jueves, 27 de marzo de 2014

Deslealtad Matrimonial

Deslealtad Matrimonial
Por: Rev. Gilberto M. Rufat

Base Bíblica: Malaquías 2:13-17

“Y esta otra vez haréis cubrir el altar de Jehová de lágrimas, de llanto, y de clamor; así que no miraré más a la ofrenda, para aceptarla con gusto de vuestra mano. Mas diréis: ¿Por qué? Porque Jehová ha atestiguado entre ti y la mujer de tu juventud, contra la cual has sido desleal, siendo ella tu compañera, y la mujer de tu pacto. ¿No hizo él uno, habiendo en él abundancia de espíritu? ¿Y por qué uno? Porque buscaba una descendencia para Dios. Guardaos, pues, en vuestro espíritu, y no seáis desleales para con la mujer de vuestra juventud. Porque Jehová Dios de Israel ha dicho que él aborrece el repudio, y al que cubre de iniquidad su vestido, dijo Jehová de los ejércitos. Guardaos, pues, en vuestro espíritu, y no seáis desleales. Habéis hecho cansar a Jehová con vuestras palabras. Y decís: ¿En qué le hemos cansado? En que decís: Cualquiera que hace mal agrada a Jehová, y en los tales se complace; o si no, ¿dónde está el Dios de justicia?” 

Introducción

El libro del profeta Malaquías nos ayuda a entender el proceso de la decadencia de los líderes judíos y por ende, de la nación de Israel. El mismo comienza exponiendo el gran privilegio que tenían los judíos de ser el pueblo escogido por Dios; sin embargo, en el tiempo de Malaquías, este pueblo no se concebía como amado por Dios en elección (Mal.1:2). Mientras los hijos eran llamados a honrar a los padres y los siervos a sus amos, Dios era menospreciado por su propio pueblo (Mal.1:6).
 

Los resultados del alejamiento, tanto del pueblo en general como de los sacerdotes, (los líderes principales), se evidenciaban en las ofrendas que se ofrecían a Dios como los sacrificios y en el estilo de vida que vivían. Lo que resultó en que Dios no se agradara de ellos y por consiguiente, no recibieran las bendiciones que acompañan la santidad de Dios. Dentro del mensaje, hay varias advertencias, así como recriminaciones de parte Dios a los sacerdotes, lo cual es sumamente triste y lamentable, ya que de ellos, particularmente la clase sacerdotal, se esperaba algo diferente.

“Porque los labios del sacerdote han de guardar la sabiduría, y de su boca el pueblo buscará la ley; porque mensajero es de Jehová de los ejércitos. Mas vosotros os habéis apartado del camino; habéis hecho tropezar a muchos en la ley; habéis corrompido el pacto de Leví, dice Jehová de los ejércitos. 9Por tanto, yo también os he hecho viles y bajos ante todo el pueblo, así como vosotros no habéis guardado mis caminos, y en la ley hacéis acepción de personas.” (Mal.2:7-9)

Una de las mayores faltas expuestas en el libro de Malaquías, fue la deslealtad matrimonial por parte de los propios sacerdotes. Al menos, en tres ocasiones en la Biblia Reina Valera del 1960, se menciona la palabra desleal y desleales, con relación al matrimonio (versículos 14, 15 y 16). Varias razones son expresadas por Dios, a través del profeta, las cuales dieron paso a la deslealtad.


 

I. Razones Que Dieron Paso a la Deslealtad

1. La pobre vida espiritual

Sin duda alguna, nadie negará, que la falta de una vida espiritual o de una vida espiritual pobre, son la principal razón al porqué del rechazo de los hombres al ideal de Dios. En dos ocasiones en dichos versos se da la advertencia a los sacerdotes de la siguiente manera:

“…Guardaos, pues, en vuestro espíritu, y no seáis desleales…” (v.15 y 16)

Nadie que no considera a Dios como uno digno de honra y de ser obedecido podrá vivir a la altura del propósito de Dios y el matrimonio no es una excepción (Mal.1:6).

Por ejemplo, en la carta a los Efesios, capítulo 5, se nos insta a ser llenos del Espíritu Santo, antes de ser llamados a sujetarnos al orden matrimonial (Ef.5:21).

La falta de una vida espiritual real por parte de los sacerdotes, fue su primera falta para la consumación de la deslealtad matrimonial.

El término deslealtad, como previamente indiqué aparece unas tres veces en los versículos 13-17 del capítulo 2, de dicha carta. La palabra deslealtad del hebreo “bagad” implica el actuar abiertamente o fraudulentamente, secretamente, engañosamente, para engañar, traicionar, para oprimir y afligir. El verbo aparece cuarenta y siete veces en el contexto del matrimonio (Ex. 21:8; Jer. 3:20; Mal. 2:10), la infidelidad de Israel al Señor (Jer. 9:2) y entre las relaciones interpersonales (Job 6:15; Jer. 12:6).

2. El pobre concepto del significado y propósito del matrimonio

a. El concepto de Pacto

El concepto de Pacto es importante porque define el matrimonio en términos de cómo Dios lo ve, “…la mujer de tu pacto.” (v.14) De ahí que, el rompimiento marital fuera considerado como un acto de deslealtad al compromiso para con el cónyuge y de rechazo al ideal de Dios. Dios es testigo (v.14) porque él está presente en el pacto, ya que, él mismo constituyó la relación marital (Gn.2:24).

b. La importancia del matrimonio en la vida de los hijos

Las Sagradas Escrituras enfatizan, desde el primer libro, la importancia de la vida marital. Desde la caída de Adán y Eva, lo primero que observamos en Génesis es la muerte de uno de los hijos de estos, por parte de otro hijo (Abel y Caín, respectivamente). Todo el tiempo se les hace conscientes a los padres de la importancia del proceso de enseñanza y aprendizaje en la vida de sus hijos. Malaquías menciona en el versículo 15, que el matrimonio es tan importante para Dios, porque es el medio, a través del cual, él dispuso la formación temprana de los hijos, para que posteriormente continuaran siendo el linaje o el pueblo de Dios.

3. El hacer acepción de personas

Otro de los problemas que tenían los sacerdotes era que hacían acepción de personas. Dios le dijo a los sacerdotes, a través de Malaquías:

“Por tanto, yo también os he hecho viles y bajos ante todo el pueblo, así como vosotros no habéis guardado mis caminos, y en la ley hacéis acepción de personas. ¿No tenemos todos un mismo padre? ¿No nos ha creado un mismo Dios? ¿Por qué, pues, nos portamos deslealmente el uno contra el otro, profanando el pacto de nuestros padres?”

La acepción de personas terminaba haciendo diferencias entre el pueblo y con ello, restando valor a otros por razones de género, salud, posición social y religiosa, entre otras, de las cuales el matrimonio no era una excepción. La supremacía varonil restaba al matrimonio, pues, aunque si bien es cierto que el marido es cabeza del hogar; lo es para proteger, guardar, proveer y no para servirse. Los sacerdotes, así como la mayoría de los judíos de aquel tiempo no daban el debido valor y respeto a la mujer.


II. El Punto de Vista de Dios sobre la Deslealtad al Matrimonio

Dios recriminó a los sacerdotes por su deslealtad matrimonial. La posición de Dios, con respecto a la deslealtad fue expresada, a través del profeta, como un acto de iniquidad (v.16). De forma tal, que Dios les dejó saber que aborrecía el repudio y más aún a aquellos que trataban de encubrir su iniquidad. Tristemente, cuando pasamos al Nuevo Testamento, vemos cómo los fariseos intentaron poner en aprietos a Jesús con la pregunta acerca del divorcio en el evangelio de Mateo.

“Entonces vinieron a él los fariseos, tentándole y diciéndole: ¿Es lícito al hombre repudiar a su mujer por cualquier causa?” (Mt.19:3)

Lamentablemente, el pueblo restó valor al matrimonio y siendo los sacerdotes mismos, como mensajeros de Dios, los primeros en ser desleales, ¿qué se podría esperar de los demás? (Mal.2:7) Dios no solamente les recrimina en Malaquías su deslealtad, sino también, la osadía de poner las bases para usar ilegítimamente la ley del divorcio contenida en Deuteronomio 24:1-4. De ahí la expresión de Malaquías:

“Porque Jehová Dios de Israel ha dicho que él aborrece el repudio, y al que cubre de iniquidad su vestido, dijo Jehová de los ejércitos. Guardaos, pues, en vuestro espíritu, y no seáis desleales.” (Mal.2:16)

Conclusión

La dura y triste realidad es que el divorcio ha sido parte de la vida de los hombres, a través de los siglos, por ende, no nos enfrentamos a una problemática nueva; aunque si pudieran haber cambiado, solamente en parte, las razones para el mismo. Cualquier estudiante serio de la Biblia sabe que en Malaquías no se discute como en Deuteronomio 24 o 1Corintios 7, cuáles, si alguna, podrían ser las razones para una separación o un divorcio legítimo; no obstante, el mensaje claro, a través del profeta Malaquías es que Dios aborrece el repudio.

Sin embargo, usar esta porción de la Escritura en Malaquías, sin establecer el contexto previo y a la vez, interpretarla de manera aislada sin considerar los demás textos en la Biblia que exponen el tema del divorcio, como pretexto para condenar a los que han pasado por el proceso del divorcio o para establecer una posición final con respecto a la posibilidad de recasamiento o no, no es legítimo.

Dos conclusiones son claras y absolutas en Malaquías; el matrimonio sigue siendo una institución importante y el rechazo o el desprecio a la misma, es aborrecido por Dios. De manera que, “…cubrir el altar de Jehová de lágrimas, de llanto, y de clamor…” (v.13) no cambiará nuestra posición delante de Dios, si no existe obediencia y honra, a aquel que nos amó (Mal.1:2).

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