Tema: Siete
características fundacionales de la iglesia
Base bíblica: Mateo 16:18
Mateo
16:18 Y yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi
iglesia; y las puertas del Hades no
prevalecerán contra ella.
Propósito:
Presentaremos
la cuarta característica fundacional de la iglesia: Jesús le ha dado autoridad a la iglesia para cumplir con su misión y
permanecer firme.
Tesis:
Mostraremos
que para entender la expresión “las
puertas del Hades no prevalecerán contra ella” en Mateo 16:18, es necesario
ir al Antiguo Testamento y tomar como marco de referencia Isaías 28, para luego
interpretar Isaías 28 a la luz de las referencias contenidas en el Nuevo
Testamento en Romanos 9, 10 y en 1 Pedro 2, respectivamente.
Exposición del texto:
Tradicionalmente,
la expresión “las puertas del Hades no
prevalecerán contra ella” es interpretada como “la victoria de la iglesia sobre las fuerzas del mal”. Es cierto que
la iglesia invisible o universal elegida por Dios Padre, redimida por Dios Hijo
y llamada por Dios Espíritu Santo nunca podrá ser destruida, es decir, que los
elegidos jamás podrán perderse de las manos de su Salvador.
(Juan 10:27 al 30) 27 Mis
ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, 28 y yo les
doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano. 29 Mi
Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la
mano de mi Padre. 30 Yo y el Padre uno somos.
La expresión
“las puertas del Hades no prevalecerán
contra ella” en Mateo 16:18 debe ser analizada a la luz del contexto de Isaías
28:14 al 18.
(Isaías 28:14 al 18) 14 Por
tanto, varones burladores que gobernáis a este pueblo que está en Jerusalén,
oíd la palabra de Jehová. 15 Por cuanto habéis dicho: Pacto tenemos
hecho con la muerte, e hicimos convenio con el Seol; cuando pase el turbión
del azote, no llegará a nosotros, porque hemos puesto nuestro refugio en la
mentira, y en la falsedad nos esconderemos; 16 por tanto,
Jehová el Señor dice así: He aquí que yo
he puesto en Sion por fundamento una piedra, piedra probada, angular, preciosa,
de cimiento estable; el que creyere, no se apresure. 17 Y
ajustaré el juicio a cordel, y a nivel la justicia; y granizo barrerá el
refugio de la mentira, y aguas arrollarán el escondrijo. 18 Y
será anulado vuestro pacto con la muerte, y vuestro convenio con el Seol no
será firme; cuando pase el turbión del azote, seréis de él pisoteados.
Isaías es un
profeta del siglo séptimo antes de Cristo. En Isaías 28:1 al 13, este profetiza
un juicio de Dios que vendría contra Efraín o Israel por su continua idolatría
y rebeldía. Dicho juicio ocurrió en el año 722 a. C., cuando el ejército asirio
devastó las diez tribus de Israel o el reino del norte. La ciudad fue tomada
por Sargón II, rey de Asiria.
En Isaías
28:14, el liderato de Jerusalén, la
capital del reino del Sur, es advertido de la misma amenaza. Sin embargo, este
liderato se burlaba de la predicación de Isaías, quien anunciaba la desolación
de Judá, de no tornarse a Dios colocando toda su confianza en él. En Isaías
28:15 vemos cómo Dios los advierte sobre la futilidad de cualquier acuerdo
humano. Se acercaba una lluvia torrencial o una amenaza de inundación que
representaba la destrucción que vendría sobre estos de no arrepentirse. Pero
ante la caída de Samaria, la capital del reino del norte y del inminente asalto
de los asirios a Jerusalén, el liderato buscó resolver el conflicto a través de
solicitar apoyo militar a Egipto o de negociar un acuerdo con Asiria ofreciéndole
una gran cantidad de dinero. Dios los llamó a desistir del pacto con la muerte
y del convenio con el Seol en el que colocaban su esperanza.
En Isaías
28:16, el profeta Isaías insta al rey Ezequías a confiar en que Dios actuaría a
favor de la ciudad de Jerusalén. Dios mismo proveería una piedra de refugio
para salvación del remanente (Isaías 28:5). El Nuevo Testamento expone que
dicha piedra o roca es Jesucristo (Mateo 21:42; Marcos 12:10; Lucas 20:17;
Hechos 4:11; Romanos 9:33; Efesios 2:20; 1 Pedro 2:6 al 8 y 14,15).
Finalmente,
luego de momentos de duda, turbación de espíritu e incertidumbre, el rey
Ezequías oró y puso toda su confianza en Dios. Cuando el
ejército asirio acampaba listo para intervenir militarmente, salió el ángel de
Jehová como piedra de refugio para el pueblo, librándolo del convenio de muerte
con el Seol en el que se encontraba. El libro de 2 Reyes muestra lo acontecido.
34 Porque yo ampararé esta ciudad para salvarla, por amor a mí mismo, y por amor
a David mi siervo. 35 Y aconteció que aquella misma noche salió
el ángel de Jehová, y mató en el campamento de los asirios a ciento ochenta y
cinco mil; y cuando se levantaron por la mañana, he aquí que todo era
cuerpos de muertos. (2 Reyes 19:34 al 35)
Tanto el
apóstol Pablo como el apóstol Pedro aseveraron hace 2000 años que Dios Padre
envió a Dios Hijo como roca de refugio y piedra de salvación, y que todavía hoy,
Dios Espíritu Santo continúa llamando al remanente profetizado al
arrepentimiento y a la fe para salvación.
(Romanos 9:30 al 33) 30 ¿Qué,
pues, diremos? Que los gentiles, que no iban tras la justicia, han alcanzado la
justicia, es decir, la justicia que es por fe; 31 mas Israel, que
iba tras una ley de justicia, no la alcanzó. 32 ¿Por qué? Porque
iban tras ella no por fe, sino como por obras de la ley, pues tropezaron en la
piedra de tropiezo, 33 como está escrito: He aquí pongo en Sion piedra de tropiezo y roca de caída; Y el que
creyere en él, no será avergonzado.
(Romanos 10:11 al 12) 11 Pues la
Escritura dice: Todo aquel que en él creyere,
no será avergonzado. 12 Porque no hay diferencia entre judío y griego, pues
el mismo que es Señor de todos, es rico para con todos los que le invocan; 13
porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo. 14 ¿Cómo,
pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de
quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique? 15 ¿Y cómo
predicarán si no fueren enviados? Como está escrito: ¡Cuán hermosos son los
pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian buenas nuevas!
(1 Pedro 2:6 al 8) 6 Por lo
cual también contiene la Escritura: He
aquí, pongo en Sion la principal piedra del ángulo, escogida, preciosa; Y el
que creyere en él, no será avergonzado. 7 Para vosotros,
pues, los que creéis, él es precioso; pero para los que no creen, La piedra que
los edificadores desecharon, Ha venido a ser la cabeza del ángulo; 8 y:
Piedra de tropiezo, y roca que hace caer, porque tropiezan en la palabra,
siendo desobedientes; a lo cual fueron también destinados.
La frase “las puertas del Hades no prevalecerán
contra ella” representa la acción de Cristo a través de la iglesia llamando
a salvación a los muertos y resucitándolos por la proclamación del evangelio
mediante la operación del Espíritu de gracia. La iglesia presentada en esta
frase no está resistiendo un embate de Satanás, la iglesia está atacando a “las puertas del Hades” o al dominio o
reino de los muertos (espiritualmente hablando).
(Comentario Mundo Hispano) Parece ser
que Jesús está prometiendo a los apóstoles que la tumba, o el infierno, no
podrán resistir el avance, o el ataque, de la iglesia militante. En un sentido,
la muerte y el infierno ya son el destino y tienen poder sobre los incrédulos.
La iglesia tiene la misión gloriosa, proclamando el evangelio, de librar a los
hombres de ese destino e introducirlos en el reino de Dios donde hay vida
eterna.
Conclusión:
Concluimos
que la única respuesta segura enviada por Dios para salvación es Jesucristo. Únicamente,
él fue señalado por Dios para ser piedra o roca de refugio y salvación a su
pueblo. Buscar un refugio fuera del provisto por Dios es hacer un pacto con la
muerte y es rechazar la buena voluntad de Dios en Cristo. No existe manera de
ser justificados fuera de la justicia provista por Dios en Jesucristo.
Necesitamos,
como el rey Ezequías escuchar la palabra de Dios enviada por medio de Dios Espíritu
Santo. Ella es la norma, la verdad y el estándar por el cual somos llamados a
vivir. El mundo se burlará de nosotros porque no cree la palabra de Dios. El
Verbo o la Palabra se encarnó y mostró su gloria como la del unigénito Hijo de
Dios, para salvación de los que a él vienen en arrepentimiento y en fe. Venga a
Cristo hoy.
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