo su reino, diciendo: 2 Así ha dicho Ciro rey de Persia: Jehová el Dios de los cielos me ha dado todos los reinos de la tierra, y me ha mandado que le edifique casa en Jerusalén, que está en Judá. (Esdras 1:1-2)

El profeta Isaías profetizó unos 160 años antes de que Ciro de Persia llegara al poder, que este sería instrumento de Dios para la liberación de su pueblo y para la reconstrucción del templo en Jerusalén.

que dice de Ciro: Es mi pastor, y cumplirá todo lo que yo quiero, al decir a Jerusalén: Serás edificada; y al templo: Serás fundado. (Isaías 44:28)

Así dice Jehová a su ungido, a Ciro, al cual tomé yo por su mano derecha, para sujetar naciones delante de él y desatar lomos de reyes; para abrir delante de él puertas, y las puertas no se cerrarán: (Isaías 45:1)
  
   A. El Mesías prometido de la casa de David en el libro de Jeremías

He aquí que vienen días, dice Jehová, en que levantaré a David renuevo justo, y reinará como Rey, el cual será dichoso, y hará juicio y justicia en la tierra. En sus días será salvo Judá, e Israel habitará confiado; y este será su nombre con el cual le llamarán: Jehová, justicia nuestra. (Jeremías 23:5-6)

1 Palabra de Jehová que vino a Jeremías, diciendo: 2 Así habló Jehová Dios de Israel, diciendo: Escríbete en un libro todas las palabras que te he hablado. 3 Porque he aquí que vienen días, dice Jehová, en que haré volver a los cautivos de mi pueblo Israel y Judá, ha dicho Jehová, y los traeré a la tierra que di a sus padres, y la disfrutarán. 4 Estas, pues, son las palabras que habló Jehová acerca de Israel y de Judá. 5 Porque así ha dicho Jehová: Hemos oído voz de temblor; de espanto, y no de paz. 6 Inquirid ahora, y mirad si el varón da a luz; porque he visto que todo hombre tenía las manos sobre sus lomos, como mujer que está de parto, y se han vuelto pálidos todos los rostros. 7 Ah, cuán grande es aquel día! tanto, que no hay otro semejante a él; tiempo de angustia para Jacob; pero de ella será librado. 8 En aquel día, dice Jehová de los ejércitos, yo quebraré su yugo de tu cuello, y romperé tus coyundas, y extranjeros no lo volverán más a poner en servidumbre, 9 sino que servirán a Jehová su Dios y a David su rey, a quien yo les levantaré. (Jeremías 30:1-9)

14 He aquí vienen días, dice Jehová, en que yo confirmaré la buena palabra que he hablado a la casa de Israel y a la casa de Judá. 15 En aquellos días y en aquel tiempo haré brotar a David un Renuevo de justicia, y hará juicio y justicia en la tierra. 16 En aquellos días Judá será salvo, y Jerusalén habitará segura, y se le llamará: Jehová, justicia nuestra. (Jeremías 33:14-16)

        B. El Mesías y el nuevo pacto en el libro de Jeremías

31 He aquí que vienen días, dice Jehová, en los cuales haré nuevo pacto con la casa de Israel y con la casa de Judá. 32 No como el pacto que hice con sus padres el día que tomé su mano para sacarlos de la tierra de Egipto; porque ellos invalidaron mi pacto, aunque fui yo un marido para ellos, dice Jehová. 33 Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice Jehová: Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón; y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo. 34 Y no enseñará más ninguno a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce a Jehová; porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice Jehová; porque perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más de su pecado. (Jeremías 31:31-34)

37 He aquí que yo los reuniré de todas las tierras a las cuales los eché con mi furor, y con mi enojo e indignación grande; y los haré volver a este lugar, y los haré habitar seguramente; 38 y me serán por pueblo, y yo seré a ellos por Dios. 39 Y les daré un corazón, y un camino, para que me teman perpetuamente, para que tengan bien ellos, y sus hijos después de ellos. 40 Y haré con ellos pacto eterno, que no me volveré atrás de hacerles bien, y pondré mi temor en el corazón de ellos, para que no se aparten de mí. (Jeremías 32:37-40)

II. Profecía de las setenta semanas (Daniel 9:20-27)

La profecía de las setenta semanas provee el tiempo en que el Mesías Príncipe prometido a la casa de David llegaría para establecer el nuevo pacto a través de la salvación de un remanente, ya que el pueblo había invalidado el antiguo pacto.

Daniel estaba orando cuando se le apareció el ángel Gabriel a la hora del sacrificio de la tarde. Gabriel vino para hacerle entender a Daniel el tiempo que transcurriría hasta la venida del Mesías.

    A. La profecía de las setenta semanas 

Las setenta semanas están determinadas. Esto significa que nadie las podría cambiar, adelantar o entorpecer. El propósito de las setenta semanas consistía en llevar a cabo el decreto de expiación a través del ministerio del Mesías Príncipe.
B. División de las setenta semanas

Las setenta semanas están divididas en 7 semanas, 62 semanas y 1 semana. Estas suman un total de 70 semanas o un periodo de 490 años que se divide de la manera siguiente:

  • Las primeras siete semanas inician con la orden de edificar la plaza y el muro en tiempos angustiosos en el año 457 a. C.. Si Daniel hubiera comenzado a contar el tiempo de las mismas desde la orden de Ciro, entonces se hubiera adelantado unos 79 años antes de la llegada del Mesías. 
  • Las próximas 62 semanas comienzan en el año 408 a. C., cuando se termina la obra y estas finalizan con el inicio del ministerio del Mesías Príncipe.
  •  La última semana da inicio en el año 26 d. C., la misma está dividida en dos partes importantes y finaliza en el año 33 d. C.. La importancia de la misma reside en que en ella, el Mesías cumple el nuevo pacto. Los primeros 3 años y medio comienzan con el bautismo de Jesús y finalizan con su muerte. Los últimos 3 años y medio trascurren desde su muerte y los primeros años de la historia de la iglesia, en la que los apóstoles concentran su ministerio en llevar el evangelio a los judíos, primeramente. 
C. La desolación o el juicio de Jerusalén
 
Este juicio vendría como retribución por su rebeldía y por dar muerte al Mesías Príncipe. Jesús estableció que el mismo sucedería en aquella generación que vio el cumplimiento de la profecía del Mesías Príncipe. Ni en Daniel 9, ni en el libro de Jeremías se hace mención de un pacto entre el pueblo de Dios y un anticristo.





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