¿Enseña Tito 2:3 al 5 el ministerio de enseñanza de la mujer?

¿Enseña Tito 2:3 al 5 el ministerio de enseñanza de la mujer?

Las ancianas asimismo sean reverentes en su porte; no calumniadoras, no esclavas del vino, maestras del bien; que enseñen a las mujeres jóvenes a amar a sus maridos y a sus hijos, a ser prudentes, castas, cuidadosas de su casa, buenas, sujetas a sus maridos, para que la palabra de Dios no sea blasfemada. (Tito 2:3 al 5)

¿Enseña Tito 2:3 al 5 que existen mujeres llamadas por Dios al ministerio de la enseñanza de la palabra? La contestación a esta pregunta podría ser controversial en nuestros días, pero no es una que no podamos contestar bíblicamente. Para ello es necesario establecer el contexto del pasaje en consideración.

Contexto del pasaje

La carta a Tito fue escrita por el apóstol Pablo y dirigida a Tito un “verdadero hijo en la común fe” (Tito 1:4). La misma tiene el propósito de llamar a los creyentes a vivir “…conforme a la fe y el conocimiento de la verdad que es según la piedad” (Tito 1:1). Tito estaba en Creta por orden de Pablo, para que corrigiese “lo deficiente, y establecieses ancianos en cada ciudad” (Tito 1:5). Del pasaje se desprende que Pablo estaba dándole seguimiento a Tito sobre los asuntos que debía corregir.

Acto seguido, el apóstol le reitera a Tito sobre la importancia de establecer ancianos de acuerdo con los requisitos bíblicos, pues de esto dependería la salud espiritual de las iglesias (Tito 1:5 al 16). Le recuerda a Tito que debía vivir y hacer cumplir la palabra de Dios o la sana doctrina (Tito 2:1).

Exposición del pasaje

Tito 2:2 al 5 forma parte de una serie de mandatos acerca de cómo debían vivir los creyentes delante de Dios. El primer mandamiento va dirigido a las mujeres. Pablo llama a las mujeres casadas ancianas (de edad) a ser “reverentes en su porte; no calumniadoras, no esclavas del vino, maestras del bien;” (Tito 2:3). La expresión “maestras del bien” no representa bajo ninguna circunstancia que habían sido llamadas al ministerio de la enseñanza de la palabra. Esta responsabilidad era de los ancianos varones o pastores de la iglesia (Tito 1:9). La frase “maestras del bien” tiene el propósito de señalar que lo que hacemos enseña o es modelo a otros. Un ejemplo de esto está en Gálatas 2:11 al 14, cuando Pablo reprende a Pedro porque su manera de actuar había afectado o arrastrado a otros a la hipocresía.

También vemos como en Tito 2:4 al 5, Pablo asevera que las mujeres casadas ancianas tenían la responsabilidad de enseñar a las mujeres jóvenes casadas a ser buenas amas de casa, algo que es menospreciado por muchas y, por consiguiente, violado por muchas mujeres cristianas en nuestros días. Tito 2:4 expone lo siguiente: “que enseñen a las mujeres jóvenes a amar a sus maridos y a sus hijos,”. El pasaje no dice que las ancianas casadas maduras debían enseñar la palabra de Dios a las mujeres casadas jóvenes. El pasaje enseña que las mujeres casadas maduras debían enseñar a las mujeres casadas jóvenes a cumplir con sus responsabilidades en el hogar.

Tito 2:5 continúa mostrando qué era lo que las mujeres ancianas debían enseñar; “a ser prudentes, castas, cuidadosas de su casa, buenas, sujetas a sus maridos, para que la palabra de Dios no sea blasfemada”. Es claro que la enseñanza estaba dirigida a instruir o a amonestar (de ser el caso) a las mujeres casadas jóvenes sobre sus responsabilidades como esposas y madres. Esto evidenciaba su testimonio como mujeres que profesaban piedad, esto es, devoción Dios.

Conclusión

Concluimos que no podemos utilizar Tito 2:3 al 5 para justificar los llamados ministerios de enseñanza bíblica dirigidos por mujeres. Creemos que es lamentable que muchas denominaciones se hayan apartado de la verdad en este punto. Lo expuesto en Tito establece la manera en la que debían y deben conducirse las iglesias.

Es necesario considerar lo antes presentado. Es un hecho irrefutable que cuando Dios ha hablado, la argumentación constituye un acto de rebeldía, lo que significa pecar deliberadamente contra Dios.

Por: Pastor Gilberto Miguel Rufat