¿Quiénes representan Al remanente PROFETIZADO en el Antiguo
Testamento?
“No ha
desechado Dios a su pueblo, al cual desde antes conoció. ¿O no sabéis qué dice
de Elías la Escritura, cómo invoca a Dios contra Israel, diciendo: Señor,
a tus profetas han dado muerte, y tus altares han derribado; y sólo yo he
quedado, y procuran matarme?
Pero ¿qué
le dice la divina respuesta? Me he reservado siete mil hombres, que no han
doblado la rodilla delante de Baal. Así también aun en este tiempo ha quedado
un remanente escogido por gracia”. (Ro. 11:2-5)
Al presente, una gran cantidad de cristianos cree que Israel
como nación es el pueblo escogido por Dios; aunque Pablo enseña que no todo
Israel era parte del pueblo escogido por Dios (Ro. 9:6-7). Sin embargo, se expresan
sobre la doctrina de la elección en el Nuevo Testamento, como una injusta,
absurda y hasta demoniaca.
Pretendemos demostrar que no existe un Dios injusto en el Nuevo
Testamento, pues es el mismo que escogió a su pueblo desde antes de la fundación
del mundo. El apóstol presentará que todos los creyentes en Cristo (judíos o
gentiles) son o conforman el remanente previamente anunciado en el Antiguo
Testamento.
En Romanos 11: 2-5, Pablo compara la incredulidad y el rechazo
del pueblo de Israel en sus días,
con la historia pasada de Israel en los tiempos del profeta Elías. El pueblo se
había entregado por completo a Baal, parecía que Elías estaba solo y que Dios
había abandonado al pueblo por su pecado. Pablo responde que Dios nunca
abandona o desecha a su pueblo, el cual de antemano conoció.
La expresión
“al cual desde antes conoció” es una importantísima. La frase se traduce de la
palabra griega προγινώσκω “proginosko”, la cual es una palabra compuesta por
“pro”- antes y “ginosko” conocimiento. Su significado, por consiguiente, es
saber de antemano. El
argumento presentado es que a los que Dios desde antes de la fundación del mundo conoció, a los que
él mismo predestinó, a estos nunca desechó.
La razón
por la que no todos respondieron en el tiempo de Elías, es la misma por la cual
gran parte de la nación de Israel rechazaba a Jesús. No todos habían sido
predestinados para salvación. El Israel de Dios es un remanente salvado por
elección. Pablo hace uso de las Escrituras para demostrar que la misma
contestación que Dios le dio a Elías, es la misma por la que no todos creyeron.
Dios se reservó para sí mismo, un remanente escogido por gracia. Note, que no
dice que Dios encontró a siete mil hombres que no doblaron sus rodillas ante
Baal, sino que él eligió o separó, siete mil hombres pare serle fiel.
“Y yo haré
que queden en Israel siete mil, cuyas rodillas no se doblaron ante Baal, y
cuyas bocas no lo besaron”. (1R. 19:18)
Podemos ver que ha quedado un remanente escogido por gracia; un
grupo pequeño en
comparación con los que se extraviaron. Escogido implica separado y por gracia,
sin merecerlo. El plan de Dios nunca ha fallado porque no descansa en nuestra
determinación, sino en su elección. Veamos algunos pasajes a través del Antiguo
Testamento que evidencian que Dios nunca prometió salvar a todo Israel como
nación, sino únicamente al remanente.
“Porque
saldrá de
Jerusalén [remanente], y del monte de Sion los que se salven. El celo de Jehová
de los ejércitos hará esto”. (2R. 19:31)
“Y
ahora por un breve momento ha habido misericordia de parte de Jehová nuestro Dios, para hacer que
nos quedase [un remanente] libre, y para darnos un lugar seguro en su
santuario, a fin de alumbrar nuestro Dios nuestros ojos y darnos un poco de
vida en nuestra servidumbre”. (Esd. 9:8)
“Porque
si tu pueblo, oh Israel, fuere como las arenas del mar, [el remanente] de él volverá; la destrucción
acordada rebosará justicia”. (Is. 10:22)
“Y
yo mismo recogeré [el
remanente] de mis ovejas de todas las tierras adonde las eché, y las haré volver a sus
moradas; y crecerán y se multiplicarán”. (Jer. 23:3)
“Sin
embargo, he aquí quedará
en ella [un remanente], hijos e hijas, que serán llevados fuera; he aquí que
ellos vendrán a vosotros, y veréis su camino y sus hechos, y seréis consolados
del mal que hice venir sobre Jerusalén, de todas las cosas que traje sobre ella”.
(Ezq. 14:22)
“Y
todo aquel que invocare el nombre de Jehová será salvo;, porque en el monte de Sion y
en Jerusalén habrá salvación, como ha dicho Jehová, y entre [el
remanente] al cual él
habrá llamado”. (Jl. 2:32)
“Mas
en el monte de Sion habrá
[un remanente] que se salve; y será santo, y la casa de Jacob recuperará sus
posesiones”. (Abd. 1:17)
“En
aquel día, dice Jehová,
juntaré la que cojea, y recogeré la descarriada, y a la que afligí; y pondré a
la coja [como remanente], y a la descarriada como nación robusta; y Jehová
reinará sobre ellos en el monte de Sion desde ahora y para siempre”. (Miq.
4:6-7)
“[El
remanente] de Israel no hará
injusticia ni dirá mentira, ni en boca de ellos se hallará lengua engañosa;
porque ellos serán apacentados, y dormirán, y no habrá quien los atemorice”.
(Sof. 3:13)
“Quitaré la sangre de su boca, y sus
abominaciones de entre sus dientes, y quedará también [un remanente] para
nuestro Dios, y serán como capitanes en Judá, y Ecrón será como el jebuseo”. (Zac. 9:7)
De manera, que hemos evidenciado que Dios nunca prometió salvar a todo el pueblo de
Israel, sino solamente al remanente, del cual los gentiles creyentes forman
parte.
“a los cuales también ha llamado, esto es, a
nosotros, no sólo de los judíos, sino también de los gentiles? Como
también en Oseas dice: Llamaré pueblo mío al que no era mi pueblo, Y a la no
amada, amada. Y en el lugar donde se les dijo: Vosotros no sois pueblo mío, Allí
serán llamados hijos del Dios viviente. También Isaías clama tocante a Israel:
Si fuere el número de los hijos de Israel como la arena del mar, tan sólo el
remanente será salvo”. (Ro.
9:24-27)
Dios nunca
le falló a su pueblo, como Pablo lo expresa cuando dice, “… al cual desde antes
conoció”, siendo una clara referencia a la predestinación y al decreto de Dios
en la salvación. Observe que Pablo presenta al remanente como su pueblo.
“Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio,
nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de
aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable; vosotros que
en otro tiempo no erais pueblo, pero que ahora sois pueblo de Dios; que en otro
tiempo no habíais alcanzado misericordia, pero ahora habéis alcanzado
misericordia”. (1P. 2:9-10)
Bendiciones.
Pastor
Gilberto Rufat
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