Tema: Siete
características fundacionales de la iglesia (parte 8)
Base bíblica: Mateo 16:19
Y a ti te daré las llaves
del reino de los cielos; y todo lo que atares en la tierra será atado en los cielos; y todo lo
que desatares en la tierra será desatado en los cielos.
Breve resumen del mensaje del domingo, 12 de
enero de 2020:
Mostramos
que para entender la expresión “las
puertas del Hades no prevalecerán contra ella” es necesario tomar como
marco de referencia a Isaías 28, para luego interpretarlo a la luz de las
referencias en el Nuevo Testamento en Romanos 9, 10 y en 1 Pedro 2.
Propósito del mensaje del domingo, 19 de
enero de 2020:
Mostraremos
que la expresión “Y a ti te daré las
llaves del reino de los cielos” en Mateo 16:19 representa la importancia de Cristo a través del
evangelio como único medio de salvación al remanente que sería llamado por
gracia.
Tesis:
Presentaremos
que es necesario interpretar la expresión “Y
a ti te daré las llaves del reino de los cielos” a la luz de Isaías 22:22 porque
en Apocalipsis 3:7, Jesucristo se presenta a sí mismo como el cumplimiento de
Isaías 22:22, del cual toma origen la frase con la que inicia el pasaje de
estudio en Mateo 16:19.
Sin
embargo, Juan Calvino se expresa con relación a la referencia de Isaías 22:22
de la siguiente forma:
(Juan Calvino) Algunos comentaristas
han visto este pasaje como una referencia a Cristo, pero de manera inapropiada;
porque el Profeta hace una comparación entre dos hombres, Sebna y Eliaquim.
Sebna será privado de su cargo y Eliaquim lo sucederá. ¿Qué tiene esto que ver
con Cristo? Porque Eliaquim no era un tipo de Cristo, y el Profeta no describe
aquí ningún misterio oculto, sino que toma prestada una comparación de la
práctica ordinaria de los hombres, como si las llaves fueran entregadas a
alguien que ha sido designado para ser mayordomo, como ha sido Ya lo dije. Por
la misma razón, Cristo llama al oficio de enseñar la palabra (Mateo 16:19),
“las llaves del reino de los cielos; “por lo que es vano y necio a pasar mucho
tiempo tratando de encontrar una razón oculta, cuando el asunto es simple, y no
requiere de ingenio. La razón es que los ministros, al predicar la palabra,
abren la entrada al cielo y conducen a Cristo, quien solo es 'el camino' (Juan
14: 6).[1]
Según se
evidencia en la cita, Juan Calvino no ve ninguna relación entre Mateo 16:19 e
Isaías 22:22. No obstante, el Nuevo Testamento establece la referencia a Isaías
22:22 y, además, señala su cumplimiento en la persona de Jesucristo.
Es importante
destacar la gran cantidad de referencias y alusiones al libro de Isaías en el
evangelio de Mateo. Por lo tanto, es necesario considerar las referencias al
profeta Isaías, para entender e interpretar correctamente el evangelio de
Mateo.
Mateo
|
Isaías
|
1:1
|
9:6
|
1:23
|
7:14; 9:6
|
2:16
|
59:7
|
3:3
|
40:3
|
3:12
|
30:24
|
3:17
|
42:1
|
4:15
|
9:1
|
4:16
|
9:2
|
5:6
|
55:1
|
5:34-35
|
66:1
|
6:6
|
26:20
|
6:16
|
58:5
|
7:11
|
63:7
|
8:11
|
49:12
|
8:17
|
53:4
|
9
|
-
|
10
|
-
|
11:5
|
35:5; 61:1
|
11:23
|
14:13
|
12:18
|
42:1
|
12:19
|
42:2
|
12:20
|
42:3
|
12:34
|
32:6
|
13:13
|
42:19
|
13:14
|
6:9
|
13:15
|
6:10
|
14
|
-
|
15:13
|
60:21; 61:3
|
16:18
|
28:15
|
16:19
|
22:22
|
17:5
|
42:1
|
18
|
-
|
19
|
-
|
20:22
|
51:17
|
21:13
|
56:7
|
21:15
|
62:11
|
21:33
|
5:1-2
|
21:44
|
8:14-15
|
22
|
-
|
23:22
|
66:1
|
24:7
|
19:2
|
24:29
|
13:10; 24:23; 34:4
|
24:31
|
27:13
|
24:41
|
47:2
|
25:35-36
|
58:7
|
26:67
|
50:6
|
27
|
-
|
28
|
-
|
En veinte
de los veintiocho capítulos del evangelio de Mateo vemos referencias a Isaías. Solamente,
no hay referencias a Isaías en los capítulos 9, 10, 14, 18, 19, 22, 27 y 28.
Tres argumentos a favor de la interpretación
de Mateo 16:19 a la luz de Isaías 22:22
1- En Apocalipsis 3:7, Jesús se describe a sí
mismo como el cumplimiento de Isaías
22:22.
7 Escribe al ángel de la iglesia en Filadelfia: Esto dice el Santo, el
Verdadero, el que tiene la llave de David, el que abre y ninguno cierra, y
cierra y ninguno abre: 8 Yo conozco tus obras; he aquí, he
puesto delante de ti una puerta abierta, la cual nadie puede cerrar; porque
aunque tienes poca fuerza, has guardado mi palabra, y no has negado mi nombre. 9 He
aquí, yo entrego de la sinagoga de Satanás a los que se dicen ser judíos y no
lo son, sino que mienten; he aquí, yo haré que vengan y se postren a tus pies,
y reconozcan que yo te he amado. 10 Por cuanto has guardado la
palabra de mi paciencia, yo también te guardaré de la hora de la prueba que ha
de venir sobre el mundo entero, para probar a los que moran sobre la tierra.
2- Porque
Isaías 22:22 es la referencia
utilizada por Jesús en Mateo 16:19.
(Isaías 22:20 al 24) 21 En
aquel día llamaré a mi siervo Eliaquim hijo de Hilcías, 22
y lo vestiré de tus vestiduras, y lo ceñiré de tu talabarte, y entregaré
en sus manos tu potestad; y será padre al morador de Jerusalén, y a la
casa de Judá. 22 Y pondré la llave de la casa de David sobre
su hombro; y abrirá, y nadie cerrará; cerrará, y nadie abrirá. 23
Y lo hincaré como clavo en lugar firme; y será por asiento de honra a
la casa de su padre. 24 Colgarán de él toda la honra de
la casa de su padre, los hijos y los nietos, todos los vasos menores, desde las
tazas hasta toda clase de jarros.
Contexto de Isaías 22:22
Isaías 22
es parte de una serie de profecías contra las naciones vecinas de Israel y
contra la ciudad de Jerusalén, porque Jehová es el Creador y el Señor de todas
las naciones. El valle de la visión representa a Jerusalén, lugar donde Isaías
vio las visiones de todas las naciones extranjeras.
La predicción en contra de Jerusalén consiste
de cinco partes:
(1) un contraste entre la ciega parranda de Jerusalén y la aterradora visión de
sus egoístas regidores que huyen de la ciudad, dejando que sea saqueada (vv.
1-4); (2) la detallada visión de Isaías de la caída de la ciudad (vv. 5-8); (3)
la acusación del profeta a Jerusalén por depositar su confianza en sus defensas
en vez de hacerlo en el Señor (vv. 8-11); (4) la acusación de Isaías por su
respuesta parrandera en vez de arrepentirse (vv. 12, 13); y (5) una visión
final que confirma que esta última apostasía sella la condena de Jerusalén (v.
14).[2]
La
colocación de un oráculo sobre Jerusalén en medio de oráculos contra naciones
extranjeras, puede explicarse por la asociación histórica de Jerusalén con
Babilonia. Jerusalén había confiado en Babilonia durante la hegemonía asiria,
pero finalmente fue cautivada por su antiguo aliado. La ocasión puede ser la
rebelión de Asdod y la campaña asiria en el 711 a. C., o el levantamiento del
asedio a Jerusalén después de la devastación de Judá en el 701 a. C.[3]
3. Porque la comparación entre Sebna y
Eliaquim están ligadas al cumplimiento de la promesa a David.
Es preciso
señalar que “este pasaje constituye un paréntesis insertado aquí en medio de las
profecías en contra de las naciones extranjeras”.[4]
1- Juicio
de Sebna (Isaías 22:14 al 19)
(Matthew Henry) Este mensaje a Sebna es
una reprensión de su orgullo, vanidad y seguridad; ¡qué
vana es toda grandeza terrenal, que con la muerte acabará pronto! ¿De qué
servirá si somos puestos en una tumba magnífica o cubiertos por el pasto verde?
Los que cuando están en el poder dan vuelta y hacen saltar a los demás, serán
justamente dados vuelta y hechos saltar.[5]
2- Gloria
de Eliaquim (Isaías 22:20 al 24)
·
Eliaquim en hebreo significa Dios establece
y era hijo de Hilcías (Isaías 22:20) que significa porción de Jehová.
(William MacDonald) Después que Sebna
haya sido degradado, Eliaquim (Dios establecerá) le reemplazará. Como tipo del
Señor Jesús, Eliaquim será un gobernante responsable y compasivo, con plena
autoridad. Se le dará la llave de la casa de David.[6]
·
La
frase “en aquel día” es una
referencia al día del juicio contra Israel en el año 70 d. C..
La
referencia a “aquel día” es una
referencia al tiempo del cumplimiento de la promesa a la casa de David. No
debemos olvidar que Mateo 1:1 comienza presentando el cumplimiento de dicha
promesa en la persona de Jesucristo.
·
Dios
le llama “mi siervo” (Isaías 37:35; 52:13; 53:11).
El siervo
de Jehová en el libro de Isaías que lleva sobre sí mismo el castigo de su
pueblo y que por medio de él un remanente sería salvo es
Jesucristo. En Mateo 8:14 al 17 se expone que Jesús es el siervo de la profecía
de Isaías 53.
·
La
frase “lo vestiré de tus vestiduras”
La frase “lo
vestiré de tus vestiduras” señala la posición de autoridad en la que
sería colocado. El enunciado “lo vestiré
de tu talabarte” es significativa porque alude al cinturón que se colocaban
los sacerdotes (Éxodo 28:4; 28:39 al 40; 29”9; 39:29; Levítico 8:7, 13; 16:4).
·
Dios
entregaría en sus manos “la potestad”
Jesús
afirmó en Mateo 28:18 el cumplimiento de dicha expresión.
·
El
“será
por padre a los moradores,” él será el guardador de Israel y de Judá.
Los reyes
eran catalogados como un padre para los habitantes de su reino. Según cada
hogar tenía un padre de familia, el rey representaba al padre de todas las
familias del reino.
·
El
tendrá “la llave de la casa de David” “y abrirá, y nadie cerrará;
cerrará, y nadie abrirá”.
Únicamente
existen tres pasajes en el Antiguo Testamento que usan la misma palabra hebrea
(Jueces 3:25; 1 Crónicas 9:27 e Isaías 22:22). Cabe destacar que en 1 Crónicas
se habla de la llave que abría el templo cada mañana.
(1
Crónicas 9:27) Estos moraban alrededor de la casa de Dios, porque tenían el
cargo de guardarla, y de abrirla todas las mañanas.
Juan
Calvino hace un comentario sobre el significado de la expresión “la
llave de la casa de David” que merece nuestra atención.
Las llaves de la casa se entregan a
aquellos que son nombrados mayordomos, para que puedan tener el poder total de
abrir y cerrar según su propio placer. Por 'la casa de David' se entiende 'la
casa real'. Este modo de expresión era habitual entre la gente, porque se le
había prometido a David que su reino sería para siempre. (2 Samuel 7:13; Salmo
132:11-12.) Esa es la razón por la cual
el reino comúnmente se llamaba 'la casa de David'.[7]
La razón
de la importancia del comentario de Calvino estriba en que la frase “la
llave de la casa de David” representa el cumplimiento de la profecía
del Mesías que vendría de la casa de David. Apocalipsis 3:7 expone que el mismo
es Jesucristo.
En este
punto, el comentarista Adam Clark ve una similitud entre “la llave de la casa de David”
en Isaías 22:22, pero no lo interpreta como siendo el cumplimiento en Mateo
16:19; aunque reconoce que Jesús aplicó las palabras de Isaías a sí mismo.
En alusión a la imagen de la llave como
la insignia del poder, la extensión ilimitada de ese poder se expresa con gran
claridad y fuerza por la autoridad única y exclusiva para abrir y cerrar.
Nuestro Salvador, por lo tanto, en una ocasión similar hizo uso de una forma
similar de expresión, Mt. 16:19; y en Ap. 3:7 se ha aplicado a sí mismo las
mismas palabras del profeta.[8]
·
Eliaquim
será “clavo firme” para el remanente
en el día del juicio.
El término “yatéd” del
hebreo proviene “de una raíz que no se usa, significa sujetar o pegar; clavija:
clavija, clavo, estaca”.[9]
La palabra aparece en 19 versículos y es usada en 24 ocasiones. Uno de ellos y
el más importante, es el que se encuentra en Zacarías 10:4, porque es una
referencia al Mesías.
(Zacarías
10:4) De él saldrá la piedra angular, de él la clavija, de él el arco de
guerra, de él también todo apremiador.
Los clavos grandes o tacos se usaban en las casas antiguas (como
perchas) para colgar los ornamentos de la familia. Es la misma imagen que en el
v. 23. Era costumbre “colgar” las cosas valiosas de una casa en clavos (1 Reyes
10:16, 17, 21; Cantares 4:4).[10]
Tanto Sebna como Eliaquim son comparados con una estaca clavada en la pared, en
un lugar firme. Pero mientras que la estaca de Sebna cedería, y la carga que se
colgó sobre ella sería destruida (v. 25), de Eliaquim dependería toda la gloria
de la casa de su padre, la prole y la posteridad (v. 23).[11]
Dos
conceptos importantísimos se juntan en Zacarías 10:4, que se encuentran en
Mateo 16:18 al 20. El Mesías es nombrado “la
piedra angular” así como “la clavija”.
Zacarías presenta que este vendría de “la
casa de Judá” (Zacarías 10:3), de donde había sido profetizado (desde Génesis
49:10), que vendría el Mesías.
·
Será
“asiento de honra a la casa de David”
y “honra de la casa”
Estas dos
afirmaciones son referencias a la gloria de Cristo sobre su pueblo, por cuanto él
se sentaría a la derecha del Padre, tal y como fue señalado en el Salmo 110:1.
3- Cierre
de la comparación
La Biblia
de Ginebra del año 1599 asevera sobre Isaías 22:25 que “se refiere a Sebna,
quien a juicio del hombre nunca debería haber caído.[12]
Es importante comprender que en Isaías 22:25 se vuelve a contrastar lo que
sucedería “en aquel día” entre la
confianza del pueblo al liderato, representado por Sebna como asesor del rey, que
buscaba su propia gloria y no la de Dios y la del Mesías, representado por
Eliaquim, el cual sería un clavo firme puesto por Dios para sostener a todos
los que pondrían toda su esperanza de salvación en Jesús.
(Isaías 22:25) En aquel día, dice
Jehová de los ejércitos, el clavo hincado en lugar firme será quitado; será
quebrado y caerá, y la carga que sobre él se puso se echará a perder;
porque Jehová habló.
(Isaías 22:23) Y lo hincaré como clavo
en lugar firme; y será por asiento de honra a la casa de su padre. 24
Colgarán de él toda la honra de la casa de su padre, los hijos y los
nietos, todos los vasos menores, desde las tazas hasta toda clase de jarros.
(Matthew Henry) Nuestro Señor Jesús es
como un clavo en lugar seguro. No puede perecer el alma, ni ese interés caer al
suelo, si por fe cuelga de Cristo. Es como puerta abierta puesta ante el
creyente, puerta que ningún hombre puede cerrar, y conduce al cuerpo y al alma
a la gloria eterna. Pero los que desprecian tan grande salvación encontrarán
que cuando Él cierre, nadie podrá abrir, sea que se cierre desde el cielo o en
el infierno para siempre.[13]
Conclusión:
Concluimos
que Eliaquim es utilizado como referencia futura al siervo de Jehová en Isaías,
quien sin lugar a dudas es Cristo. Esto significa que la primera venida es
llamada el día de Jehová en juicio sobre el pueblo que había puesto su
esperanza en su liderato. En el año 70 d. C., el clavo que creían firme caería
y con este, todos los que habían colocado su confianza en él.
Sin
embargo, Jesucristo, como siervo y clavo seguro sobre la casa de Jehová,
permanecería para la gloria de Dios y salvación del pueblo que puso toda su
confianza en él. Por consiguiente, es menester preguntarnos, ¿en quién
verdaderamente está colocada nuestra confianza? La manera en la que enfrentamos
la vida evidencia si nuestra confianza está en el Dios eterno. De estar puesta
en él, sabemos que permaneceremos por causa del que nos sostiene (el clavo
seguro, Cristo) y no por nuestras obras.
Bibliografía:
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(Is 22.1). Galaxie Software.
[2] Nuevo comentario ilustrado de la biblia. 2003 (811). Nashville: Editorial Caribe.
[3] The Reformation Study Bible: English Standard
Version. 2005 (R. C. Sproul,
Ed.) (979). Orlando, FL; Lake Mary, FL: Ministerios Ligonier.
[4] Gillis, C. (1991). El Antiguo Testamento: Un comentario sobre su historia y literatura,
tomos I-V (3:302). El Paso, TX: Casa Bautista De Publicaciones.
[5] Henry, M. (2003). Comentario de la Biblia Matthew Henry en un tomo.
(545). Miami: Editorial Unilit.
[6] MacDonald, W. (2004). Comentario Bíblico de William MacDonald:
Antiguo Testamento y Nuevo Testamento (409). Viladecavalls (Barcelona), España:
Editorial CLIE.
[7] Calvin, J. (1998). Comentarios de Calvin: Isaías (edición
electrónica). Logos Library System; Comentarios de Calvino (Is. 22:22). Albany,
OR: Software de edades.
[8] Clarke, A. (1999). Comentario de Clarke: Isaías (edición
electrónica). Logos Library System; Comentarios de Clarke (Is. 22:22). Albany,
OR: Software de edades.
[9] Strong, J. (2002). Nueva concordancia
Strong exhaustiva: Diccionario (57). Nashville, TN: Caribe.
[10] Jamieson, R., Fausset, A. R., & Brown, D.
(2003). Comentario exegético y explicativo de la Biblia
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Publicaciones.
[11] Carro, D., Poe, J. T., Zorzoli, R. O., & Editorial Mundo
Hispano (El Paso, T. (1993-<1997 as="" b="" blico="" comentario="" ed.="" editorial="" el="" font="" hispano.="" hispano="" isa="" mundo="" paso="" tx:="">
[12] Geneva Bible Notes (1599). 2003 (Is 22.25).
Bellingham, WA: Logos Research Systems, Inc.
[13] Henry, M. (2003). Comentario de la Biblia Matthew Henry en un tomo.
(545). Miami: Editorial Unilit.
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