¿Habla la Biblia sobre la elección o la predestinación en el Nuevo
Testamento?
Introducción
Un estudio
de las palabras usadas en el Nuevo Testamento para referirse a la
predestinación y a la elección, entre otros, provee evidencia irrefutable de dicha
doctrina. Le animo a juzgar por usted mismo, si la Biblia habla de ello o si
como algunos argumentan, es una “doctrina calvinista”. A continuación, veamos
los diferentes términos griegos utilizados y sus significados.
I. Elección, Elegido, Elegir
A. Nombre
ekloge , denota sacar de entre,
selección y, de ahí, lo que es elegido. En Hch. 9.15, se dice de la elección
por parte de Dios de Saulo de Tarso; la frase es, literalmente «un vaso de
elección». Se usa cuatro veces en Romanos; en 9.11, de Esaú y Jacob, donde la
frase «el propósito … conforme a la elección» es virtualmente equivalente a «el
propósito elector»; en 11.5: «un remanente escogido por gracia» se refiere a
los judíos creyentes, salvados de entre la nación incrédula; lo mismo en el v.
7; en el v. 28: «la elección» puede significar bien el acto de elegir o bien
los elegidos; el contexto, señalando a los padres, señala a lo primero, a la
elección de la nación en base del pacto de la promesa. En 1 Ts. 1.4: «vuestra
elección» se refiere no a la iglesia colectivamente, sino a los individuos que
la constituyen; la certeza que tiene el apóstol de la elección de ellos da la
razón de su acción de gracias. Los creyentes deben dar «la mayor diligencia
para hacer ciertos su llamamiento y elección», por el ejercicio de las
cualidades y gracias que los hagan llenos de fruto del conocimiento de Dios (2
P. 1.10).
B. Adjetivos
1.
eklektos, Significa escogido, elegido. Se traduce como
«elegido/a» en 1 P. 1.1; 2 Jn. 1,13; Ap. 17.14.
2.
suneklektos, significa «elegido juntamente con»
(1 P. 5.13).
C. Verbo
eklego, entresacar, seleccionar. Significa, en la voz media,
elegir para sí, no implicando ello necesariamente el rechazo de lo que no ha
sido elegido, sino elegir con las ideas subordinadas de bondad, favor o amor (Mr.
13.20; Lc 6.13; 9.35; 10.42; 14.7; Jn. 6.70; 13.18; 15.16, 19; Hch. 1.2, 24;
6.5; 13.17; 15.7, 22, 25; 1 Co. 1.27, 28; Ef. 1.4; Stg. 2.5). Se traduce
alternativamente como «elegir» o «escoger».
II. Escoger
1. eklego,
Véase ELECCIÓN.
2.
epilego, en la voz media, significa escoger, bien en adición
o en sucesión de otro. Tiene este significado en Hch. 15.40, de la elección de
Silas por parte de Pablo. Para su otro significado, llamar o nombrar (Jn. 5.2).
III. Predestinar
Conclusión
Únicamente un ignorante o un rebelde
se atreve a denunciar la doctrina de la predestinación o la elección en la
Biblia como una satánica o como una de origen calvinista. La doctrina de la
elección y la predestinación es presentada en la Biblia desde su primer libro,
Génesis. Siendo aceptado por los cristianos, que Dios eligió un pueblo sobre
otros pueblos para ser su Dios. Es muy claro que Dios llamó a Abraham, que
escogió a Isaac y no a Ismael, que escogió a Jacob y no a Esaú, que de los 12
hijos de Jacob, escogió a José, que escogió a su pueblo Israel y en dónde
crecerían, en Egipto y que luego escogería a Moisés para sacar a su pueblo de
Egipto, entre otros muchos ejemplos presentados en toda Biblia.
¿Qué es lo que algunos no pueden o
no quieren ver? El Antiguo Testamento finaliza con el tema de la elección, en
el cual Dios a través del profeta Malaquías, le recuerda a los judíos que él
los había amado al escogerlos como su pueblo.
“Profecía de la palabra de Jehová
contra Israel, por medio de Malaquías. Yo os he amado, dice Jehová; y
dijisteis: ¿En qué nos amaste? ¿No era Esaú hermano de Jacob? dice Jehová. Y amé a Jacob, y a Esaú aborrecí…”
(Malaquías 1:1-3)
Pablo retoma esta misma
declaración en la carta a los Romanos como evidencia de la elección, cuando
hace la siguiente afirmación.
“Como está escrito: A Jacob amé, mas a Esaú aborrecí.
¿Qué, pues, diremos? ¿Que hay injusticia
en Dios? En ninguna manera.” (Ro. 9:13-14)
La famosa acusación sobre lo
injusto de la doctrina de la predestinación está contestada en la Biblia. “¿Que
hay injusticia en Dios? En ninguna manera.” Por consiguiente, el Nuevo Testamento
valida la doctrina de la elección y la predestinación, presentando como
evidencia personas, así como acontecimientos de la elección de Dios (Ro. 9:1-29;
Hch. 2:22-23).
La historia de la iglesia muestra las
diferencias en términos de cómo se interpretó la doctrina de la elección o de la
predestinación, pero nunca se negó la misma. Aun los arminianos, tenían su
definición de lo que significaba la predestinación.
Usted puede no entenderla, pero no
puede negarla. Y si no puede negarla, entonces, tiene que definirla. Y si no
sabe o no quiere definirla, ¿cómo se atreve a atacarla? ¿No es acaso lo más
natural y normal que un Dios soberano predestine o escoja?
Bendiciones.
Pastor Gilberto Rufat
*Fuente:
Vine, W.E., Vine Diccionario Expositivo de Palabras del Antiguo y del Nuevo
Testamento Exhaustivo, (Nashville: Editorial Caribe) 2000, c1999.
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